Según Laila Calantzopoulos:

"¿Puede la historia ser perfilada como objeto de una imaginación constructora de sentido? ¿Puede la literatura ser una herramienta para estetizar la política? ¿Pueden los cuerpos instrumentarse como mito para estos fines?

La estética y la política sostienen una larga historia de complicidad. Por estas tierras, la figura de la cautiva, el indio y el gaucho emergen como construcciones fundacionales de la literatura argentina decimonónica, que hallarán sus pervivencias más allá de su origen en el imaginario de una Nación.

En la búsqueda de una literatura nacional, la generación del 37´ realiza una operación de inversión de conceptos: la idea de una pampa ¨desierta¨ se instala como un vacío que hay que ocupar. Allí, no es el blanco el que invade la tierra de aquellos, sino el indio quien despoja al blanco de su “bien más preciado”: la mujer, como cuerpo, como objeto, como bien de uso y de cambio.

Se presenta entonces dos tipos de cautiverio: uno mítico, estetizado y representado en la cautiva blanca y el cautiverio olvidado: les marginales de la historia.

Estado de cautiverio es una indagación sobre el imaginario actual que propone reflexionar desde un presente incierto, los paradigmas históricos fundacionales de la Nación".