La Subsecretaría de DDHH es querellante en esta causa que tiene como acusados a Julio César Leston, Ernesto Rafael Lynch, José Juan Zyska, Juan Carlos Herrera y Juan Carlos Vázquez Sarmiento.
El juicio es el resultado de la unificación de dos causas: una de ellas aborda 127 casos de víctimas de privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos, y tres homicidios en el ámbito del circuito represivo de la zona oeste del conurbano bonaerense; y la otra causa por privaciones ilegítimas de la libertad de tres personas.
A cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5 de San Martín compuesto por la jueza María Claudia Morgese Martin, Silvina Mayorga y Walter Venditti, se investigan los hechos de lesa humanidad ocurridos en el circuito concentracionario de la Fuerza Aérea, en la zona oeste del Gran Buenos Aires y que comprendía los centros clandestinos de detención Mansión Seré, RIBA (Regional de Inteligencia de Buenos Aires) y los que funcionaron en las Comisarías de Moreno, la primera de Morón y las Brigadas Aéreas I de Palomar y VII de Morón, entre otros.
En esta audiencia 12 del pasado 17 de diciembre, prestaron testimonio Norma Beatriz Pérez, de manera virtual; la familiar María Teresa García de Hernando; el sobreviviente Faustino Altamirano, también de modo virtual, y la familiar Carmen Beatriz Altamirano de manera presencial.
Norma Pérez era fotografía, militaba en la Juventud Peronista y es sobreviviente. Hacía dos años que no militaba en el peronismo y fue secuestrada el 25 de mayo de 1977 en el barrio "La reja" de Moreno cuando almorzaba en casa de una amiga.
Fue liberada el 9 de julio de ese año y relató las torturas, las picanas y los golpes que padeció durante los interrogatorios, donde le preguntaban por “El misio”, que era un compañero que ella conocía pero que hacía muchísimo tiempo que no veía, “por lo menos un año o dos”, dijo. Y agregó que fue tiempo después que identificó ese lugar como la Mansión Seré, o El Rancho como le decían los torturadores.
En esta instancia sumó una descripción del lugar y los nombres que recordaba de compañeros, como Pancho, Coca, Raúl, Pepe, El tucu, Raúl Morelo, con quienes compartió cautiverio en ese centro clandestino de detención tortura y exterminio y en la comisaría de Moreno.
"Me llaman a la puerta, me avisan de que me están buscando, entonces salgo y era Pancho. Entonces me dice que en el auto había con otras dos personas que me querían saludar. Yo sin sospechar nada voy hasta el auto y cuando estoy ahí, abren la puerta, me empujan y me esposan. Me tiran al suelo del auto y me llevan no sé... habremos estado, ponele, 20 minutos o media hora. Y llegamos a un lugar que después supe que era la comisaría de Moreno. Cuando bajamos del auto le dicen algo y uno de los que estaba dijo: perejil. Bueno, me llevan adentro de la comisaría, yo siempre por los ojos tapados, y en el calabozo estaba Pancho y la señora, es la Coca o La Flaca, que estaba embarazada en ese momento, y me pide perdón, pero que él tenía tenía miedo por su vida entonces tenía que nombrar a todos los que conocía", relató Norma.
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El segundo testimonio de modo presencial fue de María Teresa García de Hernando, hermana de Jesús María García Carballo, quien junto con su esposa Susana Bruna fueron secuestrados el 18 de mayo de 1977 por una patota de la aeronáutica.
Ese día, “en la madrugada, llega mi hermano avisando que aparecieron camionetas que él verificó que eran unas camionetas de la aeronáutica. Pero en sí el hecho es que Susana, mi cuñada, llega a la casa de mi madre con mi sobrino, con el hijo de ellos que tenía aproximadamente 2 años, ella venía muy tranquila, en sí venía tranquila pero creo que le quería dar tranquilidad a mi madre para dejarle a Fernando, y que ella tenía que acercarse para responder algunas preguntas y le entrega a mi sobrino. Mi mamá ve simplemente personas uniformadas y con armas de fuego largas que la acompañaban y se los llevan”, contó María Teresa.
Luego eso describió la búsqueda por distintos lugares, ya que imaginaban que era un error, porque era nuevo y no sabían lo que sucedía. Fue así que luego de un mes les reciben la denuncia en la comisaría de Moreno, el comisario Hernández, y recordó que durante ese tiempo solían estar en vela esperando que regresaran como habían regresado los amigos de su hermano, Aldo Ameigeiras y Alejandro Micieli, quienes también pertenecían a la comunidad Ceferino Namuncurá y habían convivido hasta el año 1975 y que hacía trabajo socio comunitario en la zona de jardines de Moreno, la escuela N° 6. A su vez trabajaban el cooperativismo y hacían obras como veredas y mejoras en el barrio.
Luego de eso, fue en el diario que vieron en junio o julio de 1977 la lista de quienes pasaban a disposición del PEN, entre los cuales estaban Raúl Morelos, su hermano y su cuñada. Fueron liberados en la navidad de ese año.
Finalmente, relató my conmocionada las consecuencias traumáticas que padeció y padece su sobrino a raíz del tiempo que estuvo sin ver a su padres cuando tenía dos años, y los tratamientos que tuvo que afrontar y las instituciones de salud mental por las que atravesó.
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En tercer lugar, testimonió el sobreviviente Faustino Altamirano, quien tiene 82 años y fue detenido en 17 de abril de 1977 en su domicilio Del Cañón y Juramento del Barrio San Jorge, cuando era dirigente barrial y presidente de la Sociedad de Fomento de Barrio San Jorge y había fundado la Unidad Básica Mártires de Ezeiza.
“Estoy durmiendo, siento un golpe un golpe fuertísimo, en la puerta de mi casa, que era una casita precaria porque era con ladrillo de canto que hice yo, porque tenía que vivir en algún lado, y siento ese golpe terrible así, adonde yo no sé si era una bazuca o serían patadas, que le pegaban a la puerta, pero la puerta salió olímpicamente de la pared. Y cuando yo abro los ojos ya estaba con un fusil acá y con dos pistolas en la cabeza. Entonces me dicen: ¿vos sos el Salta? Le dije que sí, a mí me decían el Salta. Y entonces me paran y ya me empiezan a meter patadas y piñas, y me sacan para fuera y me siguen pegando y me suben a una camioneta”, relató.
Fue llevado a la comisaría 1° de Moreno donde fue interrogado y torturado en distintas oportunidades. Y ahí vió cómo “violaban a Mafalda, lo vi por la mirilla de la puerta de la comisaría porque ahí estaban los calabozos. Había tres calabozos enfrentados, tres de este lado y tres del otro, y justo el que estaba enfrente mío, vi cómo la violaban y lloraba Mafalda y una vez yo me descompuse porque la paliza que me habían pegado vine me desmayé me dolía la cabeza, hasta el cuerpo, y ella pedía por favor que me dieran algún calmante o algo”, dijo.
Fue liberado en octubre de 1977 y vuelto a detener en enero de 1978 e interrogado y torturado nuevamente con golpes, picanas y simulacros de fusilamientos, y finalmente liberado a finales de 1979.
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El último testimonio fue de Carmen Beatriz Altamirano, quien tiene 70 años, es la esposa de Juan de Dios Medina, militante del peronismo, víctima de la dictadura cívico militar y es la primera vez que declara en un juicio de lesa humanidad. Juan de Dios era mosaista, fue secuestrado los primeros días de abril de 1976 cuando recorría el barrio cobrando deudas de su laburo, estuvo desaparecido durante tres meses y fue torturado de distintas maneras.
Ese día Carmen presenció cómo se lo llevaban en un camión del ejército y relató esa escena y lo que vivió cuando intentó averiguar dónde estaba detenido, desde la comisaría de Moreno hasta distintos lugares de Merlo por fue por recomendación de amigos, “a un lugar donde ahora hay un hospital”, y cuando se acercaron a la zona sintieron gritos de auxilio, se aterraron y decidieron irse, dijo.
La próxima audiencia quedó programada para el lunes 30 de diciembre.