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CLAROMECÓ

Palabras del Gobernador Kicillof durante una reunión con representantes del sector productivo

Jueves 30 de Enero 2025

Muchas gracias.

En primer lugar, agradecerle a Pablo [Pablo Garate, intendente de Tres Arroyos] por recibirnos, al Cuto [Carlos Moreno, diputado provincial], ustedes saben que mi compañera tiene parte de la familia en Tres Arroyos y puede venir acá como turista también, a Claromecó, así que la verdad que entre los compañeros, compañeras, el Cuto, me siento parte de la familia. Muchas gracias por recibirme de nuevo en Tres Arroyos, en Claromecó.

Y ahora, bueno, varias cosas. Primero, sobre la actividad, sobre la naturaleza de la actividad que estamos desarrollando. Ustedes saben que esto empezó allá lejos y hace tiempo porque nosotros asumimos en el 19 y luego vino la pandemia. La pandemia nos llevó al verano aquel tan complicado, después de las restricciones, etcétera, y decidimos tener una política que tenía que ver con hacer conferencias —semanales en aquel entonces— durante la temporada de verano en todos los destinos turísticos de la provincia, y junto con las conferencias, comenzar estas reuniones, estos encuentros productivos de verano con el sector turístico.

En aquel momento eran cuestiones de coordinación, el sector cultural, el sector gastronómico, lo vinculado a la temporada, pero inmediatamente se amplió para que pudieran participar todos los sectores productivos, tanto industriales, comerciales, agropecuarios, de cada una de las localidades y de la región. Y se volvió una especie de tradición. Empezó en pandemia pero seguimos. Hoy además del encuentro que estamos teniendo acá y las inauguraciones y las recorridas que vamos a hacer con Pablo, vamos a irnos después para Pehuen Co para hacer la conferencia de verano y este sería el encuentro productivo.

Así que empiezo agradeciendo también a la organización y a los 10, 15 intendentes que nos acompañan de todas las fuerzas políticas, que también se dan cita para hacer algo que no está hoy, pareciera, muy valorado desde el Gobierno nacional, casi es mala palabra, porque la verdad que yo no coincido con el presidente Milei, creo que en casi nada, ni en sus posiciones ideológicas, ni en su forma de comunicarse con la gente, ni con la cuestión agresiva, ni con lo de las redes, ni nada de eso, ni con su política económica, pero creo que en lo principal en lo que no coincido con Milei, y creo que lo puedo hacer extensivo a toda la provincia de Buenos Aires, es que nunca se lo ha visto sentarse y escuchar a la gente real que habita nuestro país.

La escucha: bajar un poquito la soberbia de la Escuela Austríaca y empezar a escuchar a los argentinos. Porque el otro día —perdón, cosa aparte— lo escuchamos dando un discurso que generó un gran escándalo porque dijo cosas con las que la gran mayoría yo creo que no estamos de acuerdo; podemos tener posiciones de un lado o del otro, pero tan extremo, estaba atacando a la ideología woke. Escucharon, ¿no?, ahí en Davos. Y yo creo que acá en la Argentina pocos tienen idea de qué es la ideología woke. Ya con los austríacos teníamos dificultad, ya que nadie sabe quiénes son ni qué dicen, el anarcocapitalismo, así que ahora lo que defiende, no sabemos bien de dónde viene, lo que ataca tampoco. Porque yo no conozco a nadie que participe de la ideología woke en la Argentina, no sé sabía qué es, hubo una fuerte reacción porque nos empezamos a enterar de que era un ataque a lo distinto.

Yo hoy no vengo a hablar de eso, más bien vinimos a escuchar, tomamos notas; voy a dar algunas respuestas, como es habitual, alguna de las inquietudes, voy a hacer algunos comentarios, y todo el resto —porque a veces alguien me dice “bueno, ¿pero vas a escuchar?”— a micrófono abierto, se presentan sectores y representantes de sectores que tal vez comparten o no comparten la posición política, ideológica, te votaron o no te votaron, bueno, esto es, lo habrán visto, a lista abierta y a micrófono abierto, cada uno dice lo que quiere. Me dicen “bueno, pero van a criticar”. Bienvenidas las críticas, bienvenidos los comentarios, bienvenidos los pedidos porque falta un montón en la provincia de Buenos Aires. Bienvenido, por supuesto, los elogios y el acompañamiento, pero vinimos a eso, a tomar nota, a escuchar y a mejorar el Gobierno de la Provincia como venimos haciendo todo este tiempo.

Así que, muchas gracias por haberse anotado, por tener el coraje, la valentía y la tranquilidad de que nadie los va a señalar, les van a decir cosas en las redes, los van a perseguir, sino que venimos a escuchar, a tomar notas, a llevarnos ideas, propuestas, necesidades y a seguir trabajando.

Así que primero el carácter, el ejercicio de escucha colectiva porque, además, hay pequeños emprendimientos, a veces casi unipersonales y grandes empresas exportadoras, y eso también nos pasa a nivel de vecinos, comunidades, localidades, que están en el mismo espacio pero que no se conocen prácticamente.

Me encantó cuando, en el sector de la cultura, decían “bueno, recibimos esto del gobierno”, pero esto del intendente, del gobierno provincial, pero que la comunidad también tenga un compromiso, y se escucharon palabras acá que a mí me llenan de alegría que vivan en la cabeza, pero en el corazón de todo nuestro pueblo, porque en momentos donde se predica el egoísmo, el sálvese quien pueda, algunos hablaron de que les va mejor, a otros que les va peor. Pero todos hablaron desde la perspectiva de un colectivo, de una sociedad, de un pueblo que se puede ayudar un poquito más uno al otro.

A mí, obviamente, cuando alguien dice “estoy exportando, me va bien”. Aunque ahora le esté yendo por las particularidades cambiarias o la política nacional esté yendo más o menos, me encanta que lo podamos compartir entre todos y creo que de todos, absolutamente de todos y esto es una reflexión no mía, sino simplemente una pequeña síntesis de lo que se dijo acá.

No escuché a ninguno de los que hablaron, la gran mayoría del sector privado, ya sea más cooperativo, más cultural, pequeñas organizaciones o grandes empresas, decir “hay que destruir el Estado; hay que destruirlo desde afuera, desde adentro, dinamitarlo”. Nadie dijo eso. Todos pidieron y quiero que tomen nota porque yo, por supuesto, que todos saben que participo de ese punto de vista, y de esa ideología, pero los escuché atentamente y acá en la provincia de Buenos Aires a cada lugar dónde voy —porque estuvimos en Guaminí, en Gesell, escuchando a la gente— no me piden menos escuelas, menos salud, menos educación, menos obra pública, no me piden menos rutas. Me piden más Estado, mejor, por supuesto, más eficaz, por supuesto.

Pero más Estado, porque en la provincia de Buenos Aires sabemos que un balneario no se va a desarrollar solo con lo privado, tiene que haber planificación, tiene que haber compromiso colectivo y tiene que haber un Estado presente que le lleve lo que le falta. Así que una conclusión que tengo de acá, y por los pedidos también, en la provincia de Buenos Aires no queremos menos Estado, queremos más Estado.

Así que eso me llena de alegría porque nos vienen con unos contenidos ideológicos… A ver, a mí me toca, por mi profesión, porque yo me dediqué mucho tiempo a la docencia, a la investigación, en la Argentina hay algo enormemente prestigioso que es nuestra universidad y el CONICET, enormemente prestigioso en la Argentina y la envidia de todo el continente.

Les quiero decir porque si no, nos perdemos un capítulo. Desde afuera, desde países incluso más grandes como es el caso de Brasil, de países más pequeños económicamente como es Chile, Uruguay, todos miran con admiración la construcción que significa la universidad pública argentina y la investigación, la docencia, la ciencia, la tecnología en la Argentina como algo para reproducir en lugares del exterior, digo particularmente el CONICET. Ahora tenemos un gobierno —recién hablaban del INTA— al que todo esto le resulta atacable, lleno de ñoquis, una porquería.

Pero la verdad es que, con esa experiencia que tengo, me tocó estudiar, conozco y leí los autores de esa famosa Escuela Austríaca de la que se habla. Voy a dar una opinión muy sintética. No tiene nada que ver, pero nada que ver, absolutamente nada que ver, con los problemas que tenemos en la Argentina, con la realidad argentina. Una solución que surja de la Escuela Austriaca, de unos autores de Europa del siglo XIX, de un mundo que ya no existe más, la verdad es que no nos va a traer soluciones a la Argentina.

Yo quiero empezar por ahí, por supuesto, hacerlo sintéticamente, porque podría hablar muchísimo tiempo de esto, tomando y recogiendo un poco lo que se dijo acá, que a veces cada uno tiene su experiencia personal. Y empieza a ver ciertas cosas, entonces hay discursos que se hacen dominantes y generan corrientes de opinión. Así que yo voy a dar la mía que no tiene que ver, por supuesto, con lo que dice el Gobierno nacional, pero da, me parece a mí, bastante explicación a lo que escuchamos hoy acá, con lo que está pasando hoy a nivel económico en la Argentina.

La Escuela Austríaca no nos va a dar ninguna respuesta ni ninguna solución, tampoco el anarcocapitalismo. Nada de esto tiene que ver con nuestros problemas y nuestra realidad, pero el presidente actual está aplicando un programa económico que no tiene nada que ver con la Escuela Austríaca.

El programa que está aplicando, el paquete económico que aplica Milei, no tiene nada que ver con esas ideas de campaña, por eso el Banco Central está vivito y coleando, no han dolarizado nada, pero no es ni de la Escuela Austríaca, ni es nuevo, ni original, hay varios acá que hablaron que tienen una trayectoria, que tienen experiencia y vivieron otras etapas de la Argentina. A mí me tocó vivir una parte y estudiar la otra, y el aroma que tiene lo que se está aplicando hoy, nos resulta, a los que lo vivieron y a los que lo estudiamos y lo investigamos, muy familiar. Si no alguien debería explicar por qué Milei, que venía con todo ese anarcocapitalismo en campaña, tiene de ministro de Economía a Toto Caputo, que es el mismo que el de Macri. Su ministra de Seguridad es Bullrich, que es la misma que la de Macri. Y el que hace la reforma del Estado es Sturzenegger, que era el mismo que el de Macri. Entonces, uno dice, ¿dónde estaría exactamente la novedad de lo que están haciendo?

Y yo quiero hablar de esto porque el programa económico que hacen es un programa que en la Argentina ya se aplicó, obviamente nunca en la historia se repite textual y perfectamente, pero bueno, hay similitudes, semejanzas y repeticiones en la historia argentina lamentablemente.

Y este plan se aplicó en la época de Martínez de Hoz, muy parecido, si alguien me dice “igual”, no, es otro mundo, otra la Argentina, otros actores, otra situación, pero muy, muy parecido. Y después se aplicó muy parecido en los 90. Este es un programa que Milei no avisó en campaña. En campaña dijo que lo que iba a hacer era una motosierra, un ajuste, pero un ajuste destinado a un sector.

Fíjense, no habló de tarifazos, no habló de recortes a jubilados, no habló tampoco del recorte total de toda la política de salud, educación, no habló de eso. Dijo: “acá hay un ajuste, va a ser para un solo sector”,que es lo que él llamaba la casta. Después de la casta, le fue cambiando el nombre con el tiempo, ¿cuál es su enemigo? Ahora es lo woke, que no sabemos exactamente qué es. Pero en ese momento era la casta, los políticos, más adelante los comunistas y los colectivistas. La Escuela Austriaca discutió con el comunismo y el colectivismo, pero la verdad es que en la Argentina, en el mundo, casi diría, no hay amenaza, nadie está viendo esa amenaza. Entonces, a veces no se entiende contra quién es.

Pero sí se puede entender ahora, más por el boletín oficial que por los discursos, qué está haciendo.

Entonces, quiero decir que la política es una política de un plan de ajuste tradicional, convencional, que no es ni para la casta ni para un sector diminuto, sino que todo ese ajuste del gasto público que hizo, el 30 por ciento es a los jubilados. O sea que, y de esto no habló, no prometió y los jubilados todos podemos coincidir acá que no son casta, que no son casta de nada, ni políticos de nada, o sea que hizo eso, fue contra la obra pública, paró toda la obra pública en toda la Argentina; en la provincia de Buenos Aires, 1.000 obras, agua, cloaca, todo lo que me pidieron, gas, todo, lo paró todo, aún lo que está financiado con recursos del Banco Mundial, del BID, que no tiene nada que ver con el ajuste fiscal. Paró todo.

Yo creo que hoy acá hay nueve ministros del Gabinete provincial que nos acompañan para que el Gobierno esté presente en todos los rincones de la provincia. Bueno, Milei tiene 8 ministros, echó 120 funcionarios, no le duran dos días, yo creo que si quisieran ejecutar obra pública no podrían tampoco. Y si quisieran dedicarse a la salud, a los hospitales, no conocen y no les interesa, pero no podrían tampoco.

Es un ajuste a mansalva a las provincias, cuando yo digo las provincias, ven él dice, ahí está la política, pero la verdad que a mí como gobernador, si yo fuera la política, no es a nosotros a los que ajustó, lo que ajustó en Provincia es el Fondo de Seguridad, alguien habló de seguridad, nosotros teníamos un fondo. Cuando yo llegué había 790 patrulleros en toda la Provincia; compramos 5.500 patrulleros. Eso son 100.000 millones de pesos.

La Provincia de Buenos Aires es la más castigada en presupuesto, con lo cual había un Fondo para la Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Bueno, lo cortó. Y uno dice: “bueno, porque está haciendo…”. Es ilegal cortar ese fondo. Y la única partida que creció es el pago de servicios de deuda. Que eso también es algo bastante conocido en la Argentina, que lo único que se mantiene y crece es la bicicleta financiera. Ahora, ¿cuál es el plan de ajuste que está haciendo? ¿El plan antiinflacionario que está haciendo? El dólar fijo. Y se aplicó con la tablita de Martínez de Hoz y se aplicó con la convertibilidad.

Los precios, se ha demostrado, se demostró con Macri también, y no me quiero poner ni muy técnico ni muy polémico. Simplemente para darles mi opinión de lo que me contaron acá, cuáles son, desde nuestro punto de vista, las causas. Dólar fijo, lo que va generando con el tiempo, en un momento fue el 1 a 1, la tablita Martínez de Hoz, devaluaciones preanunciadas como ahora, que dice 1 por ciento por mes, y un dólar que se va atrasando con el tiempo, es decir, se va abaratando. Un dólar barato. Pero resulta que en la Argentina los precios dicen que dependen de la emisión, que dependen del gasto público, del déficit, pero hay un factor central que es el tipo de cambio, el tipo de cambio afecta los precios directamente, lo han comentado varios de los que hablaron, ¿no?

Obviamente, con un tipo de cambio como el que tenemos, un dólar históricamente barato, un dólar bajo, lo que pasa es que los productos del exterior a ese dólar se abaratan y los productos internos a ese dólar se convierten en imposibles de colocar en mercados extranjeros. Entonces, eso es lo que nos está pasando. Es un plan que ya se aplicó y que afecta los precios por dos motivos: porque el dólar fijo hace que los insumos que están muy atados al dólar no se muevan y los productos tengan un precio fijo y se abren las importaciones, cada vez más importado a ese dólar fijo, y después la recesión —que es lo que varios de ustedes me comentaron—, no hay demanda, no hay consumo, no hay dinamismo y entonces empiezan las ofertas, nadie puede, algunos, como me decía el sector gastronómico tienen un problema: no venden, entonces tienen que bajar los precios, a punto tal que ya no pueden ni cubrir los costos, que es lo que estaban contando.

Entonces, repito, este programa ya se aplicó varias veces, como resultado tiene que los precios, obviamente, se pierden en esa dinámica de crecimiento, pero como contrapartida, hay un problema muy grande en algo central para la Provincia de Buenos Aires, que es la producción nacional, la industria nacional, los pequeños productores agropecuarios, los pequeños exportadores, todos esos sufren.

¿Cuál es el resultado de este plan? No es que le va a todo el mundo mal. Yo me animo a decir que nunca hay un plan económico en el que le vaya a todo el mundo mal, siempre alguien tiene alguna oportunidad o un negocio. En este caso, hay sectores que se benefician; si lo tengo que simplificar son tres: el financiero, el primario, dinero, una parte de los grandes productores agropecuarios, no los pequeños y, en tercer lugar, ya hablé de la timba, el sector petrolero llamémoslo, el sector exportador de commodities; esos tres sectores se benefician y a todos los demás les va mal.

Alguien que pueda vivir vinculado al auge de esos sectores, por ejemplo alguien que antes hacía alambre ahora vende a Vaca Muerta le puede ir bien, porque se asocia a un sector que exporta con poco valor agregado pero que consume algunas cosas en la Argentina.

Pero lo que destruye —y se ve a esta altura del partido— es el consumo interno, el salario, las jubilaciones. Entonces, todo lo vinculado a la industria nacional, al mercado interno, a la producción nacional y al consumo se va deteriorando. Ya sea industrial, comercial, productivo en general. Entonces, ¿qué empieza a pasar? No es que a toda la economía le va bien o le va mal.

Miren lo que pasó este año: tuvimos una caída del producto de, prácticamente, 4 puntos. Si no hubiera habido sequía el año pasado, que este año se compensó solo por las lluvias, hubiera sido de 8 puntos. Es una crisis muy grande, se perdieron 200.000 puestos de trabajo, se cerraron 14.000 establecimientos productivos; es decir, es una debacle de la producción, de la producción industrial, de la producción que va al mercado interno, de la que tiene que ver con el consumo local.

Y, mientras tanto, hay otros sectores, la timba financiera, la bicicleta, a los que les fue muy bien; le va muy bien a los exportadores primarios sin elaboración. Entonces ¿qué empieza a pasar? Una economía en dos velocidades, una economía en dos andariveles: a uno le va muy bien y al otro le empieza a ir mal, a veces estable y a veces un poquito peor, y va a empeorando.

¿Qué es lo que más sufre? La industria nacional, la producción nacional, los recursos nacionales, que se empiezan a vender al extranjero, al mejor postor y, bueno, la producción y el trabajo. Acá, yo acabo de expresar mi posición ideológica, partidaria, económica, pero hay un problema peor, porque yo estoy acá, no en carácter ni de economista, ni siquiera por mi posición de partido político, yo estoy acá como gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

Quiero decir, a las grandes mayorías de la provincia de Buenos Aires, que viven de su laburo, de su comercio, de su pyme,de su salario, de su pequeño emprendimiento productivo, o son jubilados, a todos esos les va mal con este programa económico. Por eso, a mí me toca defender a la provincia de Buenos Aires, defender a la producción y al trabajo, y eso necesita que la política económica tenga en cuenta eso y no lo liquide. Y por eso estamos acá escuchando, para defender y proteger a la producción y al trabajo en la provincia de Buenos Aires.

Eso es una obligación porque nosotros también ganamos las elecciones Y los intendentes ganaron las elecciones, y los problemas no los tienen en Davos y viajando por el mundo. Los tenemos nosotros cuando alguien se queda sin laburo, no le alcanza. Ni hablar de la cultura, la ciencia, las bibliotecas, el teatro, todo eso, porque este gobierno piensa que el Estado no tiene nada que ver con todo eso. Y quiero, por eso, referirme a varias cuestiones.

Primero, vamos a una realidad homogénea. Si alguien recuerda los 90 fue así: se desindustrializó el país, pero a algunos sectores vinculados al mercado internacional les iba bien. ¿Y qué pasó? Empezamos los 90 con un desempleo de 5, después pasamos a un desempleo de 10, después pasamos a 15, después a 18 y después explotó todo con la crisis de la convertibilidad. ¿Por qué? ¿Qué problema hay para mantener el dólar barato? ¿Cómo se mantiene un producto barato? Haciéndolo abundante. Tiene que haber dólares.

Entonces, ¿qué es lo que teóricamente hoy estamos festejando? Que nos vamos a endeudar en 20.000 millones de dólares o 10.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional para mantener este nivel de dólar. Y este nivel de dólar que mantiene una bicicleta financiera inmensa. Eso déjenme explicarlo porque si no parece que uno habla de metafísica. ¿Por qué una bicicleta financiera? Porque si el dólar está fijo 1 a 1, o crece al 1 por ciento, la tasa de interés acá adentro es mucho más que eso.

Entonces, empiezan a venir Templeton, todos esos fondos de inversión que están viniendo, a hacer eso que ellos llaman carry trade, nosotros le decimos bicicleta. Vienen, traen dólares, lo ponen a un interés y una ganancia más grande porque saben que no va a haber una devaluación y se van a llevar de nuevo los dólares más una tasa de interés. La tasa de interés en la Argentina es la más alta del mundo en dólares. Y si no hay devaluación y no hay problema, es un negocio financiero fabuloso. Sepan que esos recursos los pone el Estado, y que esa deuda de los dólares la toma el Estado, o sea, la sociedad.

Sostenemos un negocio que, de nuevo, en la provincia Buenos Aires, en Claromecó, en Tres Arroyos hay muy poquitos que vivan de las finanzas… Bueno, a alguno le puede llegar una demanda de Vaca Muerta, pero no tenemos pozos petroleros, no tenemos… Entonces, este sistema, este modelo es un modelo que en ese sentido, a la gran mayoría le genera lo que hoy estamos viendo, y no quiere decir que veníamos de un paraíso, ni mucho menos, saben que hemos sido críticos, pero este modelo va generando un país más parecido a otros países de la región o del mundo que exportan unos poquitos productos y todo el resto precarizado, primarizado, salarios bajos, jubilaciones bajas, sin prestaciones de la salud, sin prestaciones de la educación.

Digo todo esto porque uno de los grandes sectores que empieza a sufrir con su heterogeneidad; estuvimos hace poquito en la costa, obviamente sufren más los sectores populares que los sectores más premium. Y sufren más las localidades turísticas que tienen hotelería, que aquellas que tienen casa propia, vivienda propia donde puede ir sin el gasto adicional. Entonces, eso distingue cada uno de los destinos turísticos, a alguno le va mejor, a otro le va peor, pero todos te dicen lo mismo: “el consumo es bajo, se vuelve gasolero” o “vaca flaca, vienen menos días”.

Estamos en una situación donde Florianópolis, los destinos de afuera triplicamos los argentinos y acá dentro cayó, en algunos destinos más, en otros menos, con respecto al año anterior; el verano anterior fue el verano de la devaluación de Milei, pero con respecto al anterior estamos como 15 puntos abajo. Y en destino, en extensión de estadía y en consumo, hubo una caída muy grande. Es un modelo de país. Por eso quiero, con esto, decir que es un programa económico que tiene ganadores.

Obviamente, la estabilidad es un valor que todo el mundo agradece, pero en el medio de eso, si los salarios van por atrás de cualquier índice de precios, si además lo que más sube son remedios, alquileres, combustible, servicios, a precio internacional, y salario a valor de tarifa europea pero con salario argentino, bueno, le conviene mucho al empresario, pero al pueblo, a la sociedad, al productor, al laburante, le complica cada vez más la vida.

Y esta idea de que no tiene que haber Estado participa de esa idea de país, porque hay muchos países, incluso cercanos y vecinos, donde no hay salud pública, no hay educación pública, no hay universidad pública. Repito, hay un sector muy pequeño al que le va muy bien, una enorme mayoría en condiciones deplorables, y además sin salud, sin educación, obviamente sin cultura, obviamente sin investigación, ciencia y tecnología, nada de eso, sin Estado.

Y me parece que, por lo menos en la provincia de Buenos Aires y lo que escucho, lo que pienso, lo que creo, pero lo que escucho, yo vengo acá y no me piden “suspendé urgente la obra pública”, al revés, hemos escuchado la cuestión del gas. Por eso, no quiero dejar de decir que, a contramano de lo que dice el Gobierno nacional, nosotros creemos que las fiestas populares, que la cultura popular no se financia de la nada, es un hecho que tiene que ver con una presencia social y, por tanto, tiene que haber una colaboración, un aporte y una ayuda, pero no solo al que lo hace, porque esto es lo que no terminan de entender. Si nosotros nos quedamos sin los festivales, sin la Fiesta del Trigo…

Hoy acabamos de firmar para acompañar a Tres Arroyos en una fiesta que es nacional y que es bonaerense, que es la Fiesta del Trigo. Orgulloso de que el Estado ayude a que se pueda hacer una fiesta popular que no solo ayuda a mostrar la localidad, sino que genera actividad económica, genera presencia cultural, genera visibilidad y genera algo que es fundamental, que es más bienestar para la mayoría; la felicidad del pueblo tiene que ser un objetivo de cualquier gobierno. No es algo que se vaya a solucionar por el mercado y la mano visible. Hay que laburar. Por supuesto que todo tiene sus andariveles.

Y vuelvo al tema de Vaca Muerta, ¿por qué existe Vaca Muerta? ¿Por qué es un boom Vaca Muerta? ¿Desde cuándo Vaca Muerta es un boom? Vaca Muerta existe hace millones de años. Se privatizó YPF en los 90 y había un dueño que eran unos españoles. ¿Qué querían hacer los españoles? Lo tengo que decir porque me tocó estar de ministro de Economía: hacer con YPF una empresa de estaciones de servicio. Repsol es de estaciones de servicio. No producía petróleo prácticamente. Entonces, quería vender petróleo en la Argentina, refinado y producido en el extranjero. Como el petróleo convencional se estaba acabando, dejó de explorar, dejó de explotar, teníamos Vaca Muerta, no había un pozo. ¿Qué pasó? ¿Por qué Vaca Muerta es un boom? Porque se recuperó para los intereses estratégicos del pueblo argentino.

Coincido con el señor. Los recursos naturales argentinos se pueden vender, está muy bueno, entran divisas, pero primero, el bienestar de los argentinos, la producción de los argentinos, los hogares de los argentinos. Y coincido totalmente, y hoy vemos que festejan el boom de Vaca Muerta los que estuvieron en contra de recuperar YPF y convertirla en una empresa de bandera nacional. Bueno, bienvenidos. Lo que pasa es que, como dice el Cuto, saludan con gorra ajena ¿no? Porque la verdad es que se han opuesto y ahora que vienen los problemas, vinculados obviamente a intereses internacionales, vamos a ver qué hacen con esto.

Agrego otro punto fundamental de varias cosas que me dijeron. Hablaron varios de la caída del consumo, tiene que ver, por eso me extendí un poquito explicando. Después del SENASA habló alguien, hablaron del INTA, bueno, el INTA está en proceso de liquidación prácticamente. Y ahí también hay una discusión para dar. Yo creo que esto es muy difícil y muy duro, pero quien está en el interior bonaerense, los que son productores, pequeños productores, saben el valor que tiene, tanto nuestras chacras experimentales, nuestros trabajos con los productores, el tema en apicultura, en mostrarlo, en agroecología, en poder difundirlo, en poder acompañarlo y poder regularlo.

Entonces si no hay Estado, ¿qué va a pasar? Más concentración, se van a empequeñecer, unos pocos van a poder pagar y todo el resto se va a quedar afuera. Así que yo me permito decir, en nombre de todos los que estamos, que necesitamos defender al INTA, necesitamos defender al SENASA, necesitamos defender la universidad pública y necesitamos defender una regulación que cuide también al interior, a los que están lejos, a los pequeños productores, a los que no llegan. Y eso es el Estado. No tiene ni por qué ser gigantesco, ni por qué ser ineficiente, ni aceptar falta de transparencia, por supuesto. Pero tiene que estar presente en las necesidades de la gente. 

Agrego, en punto de la obra pública. Hoy trajimos una ambulancia, trajimos equipamiento de salud. Nos hablan de que hay que privatizar toda la salud. El Gobierno nacional está en eso, en privatizar toda la salud. De hecho, a los hospitales públicos que quedan nacionales, los quiere vender, privatizar o tirárselos por la cabeza a las provincias. Y yo digo, en los pueblos de los intendentes que nos acompañan, muchas veces el único prestador que hay, puede haber en algún caso alguna clínica, pero el único prestador, el importante, es el hospital público.

Y eso no pasa, lo dijo el representante de la cooperativa eléctrica, porque esté prohibido que acá instalen la Suizo Argentina, o la clínica de Los Arcos, no está prohibido. Ninguno de los intendentes que está acá, ni menos este gobernador o igual a este gobernador, no prohibimos que instalen clínicas privadas, grandes hospitales. No prohibimos. No vienen. Una localidad de 4.000 habitantes, no es negocio. La salud es algo muy caro, y cada vez más caro con los medicamentos, con la tecnología. Está en crisis en todo el planeta. Por los costos de sostener los servicios de salud.

Pero el privado no le va a dar salud a un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires. Y no es porque sea malo el privado, sino porque es privado, pone una empresa, invierte un dinero que es propio y lo que pretende por esa inversión es recuperar la inversión en base al flujo del negocio. Es decir, tiene que tener ganancias. Recuperar la inversión, más una ganancia por el riesgo que corrió, como quieran explicar el origen de la ganancia. Ahora, si hay 4.000 habitantes, 10.000 habitantes, no hay negocio, no lo va a hacer, no va a poner su guita ahí porque no le va a ir bien. No va a poder sostener todas las espacialidades, todos los estudios.

Entonces, eso es lo que parece que a veces, porque se lo ha votado a Milei en muchos lugares, no se entiende. Si nosotros aplicáramos, si los intendentes aplicaran el modelo de Milei, tendríamos que cerrar los hospitales públicos, las escuelas públicas, y parar la obra pública. Y destruiríamos la provincia de Buenos Aires. Porque hay lugares donde es rentable la salud privada, perfecto, que lo hagan, que haga su negocio, bienvenido. Hay lugares de muchísima calidad, de muchísimo prestigio, perfecto. Pero ahí donde no hay negocio, si no está el Estado, no está nadie.

Y por eso la provincia de Buenos Aires apoya la salud pública, apoya la educación pública, porque es para todos los bonaerenses. Y obviamente que estamos dispuestos a pelearnos por esto. Y obviamente que fuimos a la Corte Suprema porque nos cortaron los fondos, decía de seguridad, de salud, de educación, nos sacaron en la Argentina entera los remedios para los enfermos de cáncer. Y nos dicen: “bueno, que se lo paguen”. ¿Qué se los pague quién? 600 lucas salen. Una prepaga —porque esto se ha discutido— en capital, donde está todo cerquita, todo concentrado, es decir, no es ni la distancia ni los problemas de sostener las especialidades, sale 400 lucas, 500 lucas por mes.

Una escuela privada de esas también sale, no las que subvencionamos nosotros, porque se llaman privadas las subvencionadas, yo sé que no nos lo reconocen, pero gran parte de las escuelas confesionales, privadas, yo diría menos el 5 por ciento de las escuelas de la provincia de Buenos Aires, todas las demás, de una forma o de otra, las paga el Estado. Pagamos los sueldos de los docentes. Después la escuela es privada, la administración, y cuida el edificio y cobra una pequeña cuota. Pero si cobrara la cuota entera, 200 lucas, 300 lucas, vayan sumando. ¿Estamos en contra de eso? No. El que lo puede pagar, que lo pague. El que tiene avión privado, que se vaya.

Pero, ¿qué hacemos con todos los demás? Es un modelo muy cruel. Más si festejan los despidos y las inequidades y la desigualdad. Entonces, estamos en una situación así. Yo, por supuesto, lo que digo ante esto es que podemos hablar un rato largo, pero más importante que hablar es traer la ambulancia, traer el equipamiento médico, haber comprado el inmueble con una contribución de 150 palos de Cresta, que nos pidió la comunidad. ¿Quién lo hace si no? Si el privado se va y nos deja sin lugar…

Acompañar la Fiesta del Trigo, decía el intendente recién. Acá hay obra de pavimento. ¿Necesitan el pavimento? ¿Sí o no? Y permítanme, porque yo trato de mantener el tono respetuoso, porque me parece que lo peor que podemos hacer, cuando el propio presidente de la Nación agrede e insulta por las redes, lo peor que podemos hacer es entrar en esa sintonía. Nosotros no somos así. Y la verdad es que el que insulta, el que grita, el que pone todo en mayúsculas y el que agrede en mi pueblo, es porque no tiene razón. Así que, si tenemos razón, podemos hablar tranquilamente, si estamos convencidos, podemos quedarnos, tener paciencia, escuchar, no hace falta gritar ni insultar, agredir al que es distinto o piensa distinto. Además, ¿qué le vamos a decir a los pibes de nuestra provincia, a la juventud, si desde la más alta autoridad, cuando no le gusta lo que dice alguien, empieza a decirle cualquier cosa?

Entonces, me parece que, en ese sentido, para nosotros es importante decir que acá, en la provincia de Buenos Aires, sigue la obra pública. Porque lo hacen los intendentes, porque lo hacen las comunidades, porque lo hace el Gobierno provincial. Pero las obras nacionales están todas paradas.

Para ser bien preciso con esto, porque es un tema histórico, que nos ha pedido el intendente mucho, que nos ha pedido la comunidad, quiero decir, que estamos encarando la cuestión del agua corriente en Tres Arroyos. Recambio de cañería, lo vamos a hacer. Son 4.000 palos. No lo pueden hacer los vecinos.

Yo lo escuché al presidente decir: “Si hace falta un puente que se pongan de acuerdo los vecinos y junten con la gorra”. Y a mí me parece una estafa, porque eso no pasa en ningún lugar del mundo, nunca unos vecinos que viven ahí hacen un puente, porque además es para gente que utiliza el puente y ni siquiera es vecino. Bueno, pero ¿quién va a poder hacer estas obras? Porque, quería comentar que seguimos con las obras de asfalto, quería decir también que, como comentó el intendente, y lo vamos a tener, vamos a inaugurar también la obra eléctrica que conecta Oriente con Copetonas. ¿Quién va a poner la electricidad si no es el Estado? ¿Y quién va a poder irse a veranear o poner una industria si no tenés gas, si no tenés electricidad, si no tenés agua corriente, si no tenés cloaca?

Por eso me parece que esa idea de Estado cero y de destruir el Estado desde adentro, al final, si uno toma nota, no era destruir al Estado, era destruir a los pueblos, sobre todo al interior, a las comunidades, a los que más necesitan, a los sectores medios. Entonces, acá el problema no es simplemente un topo que va a destruir el Estado, el problema es que con nuestras escuelas no se puede meter nadie, con nuestras universidades no se puede meter nadie, que vaya a destruir en otro lado. Acá vamos a construir escuelas, vamos a construir centros de salud. Porque es lo que tenemos que hacer. Y lo repito y por eso me hago un poco esta lista.

Y, después, quedan varias cosas pero no me quiero extender mucho más. Sí quiero decir que la cuestión de la estacionalidad del turismo necesita políticas públicas. Nosotros tenemos, desde que comenzamos, que lanzó Augusto [Augusto Costa, ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires], un programa que es turismo todo el año y en toda la Provincia. Y ha habido desarrollo de lugares turísticos por mejor difusión, con Cuenta DNI, con oficinas de turismo, pero hay que poner infraestructura, hay que poner información, hay que hacer difusión. Así que estamos contribuyendo.

También alguien hablaba de la fiesta de la Semana Santa frente al mar. Ahí hay una oficina de turismo que se fue deteriorando. Bueno, vamos a invertir desde la Provincia, junto con el intendente, 50 millones de pesos para levantar esa oficina de turismo. Y para que se pueda recuperar y para que después, el que viene, pueda extender un poquito la temporada, se pueda disfrutar un poquito más y haya más laburo, el turismo es una puerta de entrada de los jóvenes también. Es el primer laburo, a veces, la gastronomía, son actividades muy importantes de servicios.

En la provincia de Buenos Aires tiene que haber política pública. Tiene que haber política pública para el teatro, para la biblioteca, para los centros culturales. Estamos con dificultades económicas inexplicables, porque además de la crisis que hay, que ha llevado a la caída de los recursos, el Gobierno nacional, no solo a este gobierno, porque no está de acuerdo, a todos los gobiernos, a todo el interior, porque está en contra del federalismo, le cortó los recursos, quiere fundir a las provincias. Y algunos le fueron a firmar el Pacto de Mayo, porque dijeron que si no le firmaban, ¿se acuerdan? El que no le firma el Pacto de Mayo, que era un disparate, eh, era una vergüenza, pero, al que no le firma, no le dan nada. Yo tengo una mala noticia, fueron muchos a firmar con esa extorsión y tampoco les dieron nada. No sé si mal de muchos, consuelo de tontos; lo que quiero decir es que hay que pelear por los recursos que son nuestros, porque no son del gobernador, son de la provincia de Buenos Aires.

Entonces, los Fondos de Seguridad que nos sacó Milei, los tiene que devolver; los Fondos de Infraestructura que nos sacó Milei, también; las 16.000 viviendas paró, las tiene que poner en marcha. O si no, dejarnos terminarlas y darnos los recursos.

Porque nosotros podemos hacer un gran esfuerzo desde los Municipios y desde la Provincia, pero sin Gobierno nacional hay cosas, como las rutas nacionales… Después veremos, nosotros tenemos un plan de rutas, se ha trabajado, vamos a seguir trabajando, no paramos la obra y tenemos en planes continuar, porque sé que está el tema de la 72, tenemos en planes seguir avanzando con la infraestructura.

¿Quién no lo puede entender? ¿Cómo se va a desarrollar un lugar turístico si no está la ruta que lo lleva ahí, si no llega la energía? Y después, ¿qué vecinos va a haber que paguen una obra si nunca pueden radicarse ni siquiera porque no hay servicios básicos? Para mí es obvio y evidente, pero implica tener un poco más de humildad, implica laburar todos los días por la gente, implica recorrer los lugares, conocer las problemáticas, implica como lo hacen todos los intendentes de la Provincia, lo quiero decir, de todos los sectores políticos, que están en el primer mostrador, están presentes, dan la respuesta.

Así que yo quiero agradecerles a todos los que vinieron, nos llevamos varias cosas, quedan los ministros un ratito para tomar nota de si hay algo más para hacer, pero el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires va a funcionar como un escudo, como una red, va a poner crédito, va a poner obra pública, va a poner promoción de turismo, de la cultura, del arte, porque de eso vivimos los bonaerenses, no somos un pueblo ni de la timba ni del extractivismo, somos un pueblo de producción y trabajo y eso es lo que vamos a demostrar.

Muchísimas gracias a todos y a todas. Muchísimas gracias, muchas gracias. Mucha fuerza.