Con testimonios desde España y Río Negro se realizó la quinta audiencia. Tres de los testigos estudiaban en la UNICEN cuando fueron secuestrados y pudieron describir con detalles a algunos de los imputados.
Desde Barcelona declararon Héctor Daniel Caresia Lamas, Stella Maris Arostegui Porto y Ana Paula Caresia, hija de ambos. También lo hizo Luis Edgardo Caresia Lamas, hermano de Daniel, quien se encontraba en España de visita.
Los testimonios brindados por la familia Caresia desde España expresaron el alcance temporal y espacial del dolor y las consecuencias. El exilio formó parte de las dinámicas del terrorismo de Estado, la expulsión de aquellos y aquellas, ya fuese a través del miedo, la persecución y las amenazas.
Daniel y Stella dieron cuenta de los seguimientos e inteligencia que las fuerzas de tarea hicieron sobre ellos antes y después del golpe; relataron los allanamientos violentos, sus secuestros, las torturas y violencias que padecieron, la liberación seguida de amenazas y advertencias, y expresaron que el exilio se había convertido en la única vía de sobrevivencia.
Sufrieron allanamientos y detenciones en el año 1975, tuvieron que quemar bibliografía y les advirtieron “que bautizaran a su hijita”. Una de las detenciones violentas que padecieron fue durante un cumpleaños familiar en octubre de 1977. Y en marzo de 1978 se exiliaron en España con ayuda de la familia y amigos.
Daniel Caresia Lamas estudió en la Facultad de Arquitectura de Mar del Plata y luchó fuertemente desde 1971 para que la perspectiva de su carrera tuviera anclaje social en una ciudad que privilegiaba el boom turístico por sobre los problemas habitacionales de los trabajadores. El padre de Stella Maris Aroztegui perteneció a la resistencia peronista, para ella fue natural en su juventud sumarse a la militancia de base en barrios de la ciudad de Tandil, como La Movediza y Villa Aguirre, donde daba clases de apoyo escolar. Como estudiante de física y matemática en la UNICEN asumió la lucha por la gratuidad universitaria*.
Caresia Lamas contó que durante los interrogatorios le mostraron fotos, algunas de compañeros y militantes. Una en especial estaba tomada desde un plano superior y se lo veía a él con mucha nitidez durante una marcha volanteada en 1975. La misma foto se la mostraron a Stella Maris.
Daniel finalmente agradeció a los organismos de DDHH, dijo que confiaba en el tribunal para impartir justicia y para que estos hechos no se repitan “Nunca Más”. Además, aseguró que “somos viejos pero la memoria no se jubila” a pesar de los 45 años de espera.
Por su parte, Stella Maris Arostegui aseguró que les borraron la sonrisa y llegó a perder el sentido de la vida. Sin embargo, dijo: “me rehíce 1001 veces, aunque 1001 veces me quebré”. Se convirtió en profesora y extendió su trabajo a barrios de migrantes en Barcelona porque “entendía lo que sentían”. Nunca hizo algo distinto a lo que hubiera sucedido sin atravesar esta historia. “Soy lo que hice con lo que hicieron de mí”, expresó.
Ana Paula tenía 2 años cuando partió al exilio junto con su padre y su madre. Volvió a la Argentina cuando tenía 9 y pudo conocer a su familia por primera vez. Cada vuelta al país fue un “maremagnum emocional” y remarcó lo difícil y triste que fue crecer en el exilio y sin su familia.
Actualmente es una médica reconocida en España y reivindicó y agradeció la decisión de su padre y madre, porque “tuvieron que escoger entre la vida, el exilio o la muerte, y gracias a ellos no soy huérfana. Su objetivo de que creciera y me sintiera segura lo lograron”, sostuvo.
Asimismo señaló que el juicio y su declaración resultaron liberadores para ella, y espera que así sea para quienes resultaron víctimas indirectas del terrorismo de Estado. Sin embargo, desatacó que como profesional entendía que no iba a repercutir de la misma manera en Héctor y Stella porque ya tienen 70 años. “Hubiera preferido que fuera antes”, dijo.
Por su parte, quién abrió la jornada fue Rubén Guillermo Tormo declarando desde el Juzgado de Paz en Rio Negro. Estudiaba Veterinaria, militaba de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y era el presidente del centro de estudiantes cuando fue “chupado en 1977”. Rubén pudo reconocer claramente el baño de “La Huerta” ya que le sacaron las vendas cuando lo dejaban ir a ese lugar. A partir de la liberación, quedarse aislado para no resultar buchón fue lo más difícil.
Los testimonios no solo dan cuenta de los horrores particulares, sino que además sirven de verificación de otros relatos que dan cuerpo a esta causa u otras en curso. En cada uno aparecen las referencias a otras personas que se encontraban en las mismas condiciones de detención ilegal, pero sobre todo echan luz sobre lo sucedido con las personas que aún permanecen desaparecidas.
Todos y todas estuvieron presentes de manera remota vía zoom y la audiencia fue presidida por el Juez Nicolás Tosselli.
El próximo 5 de mayo el Tribunal estará presente en Tandil para realizar la inspección ocular del Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio (CCDTyE) “La Huerta”. También se constituirá en la ciudad para desarrollar la audiencia del 6 de mayo desde la sede del Rectorado de la Universidad del Centro.
*A comienzos de la década del '60 cuando se había iniciado en nuestro país el proceso de creación de universidades privadas, se gesta en Tandil la idea de montar un instituto de estudios superiores. En 1964 se crea Instituto Universitario de Tandil. La actividad académica de esta universidad privada se inició en la Facultad de Ciencias del Hombre, a la que se agregaron en 1965 las Facultades de Ciencias Económicas y Ciencias Físico-Matemáticas y en 1969 la Facultad de Ciencias Veterinarias. En 1974, a través de la Ley 20.753, se creaba la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y llegaban así a buen puerto las gestiones efectuadas con la finalidad de reunir en una universidad nacional las estructuras universitarias existentes en las ciudades de Tandil, Olavarría y Azul. El 9 de octubre de 1974 la presidente María Estela Martínez de Perón firmó el decreto que promulgó la ley de creación de la UNCPBA (Reseña disponible en web UNICEN).
Nota realizada por Soledad Restivo en el marco del convenio entre la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN)