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“1 Y 60” Y “COMISARÍA 8VA”

GUSTAVO GONZÁLEZ: "ME REPETÍAN, PREPARATE PORQUE VOS VAS A SER BOLETA"

Con los testimonios de dos sobrevivientes se llevó a cabo la Audiencia 37 del juicio de lesa humanidad que juzga los delitos de lesa humanidad en dos CCDTyE de La Plata.

Viernes 5 de Julio 2024
GUSTAVO GONZÁLEZ: “ENTRE LAS PERSONAS QUE ESTÁBAMOS AHÍ, TENÍAMOS LA CONSIGNA QUE CUANTO MENOS SABIAS ERA MEJOR”
Cuerpo de Caballería de calle 1 y 60. Audiencia 37

Este jueves 4 de julio el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, que investiga los hechos de lesa humanidad ocurridos en dos de los centros CCDTy E que funcionaron en la Plata, el Cuerpo de Caballería ubicado en calle 1 y 60, y en la Comisaría 8° de calle 7 y 74, continuó con la audiencia 37 con el desarrollo de la etapa testimonial.

El primer testimonio de modo presencial fue del sobreviviente Juan Carlos San Leandro, que tiene actualmente 81 años y durante la dictadura cívico militar era empelado del Banco Provincia y militaba en el gremio de empleados bancarios. 

En 1976 fue secuestrado a la madrugada por una patota de la dictadura cuando estaba en su casa en la calle 38 entre 14 y 15 de la ciudad de La Plata. Allí vivía con su pareja Violeta Astuti y sus hijos, “que no recuerdo si ya había nacido…sí era un bebé, lo tenía en brazos, y Grisel, que ya tenía conciencia de lo que estaba pasando, era una chica de unos 5 o 6 años, tal vez”, recordó San Leandro.

Ese día fue llevado a “1 y 60” donde estuvo una semana y fue torturado en distintas oportunidades. “Entraron a mi casa, estábamos durmiendo y me llevaron por la fuerza". De este modo, la fiscalía le nombró personas para ayudarlo a refrescar la memoria en base a testimonios ya prestados por el San Leandro hace unos años en otros juicios de lesa humanidad. Algunas de esas personas fueron: Bataglioro, dos hermanos de apellido Espinel Bofi, Andrés Etcheverri, Juárez, Marchetti, Morán (que no trabajaba en el Banco Provincia pero estuvo detenido con ellos y que San Leandro recordó que le decían Pajarito), Pizarro Néstor, Armando Rodríguez, Suñol (que también recordó que no trabajaba en el Banco). 

Luego San Leandro relató que Caputo, “que era el subjefe de le dijo que la orden de detención venia del Banco Provincia, porque eran activistas gremiales y “era obvio que la cosa había nacido ahí”.

El otro testigo fue el sobreviviente Gustavo Carlos González, quien tiene 70 años y lo hizo de modo virtual. Fue privado de la libertad en 1976 y llevado desde Santa Cruz al Cuerpo de Caballería ubicado en “1 y 60” de la ciudad de La Plata.

De este modo, Gustavo González detalló su largo derrotero desde que fue secuestrado.  “Yo trabajaba en Río Gallegos, Santa Cruz, en la empresa YPF, soy Técnico Mecánico y fui empleado en la empresa para trabajar en petróleo. Hay un yacimiento que está a unos 100 km de la ciudad, yo vivía ahí y me llevaban al lugar. Como era soltero, YPF me pagaba el alojamiento en un hotel y ahí conocí muchas personas, la mayoría de YPF. Y ahí conocí una persona y entablamos una especie de amistad, y recuerdo que entre otras cosas, que le asistí porque estuvo enfermo varias veces. Y también había una afinidad ideológica, compartíamos ciertas ideas. Y él me confesó que era de la organización ERP y que había participado en Monte Chingolo. Y se ve que a este muchacho lo venían siguiendo porque un día llego al hotel y había un montón de patrulleros y demás; y cuando entro me preguntan gente de civil, qué relación tenia con él y otras preguntas generales”, relató.

“Y el vínculo estrecho o cercano con esta persona hace que me impliquen de alguna manera, con su actividad. Y entonces lo llevan él y me llevan a mí. Paso la noche en un calabozo y al otro día me llevan al aeropuerto y me trasladan a Aeroparque. Junto con este muchacho la policía nos entrega a no sé qué fuerza, pero uno de ellos yo lo conocía, porque tenía cierto vínculo con mi padre que era de la Fuerza Aérea, no sé qué función tenía esta persona, no sé, pero supongo que era de la parte de inteligencia. Y recibí ciertos favores por parte de él por ser conocido de mi padre, me sacó las esposas en el avión, me dijo que confiaba en mí, que no haga nada raro; y al otro no, lo llevan esposado. Y cuando llegamos a aeroparque había patrulleros de la provincia de Buenos Aires y nos trasladan en dos patrulleros distintos y nos trasladan a La Plata. Yo no conocía La Plata y después caí que era el Cuerpo de Infantería ubicado en 1 y 60. Ahí nos meten en un calabozo, éramos solos nosotros, esposados y los pies atados con alambre, y encapuchados. Eso fue como lo más tortuoso hasta ese momento. Luego fue cayendo más gente detenida”.   

Finalmente, detalló lo padecido durante su detención. “Luego nos interrogaron y este muchacho dijo que yo era de Montoneros, lo cual era cierto porque yo se lo había dicho. Entonces me preguntaron qué cosas hacía, cuál era mi función, qué actividad tenía dentro de la organización, qué lugar ocupaba. Yo en todo momento sostuve que conocía gente que aparentemente estaba en la organización pero sostuve a capa y espada que no tenía nada que ver. Recurrieron a torturas y demás. Yo me sostuve ahí. La primera vez me pegaron mucho en la cabeza y se me hizo un hematoma muy grande, entonces pensaron que tenía un derrame cerebral y me apartaron y estuve en una camilla incomunicado y me sacaron fotos, parecía un monstruo. Me repetían, preparate porque vos vas a ser boleta. Luego de eso, cuando mejoré me llevaron de nuevo a interrogarme e intentaron con distintas torturas que me quebrara, y yo me mantuve en mi discurso. Hasta que un día me dicen que me van a liberar y me piden si me podía quedar hasta el otro día para que me hagan la ficha administrativo y soltarme”.  

En cuando a su amigo, recordó que el apellido era algo así como “Castañese o Castañede. Y es una persona que después desapareció, no estuvo más con nosotros. Y cuando estuve ahí con otros cuatro varones, recuerdo a dos nomás, por los hechos. Uno éramos bastantes cercanos, era médico y cuando salí me comprometí a dejar un papel en su casa por debajo de la puerta, diciendo que él estaba bien, que estaba en 1 y 60. Era un casa muy cerca de ahí, no más de 7 u 8 cuadras, recuerdo porque fui caminando. Y el otro, creo que se llamaba Pablo o algo así. Y recuerdo que me impresionaba porque le habían quebrado un brazo y no recibía asistencia. Estaba muy dolorido y recuerdo que a él le decían judío de mierda. Siempre lo trataban de eso”.  

La próxima audiencia está programada para el próximo jueves 8 de agosto a las 9.00 hs.