Comienzo pasando un aviso que olvidó mencionar el intendente de Mar Chiquita, Walter [Wischnivetzky]: entre las tantas políticas que llevamos adelante en la Provincia, que fortalecimos durante este tiempo, junto con Producción, Turismo y Cultura, están las fiestas populares de la provincia de Buenos Aires, que a veces eran olvidadas.
En Mar Chiquita, tenemos la Fiesta de la Empanada Costera, que se llevará a cabo los días 19, 20 y 21 de enero. En la última edición, estuve en la Fiesta y me comprometí a probar todas las empanadas. Eran 44 empanadas y me salvó la lluvia, porque empezó a llover. Todavía estoy recuperándome.
Además, el 10 y 11 de febrero tenemos el Carnaval del Bosque y el Mar, y la Fiesta de la Cerveza Artesanal del 20 al 25 del mismo mes. Buenos Aires es la principal productora de cerveza de la Argentina. Y la Fiesta del Potrillo en marzo.
Estoy muy contento de poder retomar esta verdadera tradición que tenemos. Se inició en pandemia; lo hicimos por una necesidad imperiosa, la situación era muy mala para el turismo en aquel momento. Turismo, entretenimiento, gastronomía, hotelería, todo se vio muy afectado por la pandemia. Así iniciamos estas Conferencias de Verano, recorriendo los destinos turísticos, escuchando a cada uno de los sectores. Tuvimos un largo encuentro con diferentes sectores locales de Mar Chiquita, pero también de otros municipios vecinos de la región. Nos acompañaron a estas como lo hicimos siempre, invitando y acompañados por los intendentes, no sólo de distintos turísticos, no sólo de la quinta sección electoral, no sólo del peronismo, sino intendentes de la provincia de Buenos Aires preocupados por la situación y buscando soluciones. Como lo hicimos aquella vez, hoy también.
Luego de eso, en pandemia, diseñamos el PreViaje junto con el Gobierno nacional, diseñamos el programa de acompañamiento a establecimientos turísticos. Más adelante, y lo vengo a reivindicar también hoy que parece cuestionado, pero no en la Provincia, en las elecciones, nos dieron la instrucción de hacer lo que podamos para poder continuar con los viajes de egresados de las pibas y los pibes de la provincia de Buenos Aires. Veremos en qué situaciones y de qué manera.
Diferentes programas que tenían que ver con fortalecer el turismo, desde la cultura, desde la producción, desde la obra pública. Nos acompaña el ministro Katopodis, hoy de Infraestructura. Iniciamos estas reuniones periódicas donde nos juntamos con los intendentes y los sectores, a escucharnos, a pensar proyectos, planes, medidas, a recibir, por supuesto, muchas veces felicitaciones, muchas veces también críticas, pero hemos ido mejorando.
Y de esta forma, como observábamos recién, después de la pandemia, con todas estas políticas durante todas las temporadas, batimos récord una temporada tras otra en la provincia de Buenos Aires: de asistencia, de visitantes, de tráfico, de permanencia, de gasto.
Así veníamos y hoy nos encuentra esta temporada con un cambio muy profundo en la política macroeconómica, en decisiones que ha tomado el Gobierno nacional, cuyos efectos se pueden prever, se pueden teorizar, se puede estudiar la historia, experiencias parecidas, pero no hay nada mejor que escucharlo de boca y en primera persona de quienes están sufriendo hoy estas políticas económicas.
Nos hemos reunido con el sector de la pesca, que estuvo en esta reunión, ya lo habíamos hecho en Mar del Plata. Un sector de la pesca que, obviamente, porque lo dicen ellos mismos, cada uno de los actores que pertenecen a ese sector, no solo Mar del Plata, la Costa Atlántica, sino otras provincias también en la patagonia, sabiendo que es un sistema que tenemos que se puede perfeccionar, pero mostrando también estadísticas de exportación, de producción y de éxito y, sobre todo, de industria nacional y trabajo argentino. No alcanza con sacar los pescados y venderlos, sino que hay que crear trabajo en la provincia de Buenos Aires y en la Argentina. Empresarios, inversores, no solo de la industria naviera sino también de la industria pesquera, los diferentes eslabones de esta cadena de valor.
También nos acompañaron desde el sector productivo, el sector agropecuario, el sector turístico, diferentes representantes de la cultura y tantos más, de todos los municipios de la región.
¿Qué tenemos? Siempre empezamos así, no tenemos ningún problema en reconocer que es un verano complejo, decía Augusto [Costa], heterogéneo. Y lo que se está observando, como resultado de las políticas económicas que se han decidido últimamente, es una diferenciación, una polarización. No es que a todos les va bien o a todos les va mal. Veníamos de veranos récords, de temporadas récords, creciendo en afluencia turística, en ocupación de los establecimientos, en niveles de gasto y en prolongación de las estadías.
Lo que hemos visto, por lo menos hasta el momento, es que hoy en día ha crecido en algunos destinos la afluencia turística. Pero junto con el crecimiento de la afluencia turística, ha caído muy fuerte la ocupación, ha caído enormemente el gasto promedio y ha caído también la duración de las estadías. Es decir, hay un turismo más ocasional, más corto, se dice más gasolero, pero creo que es de mal gusto con el precio al que han puesto el litro de gasoil. Así que tenemos una temporada muy heterogénea, donde se observa una polarización, una diferenciación entre sectores que les va igual, en algunos casos muy contados un poquito mejor, pero al grueso: en el turismo familiar, el turismo popular, lo que es el turismo de clase media, observamos todos los indicadores a la baja.
Y no es porque lo digamos nosotros con estadísticas. Nos comentaban recién representantes del sector hotelero de toda la Provincia, del sector de agencias de viajes: que mientras hoteles premium —los de mayor costo y mayor prestación en términos de lujo— tienen buena ocupación, los que son de una, dos y tres estrellas se encuentran con niveles de ocupación muy bajos. Y lo mismo sucede en términos de destinos: mientras a determinados destinos no les va mal, o les va igual, incluso a algunos, muy pocos, un poco mejor, en los destinos usualmente populares y masivos encontramos una fuerte caída en la ocupación de hasta 30 puntos en los establecimientos hoteleros. Ante esta situación, ante esta evidencia, ante estos resultados, porque si suben los alimentos, sube la nafta, sube el costo de vida en general, y los salarios no suben, la verdad que tampoco hay que ser economista austríaco, ni de Harvard, ni de ninguna escuela para entender que el turismo masivo se va a resentir.
Eso es lo que estamos observando. Esto viene pasando. Ante esto, nuestra idea no es ni quejarnos ni lamentarnos, sino buscar medidas desde el Gobierno de la Provincia y medidas que puedan aplicar estos intendentes e intendentas, empresarios y empresarias comprometidos con sus localidades, comprometidos con el empleo y el trabajo nacional, comprometidos con la provincia de Buenos Aires, para que ante esta adversidad podamos dar la mejor respuesta posible y así sostener los niveles de ingreso, de actividad y, sobre todo, de empleo, que necesitamos esta temporada. Esa es la primera definición: el compromiso irrestricto de la provincia de Buenos Aires para acompañar esta temporada, para que le vaya bien a las y los trabajadores, para que le vaya bien a los empresarios de la provincia de Buenos Aires, que se dedican al turismo.
De acá en adelante, esa será la modalidad: seguir trabajando. No menos Estado, sino más Estado para dar una respuesta ante una situación que se presenta adversa. Porque, terminando el capítulo, la belleza, no es natural, porque natural sería una playa desierta, sino una belleza que también es producto de actividad humana, a la que le ayuda la naturaleza, pero con esta riqueza que tiene la provincia de Buenos Aires en destinos, como siempre lo hemos hecho, que promocionamos en el litoral bonaerense, pero que también lo hacemos para nuestras lagunas, para nuestros ríos, para nuestros lagos, para nuestras sierras, para nuestro turismo rural, hemos desarrollado muchísimo turismo en toda la provincia de Buenos Aires, propuestas para todos los bolsillos, para todas las posibilidades, propuestas para todo tipo de turismo.
Por eso quiero mencionar, también, que en medio de esta situación, gracias al acompañamiento, la decisión y la vocación de empresarios bonaerenses, así como al acompañamiento del Gobierno y del Banco de la Provincia de Buenos Aires, pudimos relanzar Aquasol, que es un parque temático histórico, tradicional en la provincia, que ha abierto sus puertas, que da trabajo y sobre todo llena de sonrisas a las familias que lo visitan. La verdad es que estoy muy contento por poder hacer eso. Es decir, seguir incentivando, seguir ampliando la oferta turística para todas las posibilidades.
Algunos comentarios generales, que tengo para agregar. El primero tiene que ver con un titular de un diario de hoy, que decía que el gobernador —me nombraba a mí, mi nombre, etcétera— estaba desafiando al Gobierno nacional. ¿Cómo lo desafiaba? Ustedes pensaran: hablando con una cuenta fake. No. ¿Insultando, agraviando? No. ¿Saben cómo estábamos desafiando al Gobierno nacional? Subiendo los sueldos de las trabajadoras y los trabajadores de la provincia de Buenos Aires.
Quiero dejar en claro que no teníamos la vocación de desafiar a nadie. La verdad que no. Simplemente, cumplir con la responsabilidad y cumplir con los compromisos para que aún en condiciones complejas y desfavorables, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires haga los máximos esfuerzos para que no se deteriore el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadores de la Provincia.
Esto obviamente enfrenta obstáculos muy grandes y los va a seguir enfrentando. Veremos siempre qué es lo que se puede hacer en base a los recursos de los que podamos disponer. Obviamente, lo comentábamos hoy con los representantes de los diferentes grupos de trabajadoras y trabajadores de la Provincia, que cuando se aplican estas políticas generales de ajuste, de restricción, estas políticas ortodoxas, lo que empieza a pasar es que primero se ajusta el gasto, porque esa es la idea, se ajustan jubilaciones, o se ajusta el presupuesto destinado a la obra pública, o se ajusta el presupuesto destinado a los gobiernos provinciales, y así sucesivamente. Lo que pasa después es que caen los ingresos. Es el ABC. Si hay una caída muy fuerte, de 20, 30 puntos en los salarios van a caer los ingresos, luego van a caer los gastos, obviamente va a caer la facturación de las empresas, por lo tanto las empresas van a empezar también a reducir. Y así vamos, en ese espiral descendente que termina en que la recaudación impositiva de los gobiernos cae también.
Porque, obviamente, si se vende menos, o si se factura menos, ingresos brutos, y cualquier tributo vinculado a los ingresos o a las ventas empieza a caer. Se ajusta el gasto y caen también los ingresos. Entonces, ¿cuál es la respuesta ortodoxa? Ajustar el gasto y luego caen de nuevo los ingresos. Y así sucesivamente. Con lo cual, el resultado final es que el objetivo no se logra. Es como esa fábula de Aquiles y la tortuga. No quiero ponerme a hablar de fábulas cuando está la realidad, pero quiero decir que es muy difícil, es un objetivo que se persigue y tiene después el efecto contrario.
Hoy en la provincia de Buenos Aires también tenemos algo para festejar. Tenemos a nuestro ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, con el que hemos estado trabajando en base a la experiencia que trae luego de haber hecho una formidable gestión en el Gobierno Nacional. Pero sabemos que hay una decisión —aparentemente, porque no hay definiciones del todo— de hacer un corte en la obra pública a nivel nacional. Obra pública que no es que el Gobierno nacional realiza en el Gobierno nacional, porque el Gobierno nacional tiene como jurisdicción todo el territorio de la República, en las provincias. Si se corta la obra en Nación, lo que está pasando es que se está descontinuando, o dejando de lado, proyectos de rutas, proyectos de escuelas, etcétera.
Todo eso pasa en todas las provincias, y también en la provincia de Buenos Aires. Ante esa situación, nuestra vocación —más allá de lo desfavorable que pueda resultar el contexto,de la manera que podamos y abocándonos a todas las medidas y las decisiones posibles en este cuadro— es continuar la obra pública en la provincia de Buenos Aires. Continuar la obra pública quiere decir —porque a veces parece que estos fueran discusiones, torneos, desafíos; de nuevo, no hay ninguna intención— que la obra pública es una escuela. Cuando nosotros hacemos una escuela nueva, hemos hecho ya 206 escuelas nuevas en la provincia de Buenos Aires, edificios. En general todas estas escuelas son escuelas que se construyen en barrios, en localidades, en lugares donde no hay escuela, donde los pibes y las pibas no pueden ir a la escuela porque no está el establecimiento escolar. A veces tienen que viajar muy lejos, a veces no lo pueden hacer, entonces se quedan sin educación, sin acceso al jardín de infantes, directamente.
Luego de hablar de eficiencia económica y de leyes del mercado, hay que hablar de otro tema —que a veces se olvida— que tiene que ver con la justicia, con la justicia social. Que todos los pibes de la provincia de Buenos Aires tengan acceso a la educación, no es una cuestión de quimera. Es una cuestión muy práctica y real. Entonces, nosotros tenemos que seguir construyendo escuelas porque todavía hay pibas y pibes que no tienen un edificio en condiciones o directamente no tienen posibilidad de ir a la escuela. Eso creo, estoy casi seguro, de que no hay ningún argentino, argentina, que piense que está bien que un pibe y una piba se queden sin escuela. Si lo quieren decir de manera simple, nuestro compromiso es ese: que nadie se quede sin ir a la escuela, que haya escuelas para todas y todos, más allá de la cuna en la que nacieron, del lugar donde nacieron.
A veces, es mucho más sencillo de lo que aparenta. Es simplemente esto. Lo menciono porque tampoco hemos prohibido que ahí donde no hay escuela, que venga un privado y ponga una privada. No está prohibido. No estuvo prohibido este tiempo. No está prohibido hoy. Entonces ahí está la dificultad que tal vez algunos no quieren ver. No hay poder adquisitivo —menos ahora— para pagar una cuota de una escuela privada. Aún cuando la mayoría de las escuelas que se llaman privadas son de gestión privada en la provincia de Buenos Aires y la inmensa mayoría son subsidiadas. El Estado provincial paga el 40, 60, y en su mayoría, el 80 por ciento de los salarios en las escuelas donde hay gestión privada.
Lo digo con toda la convicción de que es así, que está bien que así sea, porque de lo contrario no podrían pagar la cuota montones de pibes y pibas, montones de familias se quedarían sin ir a la escuela. Así que hay pública, hay privada, ma non troppo. Pero nadie prohíbe que haya una privada sin subsidio. Lo que pasa es que no hay poder adquisitivo para hacerlo. Entonces, la verdad es que ni voucher, ni arancel, ni privatización resuelven eso. Lo resuelve el Estado acá y en cualquier lugar del mundo. Así que vamos a seguir abriendo escuelas en la medida de lo posible.
Y hoy venimos, también, a dar inicio a una obra muy importante, que después va a redundar en más trabajo, en más inversión, en más rentabilidad para los privados. Es decir, también es falso que haya una contradicción entre el privado y el Estado.
Les cuento para que se entienda porque se ve que hay que discutir de nuevo lo básico, pero bueno bienvenido, a discutir lo básico. Hemos hecho acá cerca una obra que es histórica. Venía del gobierno anterior. Es el corredor atlántico. Convertir en autopista la ruta 11 y la ruta 56.
¿Qué ventaja tiene esto? Se llega más rápido, hay menos accidentes, entonces puede venir un público que de otra manera tardaría mucho, aparece el turismo de fin de semana, el turismo ocasional. Y, sobre esa posibilidad que facilita el Estado, aparecen nuevos negocios, nuevos emprendimientos, etcétera.
No es una contradicción, nosotros no lo vemos como una contradicción. ¿Qué pasó? El gobierno anterior había iniciado la obra. Y cuando recorríamos estas zonas durante la campaña me preguntaban: si iba a terminar la obra o la iba a parar. Me parecía una pregunta absurda. Mi respuesta era que, obviamente, íbamos a intentar terminarla. Veníamos de una época donde la que era gobernadora, María Eugenia Vidal, había decidido en varias oportunidades que no se iba a terminar una obra si la había iniciado el gobierno anterior.
Ya en campaña nosotros dijimos que la íbamos a terminar. El problema era qué avance tenía. Son 160 kilómetros de autopista. El avance que tenía, si no me equivoco, era de 7 kilómetros. O sea que no era terminar la Ruta 11 y la Ruta 56. Era empezarla. Y empezarla con la dificultad de que cuando se abandona una obra, ponerla, reactivarla a veces es más difícil que empezarla de cero porque a veces está judicializada, hay deuda, hay contratos incumplidos, etcétera.
Terminamos los 160 kilómetros que se habían empezado del corredor atlántico, pero faltaba un tramo de 72 kilómetros entre Villa Gesell y Mar Chiquita. Faltaba ese tramo importante porque tiene un valor regional, pero tiene un valor provincial, beneficia, obviamente, a Gesell, a Mar Chiquita, a estos partidos, pero beneficia a toda la costa bonaerense, beneficia también a Mar del Plata, beneficia a millones de personas que la transitan. Así que es una obra central, es una obra estratégica, es una obra emblemática, es una obra importante.
Y cuando esto es así, hay que hacerla. Por eso, hoy vamos a iniciar la obra, los 72 kilómetros. Así que esto también, advierto, es importante desde el punto de vista económico, importante desde el punto de vista de la seguridad vial, importante desde el punto de vista también del tiempo, porque ahorra tiempo, importante desde el punto de vista económico en general, pero importante también en el corto plazo porque la obra pública da trabajo. Ese también es un papel que tiene.
Nos reunimos, también, con un sector que está sufriendo buena parte de las decisiones de este Gobierno nacional: el sector de la construcción. Son miles de puestos de trabajo, son obras que se interrumpen. Así que por nuestra parte el compromiso está, lo haremos aún en la medida de las posibilidades, lo haremos aún cuando haya una animosidad, cuando haya intentos, cuando hablan de asfixiar. Leo en los diarios: asfixiar, ahogar, acogotar, ahorcar. Y decían que era al Gobernador, al gobierno, a un partido, que esa era la intención. Bueno, yo les doy esta noticia.
Cuando le quitan recursos a la provincia de Buenos Aires, el problema no es el gobernador, el problema es el pueblo de la provincia de Buenos Aires. 17 millones de personas, 300.000 kilómetros cuadrados, 135 municipios, principal provincia productiva en lo industrial, en lo agropecuario, principal provincia turística. Una provincia que es una provincia productiva. Tenemos que defender y acompañar a los sectores productivos que también están sufriendo algunas de estas decisiones para que no se confundan. Esto no es un tema de una persona contra otra, esto no es un problema siquiera de un gobierno contra otro. Es un problema con sectores productivos enteros que están en riesgo. Es nuestro compromiso, es nuestra obligación, defender esos sectores. Los representamos, se sienten representados, por eso vienen a pedirnos acompañamiento y ayuda en estas circunstancias. Ahí vamos a estar.
Para terminar, quiero aclarar una confusión: pueden decir lo que quieran, pero el gobierno de la provincia de Buenos Aires es el Estado más chico de la Argentina, es el Estado más austero. Es un Estado que, comparado con cualquier otra provincia, es el que menos gasto tiene por habitante. Y eso se nota. Y no es algo para festejar. Porque por eso mismo nos faltan todavía escuelas, nos faltan todavía hospitales, nos faltan todavía rutas.
Y cuando decimos que nos faltan escuelas aún cuando las inauguramos no dan clases solas. Hacen falta maestros y maestras, auxiliares, hacen falta médicos, hacen falta enfermeros, hacen falta trabajadores, que a veces despectivamente los llaman empleados públicos. Sí, son nuestros trabajadores del Estado, son médicos, son médicas, son enfermeros, enfermeras, son maestros y maestras, son también trabajadores de nuestras universidades provinciales y nacionales.
Todo eso necesitamos. No menos, más. Somos el Estado que menos gasta por habitante, somos el que menos empleados, el que menos trabajadores tiene por habitante. Y tenemos muchísimas necesidades, y tenemos muchísimas dificultades, que no vinimos a ocultar y a esconder abajo de la alfombra. Vinimos a abordar, a enfrentar y a trabajar para solucionarlas. Para eso nos postulamos, para eso estamos acá y eso es lo que vamos a seguir haciendo: defendiendo a una provincia productiva, a una provincia trabajadora, a una provincia que va por más.
Muchas gracias.