Muchas gracias a todos y a todas. Empiezo por agradecerle a Leo [Leonardo Boto, intendente de Luján], a través de Leo, a todo Luján. Hoy sí, una jornada intensa, ¿no?, porque la verdad es que estuvimos emocionados y lagrimeando, celebrando o reconociendo obra pública, infraestructura.
Fíjense que parece extraño en un país donde, desde el Gobierno nacional, han dicho que eso es estafa, fraude, choreo. Nosotros estuvimos hoy con los inundados de Luján, con los que sufrieron las inclemencias del tiempo y la bravura del río sobre sus hogares. Estuvimos en el Museo también, que me dijeron que se inundó 28 veces, que perdió patrimonio y la verdad es que estuvimos emocionados porque había testimonios de vecinos, de vecinas de Luján y contaban todas cuestiones que nos tienen obviamente sensibilizados y atentos por lo que ha pasado en Bahía Blanca, cómo de pronto sube el agua, una cuestión meteorológica, una inclemencia del tiempo, pero se lleva puesto cachos de patrimonio, de historia, de vidas;, así que [estuvimos] viendo un problema que era recurrente en Luján.
No me quiero extender porque está el documental donde me hicieron hablar bastante y contar un poco el origen de la obra. En el origen de esta obra hay un protagonista, por lo menos en la decisión de hacerla, que es Leo Boto, muchas gracias, Leo. También estaba hoy el intendente de Mercedes, Juan Ustarroz. Esta cuenca de un río, que la naturaleza quiso que a veces se desborde y, al mismo tiempo, la historia quiso, que acá se afinque un pedazo fundamental de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestro pueblo, pero también de nuestras creencias, de lo que nosotros queremos y queremos mostrar.
Por eso había que buscar la armonización entre una cosa y la otra, no puede ser que cada —como dice Leo— 7 años, haya un régimen de crecidas del río que inunda, cada 25 más grandes, cada 50 todavía más grandes, y que tengamos alrededor de ese río una población que sabe, que piensa, que espera que en algún momento esto ocurra y [tenga que] pasar esos [por] momentos dramáticos, perder sus cosas. Entonces, esta obra, es una obra que no se hizo nunca. Hubo otras obras para evitar inundaciones, pero de una magnitud absolutamente insuficiente, bueno, los terraplenes desde momentos muy antiguos, ¿no? Pero había que hacer una obra que requiere ingeniería moderna y sale 300 millones de dólares.
Quiero decir el número porque son números que superan por multiplicación un presupuesto municipal entero, y que es relevante en términos del presupuesto provincial: 300 millones de dólares. O sea que es una obra faraónica, es una obra de infraestructura que no se había hecho antes, porque hay que tener 300 millones de dólares para poner en una obra hidráulica. Hay que tener los recursos y hay que tener las prioridades, ¿no? Porque a veces los recursos están, ahora dicen que vamos a recibir del Fondo Monetario Internacional, si se llama eso recibir, y si se puede usar la primera persona del plural, que no estoy tan seguro, pero que el país se va a endeudar en 10.000 millones, 11.000 millones, 20.000 millones más. Bueno, yo lo comentaba el otro día, nada de eso está planeado para obras, pero es un montón de plata, es muchísima plata.
Fíjense que el crédito que toma Macri de 44.000 millones de dólares, 57.000 en lo que firma originalmente, es el préstamo más grande de la historia de una institución que fue creada después de la guerra para que, a través de préstamos, evite crisis en todo el planeta. El préstamo más grande vino a la Argentina y la verdad es que ni un dólar de esos fue a parar a Luján, ni un dólar de esos, del Fondo Monetario, fue a parar a la provincia de Buenos Aires.
Fue todo un proceso que, por abstracto, no debemos perder de vista; por eso a veces conviene ponerle nombre simple: una timba, fue una timba. Esos 44.000 millones de dólares los debemos todos nosotros, pero no es que se esfumaron, eh, alguien los tiene. Los debemos nosotros, pero alguien los tiene. No está en el Luján, no está en el Reconquista, no está en el Salado, no está en escuelas, no está en hospitales, pero alguien lo tiene y lo debemos.
Entonces, yo creo que estamos en una situación compleja, en un momento donde en la Argentina, y en otros lados del mundo, se está consolidando una línea política que está contra el Estado, contra las necesidades, contra la justicia social. El otro día Elon Musk tuiteó contra la justicia social. Entonces, en estas épocas yo creo que hay que poner en valor y en perspectiva lo que se está haciendo y lo que se hace. Hace 100 años [que] se espera esta obra, en realidad hace miles de años. Si alguien quería poner su casa, su pueblo acá y evitar que se inunde, había que hacer una obra de esta dimensión, aún cuando no se podía ni pensar en una obra de estas características. Pero lo que tenemos es una historia de pérdidas, de inundaciones, de miedo, de vivir con el río como amenaza. Y una ciudad que terminó temiéndole al río y a sus desbordes, y viviendo un poco de espaldas al río y desaprovechándolo.
Y eso creo que tiene una significación importante, también histórica, porque hoy estamos haciendo una obra —decía Leo— que va a durar 100 años, 200 años, 300 años. Lo que tenga que durar para que deje de inundarse, o por lo menos no lo haga con la frecuencia que lo hacía, o que sea totalmente excepcional y ante un hecho desmesurado. Entonces, estamos haciendo la obra del río.
La obra del río ustedes la vieron, porque los de Luján la conocen. Cuando alguien viene acá todavía impresiona. Es importante, Leo, lo decíamos recién, que la conozca toda la provincia de Buenos Aires porque este tipo de obras le cambian la historia al cauce y a la cuenca, pero son obras fundamentales para toda la provincia de Buenos Aires. Porque por más que estén cerca de un río donde se inunda mucho, no puede haber bonaerenses de primera y bonaerenses de segunda. O sea, que en nuestra provincia de Buenos Aires, donde hay una obra para hacer, hay que hacerla —y eso se lo digo a Milei— porque en eso se le va el sueño o la pesadilla a buena parte de nuestro pueblo.
Y son obras que las pensamos con varios contenidos. Recién Leo contaba, así al pasar, que son tantas cosas, pero esta es una obra que abarca los casi 100 kilómetros, pero que tiene una intervención muy fuerte en 60 kilómetros. Ustedes lo conocen, se cuadruplicó el cauce del río, ¿no? En varios, pero en el Salado estamos haciendo algo parecido. Son obras, yo digo faraónicas, pero bueno, la de allá es cuatro veces el canal de Suez, cuatro veces el movimiento de tierra del canal de Suez, dos veces el movimiento de tierras del canal de Panamá, ese que ahora Trump quiere manotearse también, ¿no?
Estamos haciendo esta obra que está pensada para evitar o mitigar las inundaciones, pero es una obra que está pensada, también, para recuperar y apropiarse del río. Para integrar la ciudad, el patrimonio, con el río. Y eso implicaba no solo lo que es forzoso, que es el trabajo de hidráulica, que era difícil de hacer, yo digo muy caro, pero lleva mucho tiempo, es una obra que además es incómoda cuando se hace. Pero bueno, había que encararla, implica los cinco puentes. Porque con un río cuatro veces más ancho, los puentes quedaban miniatura.
Entonces había que reconstruir los puentes, hoy lo vi. Bueno, lo venimos viendo. Es una maravilla lo que se está haciendo en materia de ingeniería. Pero es también que el río sea parte, en esa nueva condición, del entretenimiento, del deporte, de la cultura, de la vida cotidiana. Por eso planteamos la obra con estos parques lineales. Pero también para que no se vuelquen más los efluentes crudos al río. ¿Cómo vamos a hacer esta obra y que después el río se contamine? Así que son obras de tratamiento, de cloacas, en buena parte del cauce y de la cuenca.
Hay obras en Exaltación, en Pilar, hay obras en Mercedes, por supuesto, acá en Luján, hay en Suipacha. Es decir que esta es una obra compartida por toda la cuenca. Era importante que no solo estuviera concentrada en donde estaba el problema hidráulico, sino que hubiera un aprovechamiento del río, un cuidado del río. En tiempos en los que, decía, la obra pública es mala palabra, hay cosas que semánticamente, o incluso discursivamente, constituyen derrotas. Nos quieren obligar a creer que la obra pública es mala y que la obra pública está toda rodeada de cuestiones negativas.
Bueno, yo le quiero decir a Milei que la obra pública es que la gente no tenga que vivir con miedo a la inundación. La obra pública es que haya un lugar tan hermoso como este, Leo, para desarrollar las actividades culturales. La obra pública es que haya en la provincia de Buenos Aires 246 nuevas escuelas donde antes no había. La obra pública es que los trabajadores de acá tengan un ingreso para llevar a sus casas. La obra pública es que haya un hospital donde el que no se puede garpar el privado tenga la misma calidad de atención y no pierda la vida. Miren, cuando el presidente dice que él es el “topo” que va a destruir al Estado desde adentro, yo lo que digo es que todo bien, que haga lo que quiera, pero de la General Paz para acá, territorio libre de “topos”. ¿Qué es destruir el Estado? ¿Qué van a tirarte el Centro Cultural? ¿Qué van a hacer? ¿Romper el Udaondo?
Bueno, así que, obra pública, papel del Estado, la cuestión ambiental. También lo comentábamos recién, porque estas obras tienen que ver con la historia, con lo que ocurrió, pero sabemos que el mundo entero, lo veíamos este tiempo, en el sur de Brasil, ahí en Santa Catarina, en Florianópolis, en toda esa zona se inundó como nunca, lluvias torrenciales, nunca había pasado. Fenómenos climáticos absolutamente excepcionales. Pasó en Bahía Blanca, pasó en California, pasó en Valencia. Vieron, ¿no? Arrastrados por ríos de barro que levantaron fenómenos climáticos que no existen... Hay que ser o muy ciego, muy negador o muy colonizado para negar el tema del cambio climático.
¿Por qué digo esto? Porque ahora no solo tenemos que hacer lo que teníamos que hacer, sino que en materia ambiental tenemos que hacer un poco más. Así que esta, como decía recién Kato [Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura y Servicios Públicos], es una agenda que viene del siglo XVII, XVIII, XIX, XX, pero esto de hacer grandes obras de hidráulica para evitar inundaciones ante grandes tormentas o fenómenos climáticos, es también la agenda actual, del presente y del futuro, del siglo XXI.
Y estamos construyendo nuestra Provincia para adelante y para nosotros; para nosotros, no para venderla, no para liquidarla, no para ponerle la latita encima, no para ponerla en un RIGI sin que nadie pague impuestos y se lleve los recursos. Y me parece que es importante plantear, Vivi [Viviana Mallol, directora del Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo], lo del Pabellón Balcarce del Udaondo. Vine, no sé cuántas veces al Udaondo, vine un montón de veces, cinco veces vine. Las cinco veces me plantearon lo del Balcarce, que es algo histórico, algo importante.
Bueno, hoy estuve, la obra está funcionando. Así que, vamos a recuperar, como hemos recuperado tanto a nivel de nuestro patrimonio cultural, de nuestro patrimonio natural, de nuestro patrimonio museológico, de nuestro patrimonio universitario. Es cuidar, es cuidar lo que nos dejaron, ¿no? Así que hoy, un día donde estamos haciendo esta inauguración, Leo, te agradezco mucho la invitación y la corrida, ¿no? Siempre se pone la fecha que es distante y después se va acercando, pero es muy hermoso ver que este lugar se recuperó, también el uso, ¿no?
Porque ahora quieren solucionar todos los problemas con “privaticen, privaticen”, nos vienen con eso, como si alguien hubiera descubierto la pólvora, ¿no? La Argentina y la Provincia tienen una historia de haberle entregado lo que es de todos a los privados, como fue el ferrocarril, como fue Aerolíneas Argentinas, como fue YPF. Habérselo entregado a los privados y que nos lo liquiden y nos lo vacíen. Así que, la breve postal de un caso de usufructo privado de lo que es de todos, que diste, Leo, con este Centro Cultural, me parece que nos sirve de ejemplo para decir que hay determinados bienes, determinados bienes culturales, determinados bienes turísticos, determinados bienes históricos, que sí, que se pueden privatizar, pero que sepamos que se corre el riesgo, como pasó tantas veces en la Argentina, que nos lo deterioren, nos lo chupen, nos lo canibalicen, nos lo destruyan, se apropien de los beneficios y nos dejen los problemas.
Y esto ha sido la historia de las privatizaciones en la Argentina. Lamentablemente, lo que nos dice la historia es que ahora que vienen de nuevo a privatizar, lo que vienen a hacer es a saquear los bienes y los patrimonios de los argentinos y tenemos que defenderlos. Así que esto es lo que tiene que ser, lo que es de todos tiene que ser para todos, tiene que estar abierto a todos y tiene que dejar beneficios para todos. Beneficios espirituales, beneficios en la cabeza, pero beneficios también en el aprovechamiento de lo que tenemos y, sobre todo, y termino con esto, porque son hoy el museo, el río, un centro cultural, Leo, completito. Esta es la Provincia que queremos, una Provincia que invierta en cultura, que invierta en sus museos, que invierta en infraestructura y después sí, invitados todos los privados a hacer lo que tienen que hacer, pero primero nuestro pueblo, primero lo que es nuestro, primero la Patria.
Muchas gracias.