Es un día con muchas emociones. Gracias Marcos [Marcos Pisano, intendente de Bolívar], gracias Bali [Eduardo “Bali” Bucca, senador provincial] por las palabras. Esta es una obra que estaba planificada, que es muy importante para nosotros, y que tiene una historia que nos supera y nos trasciende, que es muy anterior a nuestra gestión, pero que vale la pena resaltar, vale la pena recuperar, porque estamos en un momento de la Argentina muy pero muy especial y muy particular.
Gas en Pirovano. Es como dicen los carteles que me muestran, es un hecho histórico. Yo les agradezco a los vecinos y vecinas por el acompañamiento, pero creo que en la coyuntura actual y con la expresión política y con la figura que gobierna hoy a nivel nacional, esta obra tiene mucha más significación. Simbólicamente. Sé que para ustedes va a ser un cambio absoluto en las vidas tanto familiares, como de la localidad.
Pero con lo que está gobernando hoy la Argentina, con Milei, creo que cobra una importancia totalmente distinta. Y nos deja enseñanzas muy profundas.
Así que empiezo con algo que se vincula mucho con la provincia de Buenos Aires. Hace poquitos días se cumplieron, el 25 de mayo, 50 años de la muerte de don Arturo Jauretche. ¿Saben quién fue Jauretche? Muchos de ustedes lo pueden conocer por sus libros, por su figura histórica, por su pertenencia, es un hombre que venía del radicalismo, yrigoyenista, terminó apoyando al peronismo, y él siempre dijo que no fue que se cambió del radicalismo al peronismo, sino que siempre apoyó las mismas ideas, que lo que pasó es que fue teniendo expresiones políticas distintas. Una idea de lo nacional, una idea de lo popular, una idea de la soberanía, una idea del desarrollo, que tuvo expresiones políticas distintas.
Pero hace 50 años moría don Arturo Jauretche y creo que algunas de sus palabras tienen mucha importancia hoy. No vine a hablar de Jauretche, pero le quiero tomar prestado un término que acuñó él que es el de zonceras, zonceras. Tiene Jauretche un libro que recomiendo porque parece escrito ayer, que se llama Manual de zonceras argentinas.
Él llama zonceras a esas ideas, hoy diríamos casi tuits, que son pequeñas frases que muchos repiten, que permearon y penetraron nuestro sentido común, tal vez, o de buena parte de los argentinos y que no se someten ni a reflexión, ni a discusión, ni a crítica. Es como que son verdades absolutas.
Y, si me permiten hacer este paralelismo, yo creo que muchas de las cosas que durante la campaña electoral dijo Milei se encasillan o podrían etiquetarse de esa manera. Zonceras, zonceras. Y creo que acá hoy en Pirovano podemos demostrar que, efectivamente, algunas ideas de campaña, como decía Bali, tal vez interesaron o fascinaron, o interpelaron a algunos y lo terminaron votando. Pero hoy desde acá, desde Pirovano, con esta inauguración, con el acceso que estamos haciendo, podemos demostrar que realmente, por más novedosas que parecieran, por más interesantes, por más que este carácter de original dijera “bueno, vamos a probar con esto”, son zonceras, son zonceras. Son mentiras elevadas a presuntas verdades, cuya aplicación práctica es absolutamente ruinosa, espantosa, trágica.
Eso es lo que estamos viviendo hoy. Zonceras llevadas a un plan de gobierno. Y estamos viendo los resultados de esas zonceras cuando se intentan aplicar a la realidad. Y lo podemos demostrar hoy, acá en Pirovano, de la mejor forma en la que uno puede discutir estas cosas. Porque si no después caes en la ideología, o en la teoría económica, la Escuela Austríaca, el anarcocapitalismo, el keynesianismo, quién tenía razón. Y creo que eso deja afuera de la discusión a muchísima gente. Porque quién sabe qué dijo en 1936 Keynes o quién sabe qué dijo Hayek o Mises en 1890. Y qué importa, finalmente.
Pero acá estamos demostrando que toda esa plataforma electoral está llena de mentiras y zonceras. Y que el que lo votó, bienintencionadamente, o esperanzadamente, o diciendo “bueno, vamos a probar esto a ver si funciona”, yo creo que a seis meses vista ya tenemos la comprobación de que, más allá de la cuestión teórica, todo esto no sirve.
Yo me animo a decir, como vengo de la economía y leí a esos mismos autores, que son ideas que no se aplicaron en ningún lado. Y menos mal. Hoy nos miran en todo el planeta con un signo de interrogación. Cómo, a ver qué está haciendo esta gente, a ver cómo es esto, que existe hace mucho tiempo, pero es marginal, nunca convenció a nadie, cómo ahora convencieron a un pueblo como el argentino de que le va a ir mejor, por más dificultades que podemos tener, falencias, críticas. Pero esto que están tratando de convertir en un plan, o en un programa de gobierno, que es dinamitar, destruir el Estado por dentro. Caracterizar al Estado de organización criminal o una cosa así. Son cosas realmente muy ajenas a nuestra cultura, a nuestra tradición. Y yo digo, acá en la provincia de Buenos Aires, muy ajenas a nuestras necesidades, a nuestros sueños, a nuestros anhelos, incluso a la construcción de lo que más queremos de la Provincia.
Cuando entrábamos veíamos la estación de tren y recordábamos cuando en los ‘90 desarticularon los trenes, que ahora lo quieren hacer de nuevo con la Ley Bases, muchos tal vez sin saber cuál es el resultado. Cómo convirtieron a muchos pueblos pujantes, con toda una historia, en pueblos con muchas dificultades nuevas por la pérdida de la conectividad. Y te lo venden como deficitario: “vamos a cerrar el tren”. Y después pasan estas cosas. Ya lo vivimos, eso es lo más loco de todo, ya lo vivimos. Nos dicen: “tengo una idea buenísima, privatizar Aerolíneas” Hay 21 destinos del país a donde solamente vuela Aerolíneas. Y yo le pregunto a cualquiera por qué solo vuela Aerolíneas y no va Air France, American Airlines, ni siquiera Fly Bondi. ¿Por qué no va nadie ahí, por qué no va otra compañía? Porque no es negocio. Lo digo con toda tranquilidad, no se me mueve un músculo. No es negocio. No te vas a llenar de plata haciendo vuelos a localidades del interior de la Argentina donde no hay volumen turístico, no hay recursos. No es negocio. Claro que no es negocio.
Y a eso me voy a referir, pero recuerden lo que digo sobre Aerolíneas. Ahora vamos al tema del gas y a las zonceras. Hemos escuchado al actual presidente de la Nación que dice Bali que acá logró cautivar o cultivar una adhesión electoral. Bueno, les mintieron. Fue una estafa. No quiero culpar a nadie, porque nosotros respetamos el voto como algo sagrado de la democracia. Así que cada uno vota y está muy bien, pero fue una estafa, les mintieron. No es lo que está pasando. Dijeron que iba a haber un ajuste que era sólo para la casta. No sé, acá en Pirovano, cuántos hay de la casta. No sé. Pero sí les puedo asegurar que si quieren ver para quién fue el ajuste se comprueba muy rápidamente. Vayan al supermercado, vayan a la farmacia, vayan a la estación de servicio. El ajuste que hizo Milei fue para el pueblo. No se salvó nadie. Es peor. La casta sí se salvó, porque son ellos los que están cobrándoles unos precios exorbitantes. Se salvaron. O sea, del ajuste sólo se salvó la casta. Gran zoncera.
Pero la otra es que no hace falta Estado, en ningún plano. Podemos hablarlo, que los problemas que tenemos son culpa del Estado, y que todo eso se solucionaría destruyendo al Estado y dejando a los privados y a la iniciativa privada y a la mano invisible del mercado que solucione todo. Y lo decía recién Bali, lo decía Marcos, el gas, la energía, en los pueblos de la provincia de Buenos Aires no es negocio. Traer el gas a Pirovano no es negocio. Esta inversión que se hizo no se va a recuperar con la tarifa de gas durante muchísimo tiempo. Si uno lo mira desde la perspectiva estricta del balance de un privado, y puedo decir cualquier privado, un kiosquero, un almacenero, uno que tiene un negocito, uno que tiene una empresa, y nunca haría este negocio. Es ridículo, salió 5.000 millones de pesos. Probablemente haya pocos empresarios por acá que tengan ese poder económico. 5.000 millones de pesos hundidos en la tierra, ¿quién lo va a hacer? ¿Y cuándo lo vas a recuperar con la tarifa? No quiero ni hacer la cuenta.
Entonces, no es negocio. Y, repito, no se me mueve un músculo, porque ya sé que no es negocio. Ya sé que desde la perspectiva económica del privado no es negocio. Y también hice una cuenta recién. Serán 700 hogares los que se van a conectar. Y acá viene la zoncera de Milei. Dijo “cero obra pública”, paró la obra pública. En la campaña electoral era una cosa, ahora es una realidad. Y pararon las cloacas en Urdampilleta. Pararon las obras de las rutas nacionales. Las pararon. Está el obrador y no tienen nafta los vehículos. Pararon las obras en universidades.
Están privando a la provincia de Buenos Aires y a los pueblos de la provincia de Buenos Aires, a Bolívar, a los intendentes, de tener cosas que necesitan. Pararon la obra. Están haciendo daño y generando un costo adicional, porque recuperar después las obras, ponerlas en marcha, nos va a salir muchísimo más caro. Dijeron ‘¿cómo vamos a solucionar este país? Obra pública cero’. Mentira. Enorme daño están haciendo. Dicen que “el Estado es una organización criminal”. Criminal es parar las obras.
Y entonces no va a haber ninguna obra de energía. Lo decía el otro día con un puente. Miren lo que están diciendo. Con un puente decían “¿pero quién haría un puente?” ‘Y, que se junten los vecinos, hacen una vaquita, si es muy importante y muy necesario, alguien lo va a pagar”. Es una comprensión absurda de cómo funcionan la sociedad moderna, las sociedades, no la Argentina, la bonaerense, ni siquiera sólo la latinoamericana, la mundial. Hay una enorme desigualdad. Hay quienes pueden pagarse todo, hay un puñado de millonarios que hoy tienen un porcentaje inmenso de toda la riqueza mundial. Es un grupito muy chiquito que representaba la riqueza del 50% de la humanidad. Esos sí se pueden pagar todo, ¿y todos los demás?
Entonces esto de que hay que hacer una vaquita… Yo decía 700 hogares para pagar una inversión de 5.000 millones de pesos ¿no?, tendríamos que estar pidiéndole a cada uno, no sé, 7 palos, 9 palos, no sé cuánto. No va a pasar. Hay algunos que no pueden pagarse el alimento, no va a pasar. Hay algunos tal vez de esos 700 hogares que tienen un poco más de poder adquisitivo, pero no pueden pagar 5.000 millones de pesos.
Entonces lo dicen a boca de jarro y es un engaña pichanga, es una zoncera, es una mentira. Eso es que no haya obra pública. Y que todo lo va a solucionar el privado ya lo expliqué, no es negocio para un privado. Le conviene mucho más poner un shopping en Capital que hacer una línea de gas. Y son inversiones voluminosas.
Entonces son todas mentiras. Es una engañapichanga. Y, la verdad, me parece que, a esta altura del partido, vale la pena mostrarlo con ejemplos. Cuáles son las causas de esto, no lo puede hacer un privado, no lo pueden hacer los vecinos. Y, entonces, si confiamos en que el mercado lo soluciona, no va a pasar nunca.
Y quiero recordar algo que se descubrió hace muchísimo tiempo, y que parece que tenemos que descubrir o discutir de nuevo, que es que cuando el privado no lo hace y los vecinos no pueden, entonces se forma una organización que los trasciende, que es colectiva y que es general y que resuelve esos problemas, como el gas en Urdampilleta, perdón, en Pirovano. ¿Y saben cómo se llama esa organización? Estado. El Estado está para generar un poco más de igualdad, un poco más de equidad y un poco más de dignidad para todos, más allá de que no lo puedan pagar o más allá de que no sea negocio.
Y lo dijo muy bien Bali, porque hay otra zoncera, que acá los argentinos tenemos que decidir: si es todo mercado o todo Estado. Parece que hay dos modelos posibles, por eso anda peleando con fantasmas, el comunismo, el colectivismo, que nadie sabe ni dónde está. Vive en la Guerra Fría este hombre. No se enteró. Yo creo que el día que se entere va a sufrir una conmoción. Se cayó el muro de Berlín. Alguien tiene que avisarle que se terminó la Unión Soviética. El otro día dijo “el comunismo de Rusia”. ¿En qué planeta vive? Persiguiendo comunistas.
Esto es el peronismo, no es el comunismo, es el peronismo. Y es lo que dice Bali, tiene que ver con la obra de gas y con la obra pública en general. Nosotros no tenemos que decidir o todo mercado o todo Estado. Y eso ya no existe más. Y me animo a decir que nunca existió en ningún lugar del planeta, ni el país más comunista se privó de tener iniciativa privada en la época en la que existía, ni el país más capitalista destruyó su Estado. No existe eso. Es una mentira. Nos ponen a dar una discusión terraplanista. No existe.
Es más, es prácticamente al revés. Y yo quiero felicitar por supuesto a la delegada, pero quiero felicitar al intendente, y al intendente anterior, porque esto es resultado de una pelea que se ha dado, de un reclamo permanente, sostenido, y que se corona hoy con una obra de esta magnitud, histórica.
Pero fíjense, trajimos el gas y esto va a permitir una mejora, se ve cuando uno compara el costo del gas de red contra el gas envasado, es cinco veces menos, una cosa así. Obviamente es una ventaja, un beneficio y una mejora importantísima. Pero también abre el camino a la posibilidad de radicar industrias. ¿Qué qué necesitamos? Que sean industrias privadas.
Es decir que acá no estamos discutiendo si va a ser todo público o si va a ser todo privado. Estamos discutiendo cómo el Estado puede trabajar inteligentemente para fomentar, para impulsar y para acompañar la inversión privada. Así funciona el mundo, Milei. El mundo real es ese, un Estado que trabaja, que planifica, que hace lo que el privado no puede hacer para que después venga el privado y tenga un negocio y gane plata y dé trabajo. El trabajo es privado en su mayoría. Entonces, por supuesto que ese es el objetivo. Ahora tenemos que buscar e incentivar esas inversiones, acompañarlas. En eso estamos trabajando también.
Quiero señalar otro punto importante que tiene que ver con las zonceras: que nos vamos a salvar solos, que cada provincia, cada pueblo, cada familia, cada individuo, se va a salvar solo. Lo cual involucra el egoísmo, el individualismo. No es sólo “esforzate”, sino “entrá en guerra”. Una competencia, una disputa con los demás. A vos te tiene que ir bien, el de al lado no importa, entonces ¿cómo subís? Y, trepando en la cabeza del vecino. Me parece que eso no es lo que prima en la provincia de Buenos Aires. Lo digo porque nosotros hemos hecho campaña y gobernado con una visión totalmente distinta. Nosotros creemos que por supuesto que importa el esfuerzo individual, que importa lo familiar, pero además de eso está el pueblo, la localidad, los vecinos, está el municipio, la provincia. Nosotros creemos en que no es todo individuo, individualismo y egoísmo, que así no vamos a ir a ningún lado, que va a haber una guerra de todos contra todos. No vamos a ir a ningún lado.
Así que quiero marcar que esta obra es una obra muy importante, pero es la número 11, y que en localidades como en Pehuajó, en Daireaux estamos también llevando el gas. Cada vez que en la provincia de Buenos Aires se hace algo, observo esa solidaridad en donde nadie piensa que se tiene que salvar solo. Así que yo les agradezco también porque eso es mostrar que no nos han colonizado, que no vamos a entregar aquello que creímos siempre, como pensamos siempre. No es así como queremos vivir. Hay frases que lo indican muy bien. Una es “nadie se realiza en una sociedad que no se realiza’” Nosotros teníamos una que era sencilla y cortita: “la Patria es el otro”.
Y tiene que ver también con el federalismo, otra gran zoncera de Milei. Que este país tiene un Gobierno nacional que se ocupa vaya a saber de qué, de andar de gira por el mundo, y que todo el resto de los problemas reales de nuestra sociedad son un problema de los intendentes o de los gobernadores, la educación, la salud, seguridad. Que el Gobierno nacional no tiene ninguna responsabilidad en nada. Es prácticamente una invitación a la disolución del país.
Este país se formó de una manera distinta. Este país, primero, eran provincias, luego provincias unidas y más adelante cada una de las provincias resignó algo para formar una nación. Y formar esa nación fue complejo. Creo que corresponde decir esto porque la provincia de Buenos Aires es la que más cedió para conformar la unidad nacional. Cedió, ni más ni menos, que su capital, la capital de nuestra provincia era la Ciudad de Buenos Aires. Y se la cedimos como distrito federal para que esté ahí el gobierno nacional y nosotros mudamos nuestra capital, que tenía el puerto, que tenía la aduana, los impuestos del puerto, que eran todas riquezas de exportaciones e importaciones, las cedimos para que se distribuya entre todas las provincias, para conformar un país.
Y ahora nos invitan al sálvese quien pueda y a que el Gobierno nacional no va a poner nada en ningún lado. Veíamos lo de los alimentos el otro día, que decían que eran para emergencia, por eso no habían distribuido los alimentos. Nosotros tuvimos una de las emergencias más grandes de los últimos tiempos con el tornado que voló los techos, en toda la región, en Olavarría también, en Bahía Blanca, en toda la Provincia. Vino el presidente de la Nación vestido de G.I. Joe. Vino y dijo “arréglense con lo que tienen”.
Esa visión mezquina, uno puede discutirla desde lo ideológico, pero hay algo más concreto y real, que es qué está prohibido eso. Está prohibido, es ilegal que el Gobierno nacional se desentienda de todos los problemas de la población de la Argentina. Es ilegal. No puede ser. ¿Por qué? Porque son derechos consagrados que son, a veces, de responsabilidad concurrente. Como nos pasa a nosotros con la educación, con la salud, con la seguridad. Es atribución o es responsabilidad primaria del Gobierno provincial tal cosa, pero lo hacemos en conjunto concurrentemente con cada uno de los intendentes. Si no, no funciona.
Eso pasa con los derechos básicos de la Argentina. Así que yo le recuerdo al presidente que, por más que tenga una ideología absurda, anacrónica, que nunca se utilizó, no es optativo dedicarse a la salud, a la educación, a la seguridad del pueblo argentino. Porque sino sería como que gobierna sin territorio y sin población. Por eso puede andar dando vueltas por el mundo, porque todos los problemas reales le son ajenos, son de otro. Y eso no es así. Y no porque lo diga yo, que lo creo pero muy profundamente, no sólo porque lo crea y lo diga yo o porque lo reclame yo, o porque lo reclamemos todos los gobernadores de la Argentina a los que nos ha sacado muchísimos recursos que hoy no están. No están en las escuelas, no están en los patrulleros. Porque se llevó recursos ilegalmente. Lo cuestionamos ante la Corte Suprema de Justicia, lo vamos a seguir cuestionando. Se llevó recursos ilegalmente.
Pero que él tiene que ocuparse de que se cumplan los derechos laborales, de que se cumplan los derechos a la vivienda, el derecho a la educación, es algo que no lo digo yo, es algo que lo dice la Constitución Nacional. Lo juró en la Constitución Nacional. Nosotros también, nos dicen a nosotros, cuando juramos, si juramos cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional. Así que nosotros lo juramos. Vamos a hacer que el presidente cumpla la Constitución Nacional.
Y el federalismo tiene que ver con eso, porque la Argentina tiene mucha inequidad y mucha desigualdad económica, pero también geográfica, territorial. Lo decía recién el intendente, nacer en un pueblo pequeño de la provincia de Buenos Aires, y, si se te priva de todo, del acceso a la salud, a la educación, se vuelve invivible probablemente y se empiezan a ir, y a achicar los pueblos. Y después se quejan todos de que el conurbano está muy superpoblado, que hay mucha migración. Si no desarrollás, si no ponen luz, la línea 132, si no ponés el gas, si no hacés el acceso, y, se vuelve difícil retener. Y entonces aparece el desarraigo y todos esos problemas.
Nosotros creemos que esos equilibrios, esos balances, tienen que ser una política de Estado. Nosotros dijimos durante toda la campaña electoral, y creo que lo del gas lo expresa bien, algo que hoy podríamos decirlo de otra manera, porque estamos de nuevo en una discusión de unitarios contra federales. Ridículo. Pensamos que estaba superado, pero estamos de nuevo discutiendo unitarios contra federales.
Entonces, yo creo que el federalismo es esto. Dicho muy sencillamente, que no haya bonaerenses de primera y bonaerenses de segunda. Que todos sean iguales, y eso es que tengan gas, que tengan luz. Y por supuesto que implica reconocer todo lo que falta, todo lo que hay que mejorar. Uno no dice “bueno, ya está”, nos falta un montón y hay que seguir trabajando y ahora es más difícil porque nos están privando de recursos del Gobierno nacional que nos corresponden.
Y han parado obras muy importantes.Por eso yo quiero decir que las obras provinciales estamos poniéndolas de nuevo a todas en actividad, muchas se detuvieron cuando devaluó 120 por ciento la moneda. Es muy difícil, los contratos se rompen todos, la obra privada, cualquiera que se estuviera haciendo una obrita se dio cuenta el precio al que se fue el cemento, lo que se fue el de las varillas, lo que subieron todos los materiales, muchísimo. Entonces es muy difícil seguir la obra. Tuvimos que ir a renegociar los contratos. Así que yo quiero agradecerle mucho a Katopodis [ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires] públicamente, porque estamos pudiendo reactivar la obra pública.
Y también quiero decir que hay algo de la obra pública nacional que, con mucha dificultad, estamos tratando de que nos transfieran a la provincia de Buenos Aires, repito, pese a los recursos que nos sacaron, pero hay obras que tenemos que hacer. Así que los Centros de Infancia de la provincia de Buenos Aires los estamos reactivando todos. Ahora en Olavarría, la Facultad de Medicina que era una obra nacional y es para toda la región, también la vamos a seguir nosotros. ¿Vieron que pararon las cloacas de Urdampilleta? Katopodis dice que vamos a intentar reactivarlas. Muy importante.
Entonces, estamos en momento de discusiones muy profundas, de tener que de nuevo revisar muchas cosas que han sido puestas en cuestión, que en algunas tendrán algún elemento de razón, pero hay otras que son todas zonceras, y que hace falta comprenderlo. El que lo votó yo lo respeto, por supuesto, pero me parece que lo engañaron y lo lamento mucho. Porque a cualquiera le encantaría que nos vaya muy bien y que las cosas salgan bien, pero por este camino no, es todo lo contrario. Nos están generando muchísimos problemas. No solucionaron los que teníamos y crearon muchos problemas nuevos. Así que por acá seguro que no es. Por acá no es.
Después, estamos trayendo el gas a una pequeña localidad, a muchas pequeñas localidades, o medianas localidades de la provincia de Buenos Aires. Y eso es, obviamente, algo que tiene que ver con todo lo que venimos charlando, con posibilidades de futuro desarrollo, de mayor calidad de vida, de menor costo. Todo eso es cierto, pero hay una discusión muy profunda que tiene que ver con el uso de los recursos naturales.
Argentina, en su subsuelo, tiene hidrocarburos, tiene gas y petróleo. Tiene, digamos, porque está ahí y si no se lo saca de abajo de la tierra no sirve de nada. Estos días también están haciendo una campaña muy intensa en los diarios sobre la recuperación de YPF. Ustedes la habrán escuchado, siempre que pueden te ensucian, te manchan. Yo no vengo a discutirlo acá porque no hace falta, en su momento daremos los argumentos del caso. Pero quiero decir algo. Vaca Muerta existe hace millones de años, no la inventó nadie. Lo que pasó es que vino una tecnología nueva que permite sacar de abajo de la tierra recursos que se llaman ‘no convencionales’. Vaca Muerta, el shale, todo eso.
Hay recursos que están en yacimientos, que es como una especie de lago subterráneo del que se saca el recurso con una perforación y a veces sale solo y a veces con una bomba. Y estos no convencionales están en el medio de la piedra y hay que hacer explosiones bajo tierra. Es algo que se volvió rentable con nuevas tecnologías no hace mucho tiempo. Y en Argentina estaba. Pero así como se privatizó el ferrocarril, así como se privatizó Aerolíneas, se privatizó YPF también. Y había una empresa que se llamaba Repsol a cargo de YPF. Nos fundió, la vació. Ahí había un privado. Y al privado le fue bien, hizo el negocio. ¿Cómo era el negocio? No invertir un mango acá, sacar los recursos, venderlos lo más caro posible, llevarse los ingenieros de YPF, los recursos que YPF tenía en el exterior venderlos, los ingenieros nuestros ponerlos a trabajar en el Mar del Norte, en las Guayanas y sacarlo todo de acá, no explorar más y no producir más petróleo ni gas en la Argentina. ¿Con qué objetivo? Que importáramos.
Entonces nos vaciaron los gasoductos, Loma de La Lata, un yacimiento de gas importantísimo que tenía Argentina desde los ‘80, no invirtieron, no lo mantuvieron. Fue un vaciamiento de la empresa. Eso fue un privado administrando YPF, para los que creen que todo se resuelve dándoselo a los privados. Un privado es una transnacional, es un grupo empresario que tiene negocios en todo el mundo. Lo discutí yo con el presidente, Brufau se llamaba. Yo le dije “usted no está invirtiendo en Argentina”. Y dijo: “yo tengo derecho, porque soy una empresa transnacional y decido donde pongo los recursos, para que invierta en Argentina, para extraer el petróleo de Vaca Muerta o para mejorar el rendimiento del yacimiento de gas, me van a tener que obligar’” me dijo.
Y se recuperó YPF y, ahora, cualquiera de los miserables que se opusieron a la recuperación de YPF andan de tour por el mundo hablando de Vaca Muerta, que existe porque se recuperó YPF. Así que deberían, por lo menos, decir un parrafito de agradecimiento a Cristina Kirchner que tomó la decisión. Todavía estamos en juicio, ¿pero cómo no vamos a tener juicio si hicimos algo en favor del interés nacional? ¿Saben dónde juzgan esto? En Nueva York, en Wall Street. Y uno dice “bueno, fallaron contra Argentina”. Mirá vos, qué novedad, qué extraño, ¿no?, qué raro. Debe ser justicia totalmente objetiva.
Que sigan hablando. Lo que yo quiero remarcar es el modelo de país. Tenemos muchísimo gas y petróleo gracias a la recuperación de YPF. La pregunta es qué vamos a hacer con eso. Porque hay un modelo que dice “hagamos un mega gasoducto que vaya a un puerto y de ahí que se vaya al exterior, lo vendemos afuera a precio internacional”. Entonces, con todo el gas y todo el petróleo que está en el subsuelo argentino piensan hacer un negoción. Empresa extranjera hace la inversión, pone el gasoducto, se lo lleva. Vos decís “somos recontra ricos como país porque tenemos un montón de recursos naturales”. Y lo mismo debían pensar en la época de la colonia los que vivían cerca de las Minas de Potosí, que estaban llenas de plata. ¿Qué pasó con los que vivían ahí adentro o ahí cerca? Se convirtieron en siervos, en esclavos para extraer, se morían de hambre, le daban latigazos y todo eso se iba al imperio español. No alcanza con tener recursos naturales.
Siempre es mejor tenerlos, pero no alcanza. Si no queda nada acá, si no se usa para el desarrollo nacional, si vamos a exportar un montón de petróleo, de gas, pero en los pueblos nuestros no vamos a tener ni el gas argentino, si lo vamos a vender internamente pero no al costo de sacarlo, sino al valor del barril del petróleo internacional, ¿para qué lo tenemos? En el fondo, ¿para qué lo tenemos? Habrá un poco más de trabajo en los pueblos donde están esos recursos, ¿pero todo el resto?
Y dice la Constitución Nacional que esos recursos no son de la empresa. Que esos recursos no son de la transnacional. Que esos recursos son de todos los argentinos y argentinas. Por eso yo creo que esto demuestra algo muy importante, que tiene que ver con que el gas del subsuelo de la Argentina tiene que ser para los y las argentinas. Para empezar. Y para desarrollar la industria argentina, porque si esto permite tener energía accesible y entonces radicar una industria acá y dar trabajo, y generar valor agregado. La energía abundante tiene que ser una ventaja para los argentinos y las argentinas. Y después el excedente por supuesto, venderlo al exterior, generar divisas, que también se queden en la Argentina. Porque si no, no es que vamos a tener dólares que faltan, no vamos a tener dólares, se lo van a llevar todos. No hay ninguna solución, vamos a tener exportaciones enormes, pero no van a dejar esos recursos en la Argentina.
Así que yo aprovecho desde acá para decir, con esta instalación de gas que va a usar gas argentino para los pueblos de la Argentina en vez de que sea todo excedente exportable, que este es el modelo correcto. Y entonces me parece que hay que insistirle un poco a los senadores y a los diputados para que no voten la Ley Bases, que no voten por el extractivismo, por el subdesarrollo y por el neocolonialismo que está en la Ley Bases.
Porque necesitamos muchos más pueblos de la provincia de Buenos Aires que tengan acceso a la energía a precios argentinos. Así que este es un ejemplo importantísimo. Y en este momento yo sé que para ustedes es muchísimo y es histórico. Para nosotros también, pero vale mucho más porque hoy está en discusión justamente qué modelo queremos. Y nosotros necesitamos un modelo federal, un modelo inclusivo, un modelo productivo y un modelo nacional.