Pautas de alarma - indicadores de abuso sexual
Indicadores físicos específicos:
- Lesiones en zona genital y/o anal.
- Sangrado por vagina y/o ano.
- Inflamaciones, enrojecimiento y lesiones por rascado (asociadas a hallazgos anteriores).
- Marcas de dientes u otros signos traumáticos como laceraciones o equimosis de la vulva.
- Infecciones genitales o de transmisión sexual (sífilis, VIH -HIV / sida- no preexistente al momento del nacimiento, hepatitis B,
gonococcia). - Flujo vaginal patológico, con presencia de gérmenes no habituales (clamidia, tricomonas) en la flora normal de la niña o
- Condilomas por HPV vaginal y bucal.
- Embarazo.
Indicadores físicos inespecíficos:
- Trastornos de la alimentación (bulimia y anorexia nerviosa, en especial cuando se asocian).
- Fenómenos regresivos como la enuresis (remisión involuntaria e inconsciente de orina, generalmente nocturna) y encopresis
- Infecciones urinarias repetidas sin causa orgánica o externa identificable.
- El flujo vaginal (en las niñas no es normal, especialmente en las pre-púberes).
Indicadores psicológicos o comportamentales:
Es importante que se evalúen teniendo en cuenta la edad y el nivel evolutivo del niño/a o adolescente.
Indicadores psicológicos altamente específicos:
- La revelación por parte del niño, niña o adolescente de haber sido objeto de abusos sexuales.
- Síndrome de estrés postraumático (cuando no haya padecido enfrentamiento a la muerte o a un accidente grave de acuerdo al
DSM V -Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales-).
Indicadores psicológicos compatibles con probable abuso:
- Conductas hipersexualizadas y/o autoeróticas
- Masturbación compulsiva.
- Variantes peculiares de los juegos de “médicos”, “los novios” o “el papá y la mamá”.
- Utilización de la fuerza física o la coerción psicológica para conseguir la participación de otros niños, niñas o adolecentes en los juegos sexuales.
- Juegos sexuales con otros niño/a o adolescente mucho menores, o que están en un momento evolutivo distinto.
- Acercamientos peculiares a los/as adultos/as (tratar de tocar u oler los genitales del adulto).
- Acomodarse sobre un adulto/a en la cama y simular movimientos de coito.
- Pedir que le introduzcan o tratar de introducir la lengua al besar.
- Conocimientos sexuales inusuales para la edad.
- Promiscuidad sexual, prostitución o excesiva inhibición sexual (en adolescentes).
Indicadores psicológicos inespecíficos:
- Retraimiento social.
- Temores inexplicables ante personas o situaciones determinadas.
- Trastornos del sueño (pesadilla, terrores nocturnos).
- Hiperactividad.
- Fobias y/o temores intensos.
- Trastornos de la conducta alimentaria.
- Dependencia excesiva.
- Dificultades de aprendizaje o alteraciones en el rendimiento, de aparición brusca e inexplicable.
- Fugas del hogar.
- Tendencia a permanecer en la escuela fuera del horario habitual.
- Conductas violentas de riesgo para su integridad física.
- Consumo de sustancias psicoactivas.
- Autolesiones.
- Intentos de suicidio.
- Trastornos disociativos.
- Depresión severa.
Si el abuso se devela por que el niño o niña lo cuenta, es importante que quien toma conocimiento tenga la capacidad de habilitar
un espacio de escucha. Hacer demasiadas preguntas o querer saber mayores detalles pueden agravar el daño. Es recomendable
que pueda hacerse una escucha atenta, dejando que se exprese espontáneamente en un espacio adecuado, sin interrupciones,
juzgamientos, o culpabilizaciones, transmitiendo que la situación que se revela es de interés para el interlocutor y que dentro de la
institución/establecimiento existe la posibilidad de recurrir a equipos y/o profesionales preparados para atender e intervenir sobre
lo que le está sucediendo (ya sean Equipos de Orientación Escolar, Equipos Distritales de Infancia y Adolescencia dentro de las
escuelas, o Equipos de Salud dentro de CAPS u hospitales, entre otros).
Resulta necesario e importante que la persona en la que el niño o niña ha depositado su confianza, lo acompañe hasta los servicios
o equipos que se indican como idóneos.
¿Qué no hacer?
Criticarlos, amenazarlos, darles órdenes, aconsejarlos, culpabilizarlos, negar o desmentir lo que cuentan, atemorizarlos, interrumpirlos, moralizar.