Buenas tardes a todos y a todas. Quería agradecerles a quienes hoy nos acompañan, secretarios de deportes de muchísimos distritos, intendentes e intendentas, que hoy estuvimos a la mañana también en un acto importante por la distribución de recursos que corresponde y que la Provincia se había comprometido, que es ley, pero que, a diferencia del Gobierno nacional, la Provincia cumple.
Recordaba recién con los chicos y las chicas de Lomas de Zamora, que es la segunda vez consecutiva por lo menos que nos toca entregarle el premio por las medallas. Así que felicitaciones a Salto, felicitaciones a Lomas, felicitaciones a los 135 distritos y a los pibes y a las pibas de toda la provincia de Buenos Aires que hacen un esfuerzo enorme.
Tengo para agregar, simplemente, algunos pequeños comentarios sobre la situación actual. Es cierto, los Juegos Bonaerenses tienen 33 ediciones. Esta es la edición número 33 de los Juegos Bonaerenses. A nosotros nos tocó pasar por una situación muy complicada, el primer año del mandato sobre todo, el segundo también, bastante, que tuvo que ver con la pandemia. Así que hicimos un esfuerzo formidable para que, de modo virtual, de modo remoto se pudieran hacer los Juegos Bonaerenses. No queríamos dejar un año sin Juego Bonaerenses. Nos parecía muy importante darle continuidad a esta política pública que tiene que ver con la juventud, que tiene que ver con el deporte, con la identidad de la provincia de Buenos Aires, con el orgullo bonaerense. Así que en la pandemia dijimos “¿Cómo nos va a tocar una situación peor que esta?” Pasamos la pandemia.
Y hoy estamos viendo —quiero ser muy claro con esto— que a nivel nacional hay desinterés, es cierto, hay demoras, hay indefiniciones. Pero ya hay —a cinco meses vista— una política muy direccionada para desmantelar, desde el Gobierno nacional, las políticas históricas destinadas al deporte.
Recién lo decía Leandro [Leandro Lurati, subsecretario de Deportes], estamos en un momento donde hay una enorme nebulosa sobre cuestiones tan básicas y claras como la representación olímpica de la Argentina, como con el CeNARD.Todo está siendo sometido a un proceso de ajuste con saña, un proceso de ajuste determinado ideológicamente.
Nadie puede pensar que rompiendo, destruyendo, secando, ahorcando los presupuestos vinculados al deporte, se va a resolver algún problema de ningún tipo presupuestario del país. No es por ahí. Es una visión de Estado, es una visión de país, es una visión de gobierno, es una visión de la historia, es una visión del futuro, que considera que el Gobierno nacional, que los gobiernos, no tienen que ocuparse prácticamente de nada.
Esto tiene elementos teóricos, conceptuales, ideológicos e históricos. Porque nosotros decimos —hemos dicho durante toda la vida, pero ahora, agrego, lo hemos dicho específicamente en esta campaña electoral que nos depositó de nuevo en un segundo mandato en la gobernación— que un eje central de nuestra comprensión de nuestra provincia de Buenos Aires es que aun siendo la más rica —porque en proporción la más rica, la más poblada, 38 por ciento de la población del país, aun siendo la provincia más productiva— hay muchísimas necesidades pendientes. Hay muchísima deuda con nuestro pueblo, con el pueblo de la provincia de Buenos Aires. Por más que seamos el 50 por ciento de la industria, los que más producimos, los que más empleo podemos tener, los que más riqueza generamos, pero hay mucha necesidad también y mucha postergación en la provincia de Buenos Aires.
Estamos discutiendo esto. Nosotros hemos dicho que todas estas necesidades que hay, las consideramos no simplemente como gente que no ha podido, gente que no quiso como aquel que dice “el que está en una condición vulnerable es porque no se esforzó lo suficiente y es por culpa de él”. Este es un discurso muy neoliberal, que mira todo desde la perspectiva individual, y considera que el que tiene es porque se mató trabajando y el que no tiene es porque será un vago, será un inútil, será un tonto, por eso no le puso suficiente. Y esta perspectiva, desde lo individual, después lleva a la explicación de la sociedad, que lo único que reúne a esos individuos, lo único que los convierte en un colectivo, en algo conjunto, es el mercado.
Son oferta o son demanda, y punto. Y se cree que en este mecanismo de la oferta y la demanda se va a resolver todo de la manera más eficiente, la más eficaz, la más potente, la única pensarán. Y que todo lo que perturbe esos mecanismos, todo lo que aparezca por fuera de esos mecanismos, en realidad, está mal, es un obstáculo y arruina. Entre otras cosas, el Estado.
Por eso esa idea de detonar, de destruir al Estado. En este caso sería desde adentro. Quiero decir que hoy en la Argentina estamos viviendo una situación realmente muy compleja, como acabo de decir, no es presupuestario desfinanciar el deporte olímpico, desfinanciar el deporte de excelencia, todas las políticas públicas que había que convirtieron a la Argentina en uno de los países donde el deporte juega un papel muy importante en aquello que nos define.
Nosotros somos un país en el que en cada barrio importa el deporte y donde nos importa a todos hacer un esfuerzo colectivo para que el deporte de excelencia, para que el más competitivo, para que nuestros atletas, para que nuestro pibes y pibas tengan el deporte como una parte de su vida, aún cuando sus condiciones económicas, o las condiciones geográficas, o sus condiciones sociales, se lo impedirían.
Nosotros sabemos que en cada placita, en cada descampado de la provincia de Buenos Aires, en cada espacio, se hace una canchita de fútbol y los pibes y las pibas juegan de esa manera. Pero sabemos muy bien que mejor que una canchita en un descampado, con unas piedras para marcar los arcos, es mejor una cancha de fútbol en un club de barrio. Por eso apoyamos a los clubes de barrio.
Sabemos que una cosa es jugar con una pelota, una pelota de trapo, y otra cosa distinta es participar en disciplinas que requieren equipamiento, que requieren formación, que requieren acompañamiento, que requieren recursos. Hay muchas de las disciplinas olímpicas, pero también la de los Juegos Bonaerenses, que necesitan un equipo que no se pueden procurar haciendo el arquito de una manera y la pelota de otra, y jugando ahí en el potrero. No es un tema de potrero. Son disciplinas que requieren recursos. Y que muchas veces los mejores para esas disciplinas, individualmente, no los tienen. No tienen esos recursos. No los tienen ni ellos, ni sus familias, probablemente ni en su comunidad, ni en el barrio.
Entonces, estaríamos en una situación que le indico a estos amantes, admiradores y aduladores del mercado que es tremendamente ineficiente. Les gusta tanto la ineficiencia. Es tremendamente ineficiente porque, tal vez, el mejor atleta que tenemos para una disciplina jamás va a poder ejercitarla, ejercerla, prepararse, entrenarse, competir. Y entonces, estaríamos desperdiciando un montón. Es un disparate. Esto lo digo desde la perspectiva de ellos, desde la perspectiva nuestra yo digo, ¿qué es lo más triste de todo esto? Que es tremendamente injusto que aquel que tenga las ganas, las condiciones —o sea, lo que nosotros llamamos necesidad— después no pueda expresarla y no tenga las condiciones y el medio para expresarla por una cuestión totalmente separada de su voluntad y de su esfuerzo, que son esas condiciones en las que azarosamente le tocó aparecer, nacer, vivir y desarrollarse. Le queda lejos.
Un campeón olímpico, tal vez, lo tenemos en un barrio o lo tenemos en una localidad, donde no tiene forma de demostrar eso que puede hacer ni de hacer eso que quiere. Lo digo sintéticamente porque engloba muchas situaciones de este tipo. Primero, que no alcanza con el mérito, con el esfuerzo. Que no todo resultado depende sólo del mérito individual y personal. Muchas veces porque son hechos colectivos, entonces solo no haces nada. Y muchas veces, también, porque las condiciones donde se aplican esos esfuerzos son tan desfavorables que el esfuerzo no alcanza. Ir a pescar, sos el mejor pescador, pero estás en un desierto y no vas a conseguir pescado. Entonces alguien tiene que correrte, sacarte del desierto, generar las condiciones para que eso que tenés como vocación, como deseo o como voluntad, se pueda ejercitar, se pueda expresar y, finalmente, fructificar.
Y otra cosa más, porque no es un tema individual solamente. Es un tema colectivo. Quiero decir, acá hay pibes y pibas que ganaron más medallas, pero a nosotros nos llena de orgullo que representen a la provincia de Buenos Aires. No es de ustedes solos y de cada uno, es del conjunto de la provincia de Buenos Aires. Cada campeón, cada automovilista, cada futbolista, cada basquetbolista, cada uno de los que salen de la provincia de Buenos Aires son un logro colectivo. Porque después se analiza todo desde lo individual, el esfuerzo individual y el logro individual.
Bueno, acá, en la provincia de Buenos Aires tenemos una idea distinta, que yo sé que les puede resultar un poco fea, agresiva o, tal vez, anacrónica, fuera de moda, pero en la provincia de Buenos Aires cultivamos la solidaridad. Y eso es mejor para el conjunto, y no es “cuánto pongo yo y cuánto me devuelven”. Es cómo hacemos entre todos y todas para que nos podamos expresar y para que podamos desarrollarnos y fructificar de manera colectiva, como la provincia que somos.
Este año, los Juegos Nacionales Evita se van a hacer. En concreto no tienen fecha, no existe una contraparte que nos pueda asegurar que sí o que no, incluso. No sabemos. Estamos en la incertidumbre. Así que el deporte en la Nación y el deporte en la Provincia tienen este problema. Hay una ausencia. No es sólo una ausencia, es una deserción. Porque no es esto algo optativo —a ver si me copa o no me copa, si me gusta o no me gusta, si mi librito, el que me leí vaya a saber en qué facultad porque no queda claro, se aplica así o no se aplica así— son responsabilidades. Son responsabilidades, son obligaciones, son tradiciones, son cuestiones culturales, son cuestiones históricas.
Los Juegos Evita, la verdad es que nosotros los necesitamos. Doy un ejemplo: como no tenemos las fechas, siempre nosotros coordinábamos para la Copa Buenos Aires. Ahora como no sabemos si hay Juegos Evita, estamos con esto. Nos pasa en todas las áreas del Gobierno, con la obra pública, con la vivienda, con el alimento para los comedores sociales, con los medicamentos para los hospitales, nos pasa obviamente con la cultura. Nos pasa con el trabajo en los comedores escolares nuestros. Nosotros ponemos, contribuimos con los comedores escolares entre la comida en el comedor escolar y el módulo alimentario, damos respuesta a más de 2 millones de familias en la provincia de Buenos Aires.
Y estamos invirtiendo. Este mes hemos aumentado los montos porque desregularon el precio de la comida, está todo imposible. Los hemos aumentado en concordancia porque la comida es la comida. Así que estamos poniendo 55.000 millones de pesos por mes — presupuesto de la provincia de Buenos Aires— para el refuerzo alimentario y la seguridad alimentaria de toda la Provincia, en todos los municipios de la Provincia. Dos millones de familias, aproximadamente. Y el Gobierno nacional tiene presupuestado 55.000 por mes. Eso serían, para sintetizar, 600.000 millones de pesos en un año. ¿Saben cuál es el presupuesto nacional que hay vigente? 47.000. Para todo un año y todo el país, 47.000. Nosotros, por mes, 55.000 millones de pesos. Y por año, 600.000. Estamos hablando de a quién le importa y a quién le importa un rábano si come la gente, los pibes y las pibas en las escuelas.
Así que imagínense el deporte. Son números muy crudos y muy crueles. La verdad es esa. Porque nos dejan en un estado de abandono e indefensión a todas las provincias argentinas, a los intendentes y las intendentas, que hacen un esfuerzo muy grande también para sostener.
Como este año no sabemos si va a haber Juegos Nacionales Evita, decidimos que la Copa Buenos Aires se va a realizar en los Juegos Bonaerenses. O sea, la vamos a hacer igual, aunque no estén. Así que esto es importante decirlo, yo creo que después hay muchas palabras, pero en concreto, están dejando a muchos pibes y pibas probablemente sin los Juegos Evita. Nosotros acá en la Provincia hacemos este esfuerzo, lo hacemos colectivamente, lo hacemos muy convencidos. Sabemos que también están sometiendo al Gobierno provincial, y a todas las provincias, y a los municipios también, a una suerte de ahorcamiento, de ahogo presupuestario.
Esto lo decía el Cuervo [Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad] recién: nos han retirado fondos que son obligación de la Nación, los estamos reclamando pero mientras tanto no podemos dejar caer cosas tan, tan pero tan relevantes. Decía recién, qué idea tenemos, por qué el Estado. Para ellos el Estado es una asociación ilícita, o una asociación criminal, una organización criminal… Bueno, vengan a decírselo a los 470.000 pibes y pibas que este año van a ir a los Juegos Bonaerenses, con un Estado provincial y municipal. ¿De qué organización criminal están hablando?
Son decisiones políticas, sí, la verdad que son decisiones políticas. Es un Estado presente, es cumplir con algo que si no lo hace el Estado, no lo hace nadie.
Probablemente, nosotros hemos agregado a la etapa regional ahora una etapa interregional, así se conocen entre sí. Hace a la identidad de la provincia de Buenos Aires, hace a la integración de la provincia de Buenos Aires. Es una inversión muy grande, pero genera también en cada distrito actividad económica. La generó cuando el año pasado decenas de miles de pibes y pibas fueron a participar de la instancia final. Eso lo reconocían recién los comerciantes, la hotelería, y es parte de nuestra Provincia también. Es un círculo virtuoso que permite integrar la actividad de cada uno de los distritos. Sabemos que lo esperan todo el año, que se entrenan, que se preparan, que además es un momento de camaradería, de compartir con todo el pueblo,porque lo hemos vivido, hemos ido, y cómo se conocen las delegaciones, todo lo que se produce con los Juegos Bonaerenses.
Así que era muy importante para nosotros, aún en esta situación, que es no sé si tan, más, igual, pero equiparable a la situación de pandemia, porque de repente apareció una crisis enorme que hay que afrontar. Así que la Provincia de Buenos Aires lo que viene a decir es que cuenten con ella para llevar este momento tan complejo, a veces amargo, pero que lo vamos a llenar de deporte, lo vamos a llenar de solidaridad y lo vamos a llenar de alegría en los Juegos Bonaerenses.
Muchísimas gracias a todos los distritos, gracias a los chicos y a las chicas, que le ponen tanto, que lo disfrutan, que demuestran que no son los jóvenes los culpables, sino al revés; como decía Hebe, tampoco son el futuro, son el presente de la provincia de Buenos Aires. Así que el futuro sí, pero sobre todo el presente.
Así que muchísimas gracias.