En la reanudación del juicio conocido como Mega Causa Zona V, brindaron su testimonio familiares y allegados de víctimas de la última dictadura cívico militar.
En la audiencia 43 que se llevó a cabo en el Tribunal Oral Federal Criminal de Bahía Blanca, se escucharon los testimonios de los hermanos Rolando y Matilde, hijos del desaparecido Miguel Poblete, a quien se lo vio por última vez el 11 de enero de 1977. También declararon ex empleados de la víctima Julio Infante y un familiar de José Antonio Garza, ingeniero electricista, egresado de la UNS y asesinado en la localidad de Diamante en un falso enfrentamiento.
Uno de los hijos de Miguel Poblete, Rolando Segismundo, contó que cuando secuestraron a su padre “vivíamos en Patricios al 1700, barrio Noroeste con mis tres hermanas, mi mamá y mi papá. Él era chileno y se movía dentro de la colectividad. Tenía 55 años y era vendedor ambulante. A las 11 de la mañana me daba el dinero recaudado, yo me iba a casa y lo esperábamos. Doce, doce y media ya solía estar en el hogar. Ese día no llegó. Nadie supo decir nada. Mi viejo siempre andaba con documentos encima. En la comisaría no nos dieron mucha bolilla. También fuimos al hospital. Quedamos a la espera y no llegó”.
Rolando comentó que su madre tres meses antes de morir le contó que en el destacamento de General Cerri preguntó por Miguel y un oficial le dijo‘nos mandamos una cagada’.“Otro abrió un cajón, y ella identificó un porta documentos de mi papá. Acá no pasó nada, la amenzaron. Por eso digo que ahí mataron a mi viejo”, relató el testigo.
Al ser consultado por el Auxiliar Fiscal Pablo Fermento sobre el daño que sufrió su familia, Rolando dijo: “Tres infartos, mi hermana todavía no lo supera, mi vieja fue la que más lo sufrió. Hice el servicio militar obligatorio en 1978, estuve marginado, parecía que tenía sarna. Venía uno y me decía: ‘esta bala es para vos, chileno’.
Además, dio detalles de las acciones en los que participó cuando hizo la ‘colimba’: “Bajo bandera, la Compañía Comando y Servicios hacía operativos. Estuve en el Cholo pidiendo documentación y también en Palihue Chico donde se juntó a toda la gente en un salón para identificación. En el Regimiento sabíamos que había un horno de ladrillos y un tambo.También nos llevaban al Gimnasio y nos mostraban diapositivas sobre lugares donde habían estado los guerrilleros. Nos psicopateaban”.
Sobre uno de los imputados en esta causa, Alberto Daniel Rey Pardelas, el ex conscripto recordó:“Quedó a cargo del rejunte de las dos compañías. Él iba a los operativos, casi todos los hacían de noche. A ese hombre le robaron un fusil en la guardia, le arruinaron la carrera y por eso se desquitaba con la tropa”.
“Él es Miguel Poblete, no es un NN, es mi padre”
Matilde, hija de Miguel Poblete, declaró de manera presencial y relató el episodio en el destacamento policial de General Cerri al cual también hizo referencia su hermano: “Entró mi mamá sola y les dijo que quería hacer una denuncia por la desaparición de su esposo. Le mostró la foto al policía y ella escuchó como este le dijo a otro: ‘hay una mujer que busca a esta persona. ¿No es el que hicimos cagar fuego? Mi mamá estaba escuchando todo”.
Según relató Matilde, su madre meses antes de morir le contó que “el oficial abrió un cajón, mi mamá vio el porta documentos que le había confeccionado y el policía le tiró el documento sobre la mesa. La amenazó con que tenía que dejar de buscarlo porque si no íbamos a correr la misma suerte que mi papá. Sabían toda nuestra vida. ‘Me tenes que dar las gracias que no te levantamos al pibe’, le dijeron en el destacamento”.
La mamá de Matilde y Miguel recorrió varios medios de comunicación y fue a reconocer cuerpos en varias oportunidades. “Eso fue lo más duro que le tocó a mamá. La psicopatearon durante tantos años. Yo tuve que retroceder 46 años. Lo único que me queda esta foto, nunca hubo un cuerpo, no hubo un lugar donde yo pueda llorar a mi padre. Les agradezco y venir y decir: él es Miguel Poblete, no es un NN, es mi padre”, relató entre lágrimas mientras señalaba la foto de su papá.
Antes de concluir su declaración, Matilde expresó ante el Tribunal Oral Criminal Federal de Bahía Blanca: “Lo único que me dejaron es dolor. Esta es mi oportunidad para que mi padre deje de ser un NN. Necesito cerrar un ciclo, una parte de mi historia, la más cruel. Les agradezco esta oportunidad”.
“Nunca supimos dónde está Julio Infante”
En la cuadragésima tercera audiencia también declaró de manera presencial, Jorge Wertz, citado por la Ministerio Público Fiscal por el caso del asesinato de Julio Infante. Jorge era empleado de la víctima en el Bowling Center de la ciudad de Bahía Blanca: “Lo aprecio mucho. Ayudó a la gente humilde. Por eso estoy acá, en honor a él”.
“El chiva”, como se lo conocía a Infante, fue secuestrado una madrugada en su comercio. Wertz detalló: “Recuerdo que esa noche, dos de la mañana, esta gente pasó por la posta que tenía Julio en Donado 27 y luego vinieron a buscarlo al bowling. Le avisan por teléfono que lo estaban buscando. Él no lo creyó. A los pocos minutos, aparecieron siete u ocho personas, todos encapuchados. Entraron como bomberos a apagar el fuego, no se identificaron. Sentí tiros y gritos cuando iba hacia el baño. Me pegaron con la culata. Julio ce encerró en su oficina. Luego de una balacera, cuando lo estaban sacando dijeron: ‘está herido. A este hijo de puta lo quiero vivo, no lo quiero muerto, hacele un torniquete’, dijo el que estaba al mando”.
Minutos antes de responder preguntas de las partes, el testigo expresó: “Hasta el día de hoy no sé por qué pasó lo que pasó. Julio tenía mucha capacidad, era muy inteligente. No sé el motivo del secuestro. Infante era una persona especial, si venía alguien a pedir algo, le decía ‘tenés hambre. Preparále una comida’. A los diarieros, a los que pasaban a pedir, los sentaba de comer. Yo era humilde, me ayudó un montón. Era una persona muy especial”.
“Fue muy shockeante. Nunca más supimos nada”
También por el Caso Infante, declaró de manera virtual, Nora Noemí Armario quien a los 16 años trabajaba como cocinera del Bowling Center. “Esa noche lo sacaron del local, fue en mayo de 1976. Estábamos limpiando la cocina, de pronto entraron dos encapuchados, con armas largas, nos redujeron y nos llevaron al salón. Hubo una infinidad de balas”.
Luego de la balacera Nora pudo escuchar como arrastraban al Julio Infante: “Le decías malas palabras. Lo agarraron del cuello, a la rastra, lo llevabanherido. En una parte del brazo tenia huecos. Dejó un tendal de sangre que nosotras tuvimos que limpiar. Fue muy shockeante. Nunca más supimos nada del señor Infante”.
“Enfrentamiento militar decía la nota del diario La Nación”
Por el caso de José Antonio Garza, ingeniero electricista, egresado de la UNS y asesinado en la última dictadura cívico militar, fue citado Jorge Raimundo Damiani, quien declaró a través de la conexión telemática y expresó que “en agosto de 1977 leímos en el diario La Nación que mi cuñado había sido abatido en la provincia de Santa Fe, enfrentamiento militar decía la nota”.
“Fuimos con Mónaco y mi suegro. Hicimos trámite de exhumación en Santa Fe. Reconocimos el cuerpo por el color de pelo. Era colorado. Está sepultado en el cementerio de Tres Arroyos”, relató Damiani.
La fiscal auxiliar Paula Molini consultó por las consecuencias que tuvo este hecho en su familia y Jorge Raimundo respondió: “Fue muy duro. Eran momentos muy difíciles. La sociedad generaba discriminación”.
La próxima audiencia será el jueves 16 de febrero a las 9 horas en el TOCF de Bahía Blanca.El debate se puede seguir de manera presencial en Lavalle y Chiclana con presentación del DNI o a través del canal de YouTube de la Subsecretaría de Derechos Humanos: www.youtube.com/derechoshumanospba