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LA PLATA

Palabras del Gobernador Kicillof en la inauguración del Centro Administrativo Municipal

Martes 22 de Octubre 2024

Buenos días a todos y a todas.

La verdad que venimos hace un rato trabajando con Julio Alak [intendente de La Plata]. Estuvimos en el Rossi. Un día importante para la Provincia. Julio dio una explicación muy precisa de cómo recibió el municipio, obviamente no exhaustiva, pero sí precisa de los desastres que quedaron después de 8 años de la administración de la derecha en la ciudad de La Plata. Yo quiero, simplemente, agregar alguna cuestión de lo que está pasando hoy con el ejemplo de lo que estamos haciendo en el Rossi.

En el Rossi recibimos un hospital —yo lo recorrí antes de asumir y luego de haber asumido— donde estaban las famosas guardias que hacía la exgobernadora. Fíjense que Vidal hacía esto, un hospital, de estos hospitales como tantos tenemos en la provincia de Buenos Aires del Gobierno provincial, 100 hospitales provinciales, que muchas veces tienen edificios históricos, pero muy deteriorados. En un estado de deterioro espantoso, algunos casi con riesgo de uso. Y, obviamente, los hospitales tienen esta problemática que tiene que ver con su mantenimiento porque hacer obra en un hospital implica un diseño, que tiene que ver con el funcionamiento normal de hospitales que están habitualmente abarrotados y entonces es difícil hacer obra. Sobre todo obra estructural, por ejemplo, lo que tiene que ver con el gas, con la electricidad, con los ascensores [porque] cada intervención requiere detener el funcionamiento de un hospital, lo cual es tremendamente difícil.

Esta sería la explicación, pero hay edificios de hospitales provinciales que tienen 40, 50, 60, 80, 100 años. Hospitales muy rotos. ¿Y cuál fue la idea fantástica de la gestión anterior? Injertarle una partecita pequeña nueva, la guardia, que era una especie de pequeño edificio montado sobre el edificio anterior. Venían a cortar cinta, pero bueno, no había nada. La definición de maquillaje, en materia política de salud, es esta: hacer algo para inaugurar, fácil, lejos del funcionamiento y, después, se inauguró la guardia nueva, que es un engendrito puesto adelante del mismo hospital sobre el que no se hacía una obra, sobre el que no había inversión, sobre el que no había sueldo para los y las laburantes. Y la verdad es que así iban destruyendo el sistema de salud, como hicieron con prácticamente todo. Esa versión de la derecha.

Hoy estuvimos junto con Julio, junto con Nico Kreplak [ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires], recorriendo el Rossi, donde estamos haciendo obras estructurales. Por un lado, estamos haciendo algo que hacía falta hace tiempo, que era terminar la guardia, porque ni eso [hicieron]. Claro, cuando perdieron en las PASO, cortaron toda la obra. La pregunta es qué pasó con esos recursos, ¿no? porque cortaron toda la obra. Así que tuvimos que terminar una guardia inconclusa. Eso cuando asumimos, en plena pandemia, visitando el hospital, pero además ahora estamos terminando la ampliación del sistema de farmacia y estamos poniendo un tomógrafo. Un tomógrafo que son aparatos de un millón de dólares, aproximadamente.

La ciudad de La Plata tiene uno en el Ludovica, tiene otro en el San Martín y va a tener su tercer tomógrafo en el Rossi. Tercer tomógrafo, cosas que a veces no se comprenden o no se ven, porque a veces cuando no hay equipamiento en el sistema público, aún siendo público, facilita, beneficia, un negocio privado. Esto es clásico. La llamada descentralización, en la Argentina pasó mucho durante todas las épocas de privatizaciones. Las empresas públicas subsistían, pero los negocios estaban alrededor, laterales, y la empresa tenía déficit y alrededor muchísimos se enriquecían. Entonces es importante, tres tomógrafos. Saben que yo no me prendo cuando desde la ciudad de Buenos Aires vienen esas malas ondas.

Nunca me prendo porque nosotros no estamos en competencia, no necesitamos señalar a nadie para mostrar lo que hacemos y para reconocer lo que nos falta. Pero, con esto, la ciudad de La Plata —orgullosa capital de la provincia de Buenos Aires— va a tener tres tomógrafos. La ciudad de Buenos Aires tiene dos y son privados. La ciudad de La Plata, tres y son públicos. Y tiene que ver con que es la capital de la provincia y esto es importantísimo. 

Julio hablaba de cómo recuperamos La Plata, con un gran esfuerzo. Una ciudad clave, crucial para nosotros porque es la sede del Gobierno provincial. Lo decía Julio, la verdad que la primera gestión una incomodidad muy grande, presuntas pujas, discusiones sobre quién se quedaba con tal cosa y tal otra. Pasó con la Repu [por la República de los Niños], pasó con el Anfiteatro del Lago. Pasó con tantas cosas que parecía que había una puja. No era una puja y una competencia. Era que nosotros estábamos para contribuir y del otro lado no querían trabajar, y no querían invertir, y no querían hacer nada. Entonces cualquier propuesta la respuesta era no y las cosas seguían decadentes.

Una gran parábola, ¿no? Porque uno ve lo que está pasando hoy con el Gobierno nacional y el daño que se está haciendo, algunos daños irreversibles. Por eso yo quería empezar hablando de lo que recorrimos en el Rossi, pero de lo que fuimos a hacer. Hoy es el primer día de la campaña de vacunación del dengue de la Provincia de Buenos Aires. Distribuimos 80.000 turnos en estos días para aquellos que tuvieron dengue. Nosotros tenemos un registro de 110.000 casos, para ellos hay vacunación gratuita de 15 a 59 años, dos dosis. Ahora sería la primera dosis, la segunda dosis es a los tres meses, pero sabemos que hay quienes tuvieron dengue y no los tenemos registrados. Hoy hablábamos con el primer vacunado, nos dijo que se lo agarró el verano pasado de este año en Córdoba y que fue tremendo, durísimo.

Tiene eso, pero el problema es el recontagio, la segunda vez que en casos que no voy a explicar médicamente, epidemiológicamente, pero se vuelve mucho más riesgoso. Es una enfermedad que el primer contagio es de baja mortalidad, pero el segundo contagio es mucho más riesgoso. Así que estamos vacunando a aquellos que tuvieron; los que tenemos registrados automáticamente expedimos el turno; los que no tenemos registrados a partir de estos días se van a poder registrar y también van a poder recibir la vacuna gratuita. Y también, [para] los que no están dentro de esa población y tienen IOMA, 30 por ciento de descuento. Gran ejemplo, porque uno recuerda lo que fue la epidemia anterior. 

No es que es lo mismo o es optativo, vamos a ver si el Gobierno nacional se borra completamente. Es casi matemática conceptual, filosófica y físicamente imposible —y médicamente ni hablar— abordar una epidemia en un país sin una autoridad rectora, sin un Gobierno nacional que ordene las cosas, que ordene las campañas, los criterios de vacunación. Entonces el Gobierno nacional durante mucho tiempo [no hizo nada]; después, por presión de las provincias hizo algo: conseguimos que el Ministro se dignara a hablar de la cuestión del dengue, que se avizora un brote grande este año, porque ha pasado en otros lugares del continente, porque hubo dengue en invierno que nunca había en el norte del país.

Así que todo indica —esperemos que no— pero los modelos indican que vamos a tener una epidemia de dengue fuerte y dura este año. La vez pasada rompió todos los registros lo que pasó, así que sobre esa, otra más este año y que genera muchísimo más riesgo. Y el Gobierno nacional nada, yo me quejaría del ministro, pero ya lo echó Milei al ministro que había; echó 80 funcionarios. Es un gobierno que no nombra [funcionarios] en lugares claves y a los que nombra los raja, entonces es un gobierno que —como él dice— lo está destruyendo desde adentro, pero no por designio, por ineptitud, no puede ni nombrar funcionarios, ni sostenerlos. Ni aunque quisiera podría sostener el Estado porque no sabe, no puede, y la verdad es que son temas graves. A veces uno tiene ganas de decirlo más enfáticamente, de alguna manera que entre, que se comprenda. No puede ser lo que está pasando en todas las áreas, pero en lo del dengue se nota con muchísima claridad.

Han dejado hacer y han provocado a cada provincia, que es la idea que tienen de país. Todo sería una situación de competencia entre los municipios, entre las familias, entre las provincias, entre las personas, todos compitiendo con todos, creen que eso va a permitir mejorar algo, solucionar algo. Y, fíjense, entonces cada provincia por la suya. Y cada provincia tratando de ver con qué criterio vacunaba, teniendo que salir a comprar vacunas, las que se acordaron o las que tenían capacidad de adquirir. Nosotros ya habíamos trabajado —ustedes saben— para la compra de vacunas en la época del Covid, con lo cual teníamos una experiencia en compra de vacunas. Hoy la provincia de Buenos Aires sola, siendo zona centro, no la más afectada, tiene más vacunas que todas las demás provincias juntas y el Gobierno nacional adentro, porque al final mandaron a comprar vacunas. Y ahora no hay vacunas, se acordaron tarde, entonces también [estamos] viendo si podemos colaborar con otras provincias hasta donde podamos. 

Fíjense qué situación espantosa. Compramos medio millón de vacunas de dengue. Hoy aplicamos la primera dosis, empezamos a aplicar y vamos a seguir con esta campaña de vacunación. No puede no haber Gobierno nacional en una epidemia, en las cuestiones de salud, en las cuestiones de educación, en las cuestiones de seguridad; esto se tiene que entender. Nosotros tuvimos una catástrofe a poco de asumir este segundo mandato: un tornado. No puede no haber un Gobierno nacional, no podemos no contar con un Gobierno nacional que tenga políticas colectivas, que tenga políticas generales y universales, que lleguen a todo el país. 

Miren esto: en cada provincia, hay que ver cómo son las campañas contra una epidemia, el mosquito es el mismo, el dengue es el mismo y nos obligan a tener que coordinar entre provincias como si esto fuera una cuestión de afinidades o de amistades. Por eso, reitero, voy a seguir colaborando con las demás provincias buscando acuerdos de colaboración, no importa el partido político pues son todos argentinos y argentinas. Léanlo como quieran. 

Hay mucho más para hablar del federalismo en la Argentina, lo que significa, de por qué esto no es una colección o un rejunte de provincias. Esto es un país. Era un rejunte de provincias, pero se convirtió en un país cuando se decidió tener un Gobierno nacional, al que se le delegan facultades. O sea, las provincias al reunirse y conformar el país a través de su Constitución y todas las formas políticas que tuvo, lo que hicieron fue delegar. Hay facultades delegadas, facultades concurrentes. Eso quiere decir que hay que hacerlo entre los dos; facultades propias.

Pero no es que no existe el Gobierno nacional, porque esto encubre no una idea fabulosa y fantástica, esto encubre una enorme estafa, un choreo, encubre un choreo. Que se trata de esto, de un Gobierno nacional que dice: “Problema de salud: las provincias; problema de educación: las provincias; problemas de emergencias: las provincias; problemas alimentarios: las provincias; todo: las provincias”. El Gobierno nacional, ¿qué hace, para qué está? Yo les digo para que está: para facilitar y solventar la timba financiera, para generarle negocios extractivistas a las grandes corporaciones y para darles negociados a pocos millonarios que son amigos del poder. Eso solo, y del resto dice: “Que se encarguen las provincias”.

Ahora, le quiero recordar a Milei que de todos los recursos que tiene este país, el 38 por ciento los aporta la provincia de Buenos Aires. El laburo, el trabajo, la producción industrial-productiva por excelencia: la provincia. Entonces con qué hacen la bicicleta, con recursos de la provincia; con qué logran su famoso superávit, que es básicamente recortar todo, con recursos de las provincias. Nosotros aportamos el 38 por ciento, 40 por ciento de los recursos que después se distribuyen entre todos, los coparticipados y coparticipables también. Aportamos el 40. ¿Cuánto recibimos? Más o menos el 20. Ese es el sistema de coparticipación, pero esa no es toda la injusticia que hay. La injusticia es mucho más grande, porque hay una parte de los recursos que se recaudan en nuestra provincia que no se coparticipan, que van solo al Gobierno nacional. O sea, que nosotros de eso, de la masa total de recaudación, aportamos el 40, pero de la masa total de recaudación recibimos el 7 nada más. Porque hay una parte que ni siquiera va a los recursos coparticipables, ¿se entiende?

Cuando Milei pone una tasa de interés del 4 por ciento y el dólar al 2 por ciento y genera el negocio financiero, la estafa piramidal más grande del mundo, con 26, 36 por ciento de ganancia en dólares para los timberos, sépanlo bien, es con la de ustedes, es con la nuestra. Porque hay que empezar a decir las cosas por su nombre: van 10 meses de gobierno y la motosierra con la que se paseaba le cayó en la cabeza al jubilado, le cayó en la cabeza a la universidad, le cayó en la cabeza al laburante, cayó por los servicios, por el transporte. Así que estamos en esta situación. 

Hoy hemos empezado a vacunar, nos llena de alegría, pero tengo que marcar este contraste porque nos gustaría que haya un Gobierno nacional que cumpla con sus tareas, con sus funciones, con sus responsabilidades. Así que esperamos que la epidemia de dengue no sea tan dura como se avizora, esperemos no tener que lamentar tantos enfermos, como víctimas de otro tipo, esperemos que no sea. Ahora, hay una responsabilidad, tiene nombre y apellido: Javier Milei. 

A veces decimos “vacunamos, qué bien” y se quedó ahí, pero la verdad que es un esfuerzo increíble. Me contaba la directora del hospital, [hay un] 30 por ciento más de demanda, de gente que concurre, 30 por ciento más en los consultorios. ¿Qué pasó? ¿Cambió el esquema de las enfermedades, la salud? Bueno, puede haber sido. Pero lo que pasó fue que la gente ya no se lo puede pagar, el que podía pagárselo por privado, en la farmacia, en el consultorio, o en la prepaga, ya no puede más, entonces va al hospital público. Nos dicen que lo público no está, no tiene que existir, que todo se resuelve por privado. Vinieron a privatizar y están estatizando, porque le mandan al Estado todo lo que no atiende el privado, porque no lo puede pagar la gente, que ahora está con problemas para llegar a fin de mes, con problemas de laburo. Bueno, todo eso le va cayendo al hospital público.

Me pasó también a principios de año, estaba en una escuela en San Martín en la que había aumentado la inscripción. Era una escuela pública gratuita, pero hay escuelas también públicas subvencionadas que tienen cuotas. Y, en ese momento, eran 35 lucas la cuota, y no la podían pagar ya. Entonces se iban de un lado de la plaza al otro lado de la plaza. De la que era pública, pero con cuota, a la que era pública gratuita. Y entonces la directora me decía “Yo no puedo hacer aulas nuevas, no puedo abrir cursos, no tengo capacidad”. Miren los desastres, los descalabros que están armando en la vida cotidiana real, en lo que le pasa a la gente. Por eso, digo: esa visión que tienen, unitaria, centralista, no se conoció nunca. Nosotros decimos que se recicló la cuestión unitarios-federales. Eso es lo que logró Milei al pelearse con todas las provincias argentinas, con los gobernadores, diciendo que es un tema político, pero es con el pueblo de las provincias argentinas. 

Esto es una versión extrema del centralismo y el unitarismo. Pretende gobernar sin territorio y sin población, como si no hubiera gente, como si no hubiera lugares, como si no hubiera bosques, como si no hubiera mar, como si no hubiera playa, como si no hubiera fábricas o como si no hubiera nada. Como si gobernar fuera la timba, la mesa de dinero y después subirse a un avión e ir a ver a un amigo millonario del exterior. No es así. Y todo lo demás, ¿quién tiene que hacerse cargo? El intendente, los gobernadores, tenemos que hacernos cargo de los problemas que nos tira Milei. Subió 30 por ciento la demanda, la crisis hace una caída de los recursos y además nos recortan la plata que le corresponde a las provincias argentinas. Ese es el desaguisado que está generando Milei. 

Me parece que es importante porque va teniendo consecuencias, y hay que saber bien de quiénes son las responsabilidades. Nosotros gobernamos cuatro años y ya explicamos lo que queríamos hacer. Ayer escuchábamos en los Martín Fierro: salud pública, educación pública, trabajo, producción, más Estado, no menos Estado, mejor Estado.

Así que no hay sorpresas. En la Provincia de Buenos Aires estamos haciendo lo que nos indicó en las elecciones nuestro pueblo. Y acá, hablando de mejor Estado, creo que lo que se está haciendo, Julio, pero verlo ya en funcionamiento al CAM de la Municipalidad de La Plata. Una ciudad que los vecinos y las vecinas estamos sometidos, a veces, a esto que ha pasado. Y no quiero extenderme, pero hay mucho escrito sobre cómo pasan estas cosas, y no pasa solo en lo privado y en el Estado, pasa hasta en la vida personal. Esto de que a veces se van instalando situaciones, ¿no? que claramente son irracionales, ridículas y más caras y peores, pero que son muy difíciles de revertir.

Esto de que para hacer un trámite, para una vivienda particular, haya que recorrer siete dependencias, haya que estar 40 días, más de un mes, y uno dice “bueno porque habrá que hacer grandes estudios”. No, porque el paso del tiempo, la superposición de decisiones de gestiones, a veces la desidia, como con el gobierno anterior, el desinterés va acumulando progresivamente desviaciones que parecen pequeñas, pero que cuando uno observa la sumatoria, es un caos, es un laberinto, es imposible. Y no estamos hablando de teoría, estamos hablando de realidad. Estamos hablando de que vos tenés el problema y cómo lo resolvés. Y entonces, también, después aparece el enojo con el Estado. Y repito, esto pasa también en el privado; ustedes vieron que llaman para reclamar por un servicio y te tienen en la maquinita y uno dice “Pero cómo, con lo que pago, con lo que cuesta”. Puede pasar y a veces es producto de decisiones deliberadas, de hacer un ahorro.

A veces no, a veces sale más caro. ¿Cuánto sale alquilar decenas y decenas de edificios por todos lados? Que después generan una mala respuesta, nadie lo podría planear. Es imposible que a alguien se le ocurra hacerlo así y es así. Y una vez que se instala, perdura porque es muy, pero muy difícil transformar. A veces hay una resistencia a la transformación, que es una resistencia perversa porque es casi inconsciente. Por ejemplo, el temor a lo desconocido, “Me van a mudar”. “Y bueno, ¿dónde me mudarán, dónde quedaré, tendré el escritorio?”. Es natural, es lógico porque nada está escrito en piedra y no se sabe. Y hay veces que han sido saltos al vacío, donde dicen “bueno, vamos a mudarnos” y después no hay nada, o es peor, o es más lejos. Entonces, hay en las organizaciones una inercia que hace que a veces las cuestiones sean inexplicables, indefendibles, pero perduran años, lustros, décadas, y siguen así. 

De mi experiencia en la gestión pública y en la gestión privada, en la universidad, en Aerolíneas, en YPF, en el Ministerio de Economía, en la Cámara de Diputados, en la Gobernación, digo que se requiere mucha decisión y mucho coraje, y mucha perseverancia, casi obstinación, para llevar adelante estos cambios que parecen menores, que son subterráneos, pero cuyos resultados son fabulosos. 

Julio, yo te felicito porque supongo que si alguien te dice que para una obra particular, hay que recorrer tres edificios, cuatro oficinas, y tardar cuarenta días, ¿quién va a decir dejémoslo así, anda bien, está bueno? Nadie. Y sin embargo, no se hacía. Hacía falta, por eso, un conocimiento del Estado, un conocimiento también de los vínculos que implican las situaciones de la administración, para poder cambiarlo, para llevar adelante un cambio. Y acá está, Julio, cuando me decías: “Voy a hacer un centro de administración municipal que nuclee trámites, atención, montones de oficinas que están todas dispersas, que tardan tiempo, que dan mala calidad de atención. Que entonces, dificultan, que demoran, que peor, que además se pagan alquileres, que es más caro, todo mal, lo voy a hacer”. Pero además, y sobre todo, siempre me lo dijo Julio, que mejora las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras del municipio, a veces sometidos a estar encerrados en una oscura oficina, invivible, que no dan ni ganas.

Por eso creo que esto es importante. Lo vemos también, con las Casas de la Provincia de Buenos Aires en el interior. Esto nos permite algo parecido en cada uno de los municipios, con los trámites que son del Gobierno provincial, unificar, centralizar, darle dignidad, darle calidad a este edificio que es histórico, que está en el corazón de los platenses. Ponerlo a funcionar de esta manera, la verdad es que es un enorme orgullo, son cambios que hay que planearlos y después hay que ejecutarlos. Los resultados son estos, que le va a mejorar la vida cotidiana a los y las platenses, que va a prestigiar a los gobiernos, a los políticos, al Estado, que le va a mejorar el laburo a los y las laburantes. Tiene todo. 

Julio, la verdad que te felicito muchísimo, una gran alegría poder colaborar con esta gestión, la gestión del mejor intendente de La Plata.