La Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia es querellante en este juicio que tiene 12 imputados en delitos de lesa humanidad cometidos contra 74 víctimas.
Este martes 26 de noviembre el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Rosario, presidido por Elena Dilario, continuó con la audiencia 21 del juicio que juzga delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar en la jurisdicción del Área Militar 132, que abarcaba gran parte del noroeste de la provincia de Buenos Aires integrado por los partidos de San Nicolás, Ramallo, San Pedro, Baradero y Pergamino.
En la anterior del martes 12 de noviembre, habían testimoniado Omar Orlando Schnell, Carlos Salvado, Marta Luján y Paola Klein.
Omar Schnell militaba desde principios de los años 70, cuando el peronismo estaba proscripto, en la Juventud Peronista, en la organización Luche y Vuelve. “El día que Isabel puso el Estado de Sitio me allanaron la casa y la Unidad Básica donde yo participaba. No pasó a mayores pero bueno, los grupos de derecha que operaban en Santa Fé, nos conocían así que como soy técnico me vine a San Nicolás. Soy técnico y rendí en SOMISA para entrar al sector LD, el sector más nuevo, y me tomaron. Eso fue en abril del 75. Y a los pocos meses me eligieron delegado del sector. Claro que cuando vino el golpe las cosas cambiaron mucho dentro de la planta. Y con un grupo de compañeros habíamos creado una agrupación, la Felipe Vallese, vinculada al Peronismo Auténtico y relacionada políticamente con Montoneros”, relató Omar.
Fue así que un día cuando llegaba a su casa fue alertado por el carnicero del barrio que no vaya porque estaban los militares. Por lo cual se fue a buscar a su esposa al lugar donde estaba haciéndose controles del embarazo, y de ahí partieron con ayuda de un capataz de SOMISA hacia la ciudad de Santa Fé.
“Como a los 15 días mandé a mi hermano a buscar las cosas nuestras de la casa y entregar la llave de la a la inmobiliaria, y bueno, mi hermano ahí se dio cuenta que en la casa no había nada, nos habían robado todo. Inclusive las cosas que estaban por contrato que eran de los anteriores dueños que habían fallecido. O sea, que también quedé con una deuda porque los garantes eran mis compañeros de trabajo”.
De este modo, como en la ciudad de Santa Fé los enfrentamientos era cotidianos y Omar era ya muy conocido, en especial “por la gente que se había ido con la disidencia, que había formado la JP Lealtad, y ellos eran directamente delatores”, decidieron con su pareja irse a la provincia de Mendoza. Y fue en 1979, cuando ya estaban nuevamente viviendo en Santa Fé, su esposa Elsa Liliana Splendiani estaba embarazada de siete meses, que fueron detenidos-secuestrados y luego torturados en diferentes cárceles y centros clandestinos de detención, como la Unidad Penal N° 3 de San Nicolás.
También prestaron testimonio en esa audiencia de modo presencial el sobreviviente Carlos Salvado, quien también militaba en la Juventud Peronista y hacía dos meses había empezado a ser parte de las cuestiones sindicales de Montoneros, en la agrupación Felipe Vallese, cuando fue secuestrado con su esposa cuando en la casa que habitaban en el pueblo La Emilia. Luego fue golpeado, interrogado y torturado en distintas oportunidades con picana eléctrica, con simulacros de fusilamientos, con escenas donde lo llevaron a reconocer compañeros que estaban calcinados e irreconocibles.
“Perdón, lo recuerdo, medio hacen mal, este bueno, me llevan en ese cuarto, me desnudan, me atan en una cama con un enrejado metálico, abierta las piernas y los brazos, y ahí me ponen una venda la cabeza que cubría los ojos nada más. Me atan un alambre en el dedo gordo del pie y empiezan a darme electricidad, picana eléctrica en la boca, en los testículos, en la cola, en todo el cuerpo”, contó muy conmocionado Carlos, que estuvo cinco años privado de su libertad.
Por último, declararon de modo presencial la testigo Marta Luján Bracalenti, esposa del trabajador de la papelera Flipasto, Enrique Klein, y contó que vivían en Ramallo en marzo 1976 cuando su marido fue secuestrado en la madrugada por una patota que entró a su casa. Ellos estaban con sus hijas de 4 y 6 años y Marta luego perdió el embarazo de cuatro meses y debido al maltrato de los represores.
Enrique estuvo cinco meses secuestrado y fue interrogado, golpeado y torturado en distintas oportunidades; y luego liberado en una ruta del pueblo. Y también declaró su hija, Paola Klein, quién narró muy conmovida lo que le contaron sobre la detención de su padre.
***
En la audiencia 21 testimoniaron Haydeé Beatriz Rivas, Naldo Brunelli, Ángel Alfredo Frizón y Nélida Mirta Monge.
Haydeé Beatriz Rivas fue detenida junto a su ex esposo Carlos Eduardo Salvado cuando vivían en la casa de sus suegros en La Emilia, San Nicolás. Haydeé recordó cómo fue interrogada por Saint Amant y de haberlo visto también cuando fue a buscar sus pertenencias que les habían robado de su casa el día del allanamiento.
En el caso del testimonio de Naldo Brunelli lo hizo de modo virtual, hoy tienen 77 años y es el número dos de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), secretario general de la UOM San Nicolás desde el año 1973 y diputado provincial del bloque Unión por la Patria.
“El 23 de marzo vine acá a Capital y me encontré con el secretario Blanco, creo que era secretario administrativo. Me dijo que estaba todo tranquilo. Yo le dije que no coincidía, que había visto en toda la ruta de San Nicolás, tanques y equipamiento militar. Que no desconozco porque hice el servicio militar en Olavarría en el año 68 y que eso no era precisamente un desfile militar. La próxima fecha patria era el 25 de mayo y me dijo: no quédate tranquilo. Habló con Lorenzo Miguel a la Casa Rosada y me volví a San Nicolás. Y cuando llegué estaba en mi casa con el ejército y la policía. Sacaron armas y finalmente nos dejaron un tiempo, no accediendo mucho a la fábrica hasta que finalmente no pudimos entrar más. Y en ese ínterin, en marzo del 77, quedo detenido”, relató Naldo antes de afirmar que estuvo privado de la libertad en la Comisaría 1° y luego en la Unidad N° 3 alrededor de tres meses y puesto a disposición del PEN por “actividades subversivas”. Y dijo que en distintas oportunidades fue con el obispo Carlos Horacio Ponce de León a hablar con Saint Amant por detenciones de varios trabajadores y delegados del gremio.
Finalmente, testimoniaron de modo presencial el sobreviviente Ángel Alfredo Frizón, que hoy tiene 51 años y trabajó 38 en una empresa química de San Nicolás y 4 en SOMISA.
“Llegando a mi hogar, venía caminando solo para mi hogar, y vi una persona que se paró en la esquina y me miraba. Yo supuse, era de noche las 9 de la noche y cuando llegué a esa esquina me pregunta cómo me llamo. Y le digo: me llamo Alfredo Frizón, ¿y usted quién? No dice nada, no me contesta y le pregunta a los otros que estaban más o menos unos 10 o 15 metros. Había dos autos Ford Falcon, uno atrás del otro. Y ahí había gente, algunos que estaban sobre la calle y otros sobre la vereda. Y entonces le dice: se llama Frizón Alfredo. Y había alguien de atrás que lo alcancé a escuchar que le decía preguntale si le dicen Pichón. Y entonces me pregunta y digo sí, me dicen Pichón. Ah es ese, dice, es ese. Y ahí fue donde me cargan, me ponen una bolsa negra la cabeza y me tiran en el asiento de atrás de uno de los Ford Falcon. Y todo esto lo estaba viendo mi esposa y porque yo vivía desde ahí unos 15 metros”, comenzó relatando Ángel sobre el día de su secuestro en septiembre de 1976 por personas de civil.
Estuvo tres meses secuestrado, luego liberado y con los años pudo dar con el lugar que estuvo privado de su libertad, torturado en distintas oportunidades y quemado con cigarrillos. Fue la Brigada de Investigaciones ya que contó que estando secuestrado se había levantado la venda de los ojos para ver el lugar que luego reconocería.
Ángel Alfredo Frizón no pertenecía a ninguna agrupación política o sindical, pero dijo que le interesaban los volantes, los panfletos y materiales que distribuían las agrupaciones, “porque hablaban sobre sobre la dignidad del hombre que trabaja, y hablaban esas cosas de las arbitrariedades que sufrimos de una parte, hay veces de las dos partes. Bueno, y llevaba panfletos a SOMISA, eran panfletos de alguna organización política o sindical. Más que nada pero provenían de un de un muchacho que conocí que se llamaba Tito, que nunca supe qué pasó con él”.
También prestó testimonio la esposa de Ángel Alfredo Frizón, Nélida Mirta Monge, quien relató el día del secuestro cuando una patota entró a su casa buscando a su marido. Ella estaba con su bebé en brazos y fue fuertemente golpeada.
Luego de eso los represores se fueron y cuando Nélida salió de su casa pudo ver que se llevaban a su marido.
La próxima audiencia quedó fijada para el martes 10 de diciembre a las 9 hs.