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“1 Y 60” Y “COMISARÍA 8VA”

“No puedo asegurar que haya tenido miedo, pero siguió militando, no era guerrillero, era un obrero y un estudiante”

Lo dijo Natalia Interlandi, única testigo en la audiencia 53 del juicio de lesa humanidad donde la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia es querellante.

Viernes 7 de Marzo 2025
“No puedo asegurar que haya tenido miedo, pero siguió militando, no era guerrillero, era un obrero y un estudiante”
Audiencia 53 del juicio de lesa humanidad

Natalia es hija de Juan Carlos Interlandi, sobreviviente del terrorismo de estado, que no llegó a declarar en el juicio.

“Mi papá estuvo preso en 1 y 60 en marzo del 76, hasta abril. Fue militante del Partido Obrero, en ese momento se llamaba Política Obrera. Él falleció en el año 92 y su historia sigue viva en el relato de mi madrastra, de mi mamá y de sus compañeros”, empezó relatando en la audiencia de este jueves 6 de marzo. 

“Vivía en La Plata, tenía 23 años cuando lo secuestraron. Trabajaba en Alpargatas, estudiaba en la Facultad de Arquitectura, militaba allí con Sergio Villamil y Fernando Sánchez que fue secuestrado a fines del 78 y continúa desaparecido”.

La causa “Comisaría 8va” tiene 11 imputados (tres de ellos también lo están en “1 y 60”) por secuestros, tormentos y homicidios que tuvieron como víctimas a 106 personas. Se trata de ex miembros de la Plana Mayor del Regimiento de Infantería 7 Luis Gustavo Diedrichs, Lucio Carlos Ramírez, Rubén Vicente Sánchez, Enrique Armando Cicciari, Ismael Ramón Verón, Enrique Francisco Welsh y Alberto Jorge Crinigan, los ex oficiales del Destacamento 101 de Inteligencia Carlos María Romero Pavón, Roberto Armando Balmaceda y Jorge Héctor Di Pasquale y el civil Jaime Lamont Smart, quien fue ministro de Gobierno de facto de la provincia.

“Cuando lo liberaron, continuó militando en el Partido Obrero, a fines del 79, se exilió en Córdoba junto con mi mamá. Su hermano Hugo se fue a Tucumán, los dos estaban en la Facultad de Arquitectura. Y siguieron militando. El partido tomó la decisión de que se fueran para proteger a los compañeros y para que el partido se pudiera organizar en otra ciudad, a él le tocó a Córdoba”.

Luego relató que en Córdoba trabajó en una metalúrgica, y como docente fundó en esa provincia la agrupación sindical clasista Tribuna Docente. A su vez trabajó los fines de semana como guardia cárcel de un complejo de menores, falleció en un accidente cuando volvía  Y de ese trabajo.

En julio de 1982 también fue secuestrado en Córdoba. “Primero secuestraron a un compañero suyo y a él se lo llevaron de su casa. Estuvo desaparecido aproximadamente 5 días y las únicas personas que pudieron reconocerlo fueron mi mamá y mi abuela, su madre, por cómo lo habían golpeado y torturado. Lo reconocieron por el pulóver y por el nombre, porque mi mamá conocía su nombre verdadero…No puedo asegurar que haya tenido miedo, pero siguió militando, no era guerrillero, era un obrero y un estudiante. A pesar de todas las torturas no dio direcciones ni nombres. Recibió muchas torturas. En la Plata le cortaron el pelo, él se quedó tranquilo porque pensaba que ya no le iba a poder tirar del pelo. En Córdoba quedó irreconocible y le aplicaron submarino”, expresó muy conmocionada Natalia.

Luego recordó que se había hecho una movilización muy grande en Córdoba y por eso lo habían liberado. En ese momento su padre tenía 30 años, ella aún no había nacido y su hermano mayor, Emiliano, tenía meses.

“Mi mamá viajó a Mendoza su ciudad natal, a dejarlo a él y volvió a Córdoba a buscar a mi papá..Y mi tío y mi papá son de Salliqueló, Buenos Aires. Mi tío vivió el secuestro, el exilio, él conocía en primera persona todos los detalles, los nombres, pero falleció en pandemia esperando este juicio que llega 49 años tarde, por eso no puede estar acá hoy”.

Al ser consultada por algo que quisiera agregar, Natalia pidió “Justicia por mi papá, por los 30.000 desaparecidos, por los 400 bebés que todavía no se recuperaron, por abrir los archivos que permanecen cerrados para saber qué pasó. Justicia, Verdad y Memoria”, expresó.  

“Conozco a tantas personas que han pasado por circunstancias parecidas a las de mi papá y que lamentablemente no sé si van a tener la posibilidad de pedir justicia. Siento que es una oportunidad única”, cerró.

El tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves 20 de marzo a las 9hs.