El pasado jueves 16 de mayo continuó el juicio que juzga los hechos ocurridos en ambos centros clandestinos de detención y exterminio, y que en el caso del Cuerpo de Caballería de calle 1 y 60, fue el primer eslabón del plan represivo montado por las fuerzas armadas y de seguridad en la ciudad de La Plata durante la última dictadura cívico militar.

El juicio que lleva a cabo desde hace un año el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, presidido por la jueza Karina Yabor, y los jueces vocales Ricardo Basílisco y Andres Basso investiga la responsabilidad de alrededor de 20 acusados, ex oficiales del Regimiento 7 de Infantería y del Destacamento 101, así como personal de la Policía Federal y de la Bonaerense.

Entre otros, los cargos contra ellos incluyen privación ilegítima de la libertad, tortura, violación y asesinato que, según los casos, afectaron a unas 300 personas que fueron secuestradas y mantenidas en cautiverio entre marzo y diciembre de 1976.

La lista de los imputados por los delitos cometidos en “1 y 60” la integran los genocidas Roberto Armando Balmaceda; Carlos Ernesto Castillo "El Indio"; Alberto José Crinigan; Tomas D´Ottavio; Carlos Hugo Leguizamón; Claudio Rubén Mejías; Raúl Ricardo Monzón y Juan Antonio Vidal.

En tanto, por los hechos registrados en la comisaría 8va están imputados: Enrique Armando Cicciari; Luis Gustavo Diedrichs; Lucio Carlos Ramírez y Rubén Vicente Sánchez; Jorge Héctor Di Pascuale; Carlos María Romero Pavón y el exministro de Gobierno bonaerense, Jaime Lamont Smart. Y por su accionar conjunto en ambos centros clandestinos de detención se encuentran Lucas Marcelo Castro; Ismael Ramón Verón y Enrique Francisco Welsh. 

En cuanto a las personas secuestradas y torturadas por los genocidas está Jorge Julio López, sobreviviente de todo ese período y secuestrado y desaparecido nuevamente en democracia en 2006 tras declarar como testigo contra el comisario Miguel Etchecolatz, jefe del Circuito Camps.

Otro de los sobrevivientes fue Eduardo Oscar Schaposnik, quien falleció en 2004 y ahora su hijo, Rubén Emilio Oscar Shaposnik, prestó testimonio y relató cómo los genocidas sacaron a su padre de la clandestinidad del cautiverio y, tras su paso por la Comisaría 8ava, para “legalizarlo” continuó preso y a disposición del PEN en la Unidad 9 hasta 1982.

Eduardo Schaposnik era estudiante de medicina y militaba en el Partido Comunista Marxista Leninista, y quienes estuvieron detenidos con él eran trabajadores de Propulsora Siderúrgica, Frigorífico Swift, SIAP, Astillero Río Santiago, la Destilería de YPF y otras fábricas y talleres de la zona.

La próxima audiencia está programada para el próximo jueves 23 de mayo a las 9.30 hs y continuará la etapa testimonial.