facebook
ESTE VIERNES 26 DE AGOSTO

La provincia de Buenos Aires celebra a María Elena Walsh

“Entre las hojas que cantan” es el lema de una nueva edición del ciclo “Hechos de Canciones”, que en esta ocasión estará dedicado a la figura de la emblemática compositora.

Viernes, 26 Agosto, 2022
Concierto en el Salón Dorado de la Gobernación
Concierto en el Salón Dorado de la Gobernación

El Gobierno de la provincia de Buenos Aires, a través del Instituto Cultural, celebra la figura de Maria Elena Walsh con un concierto en el Salón Dorado de la Gobernación, este viernes 26 de agosto, a las 19:00 bajo el lema “Entre las hojas que cantan”.

Esta nueva edición del ciclo “Hechos de Canciones” propondrá un recorrido por la obra de la poeta que, desde hace más de sesenta años, alimenta la imaginación de generaciones de argentinas y argentinos.

El concierto será transmitido en vivo a través del canal de Youtube del Instituto Cultural PBA en este enlace y contará con la participación de Cecilia Todd, Maria Graña y Esteban Morgado, Paula Maffia, El Remolón ft Brawlio y Bárbara Silva y los artistas de Código Provincia, Gordo Larvo y Leti Carelli. Maia Basso estará a cargo de las transiciones sonoras. Hay entradas disponibles para asistir al evento, con inscripción previa en este formulario.

“El evento se constituye como una invitación a mirar la realidad con ojos maravillados, a encontrarse con otros alrededor del calor de una historia compartida, para invocar juntos el espíritu del juego”, expresaron desde el Instituto Cultural.

María Elena Walsh

Nació en 1930 en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires. Como todo niño de clase media en esa década, se formó entre dos ámbitos opuestos: por un lado, los rigores de una escuela cada vez más autoritaria, y, por otro, una gran libertad en su hogar, con vacaciones muy felices, sumada a la maravilla de los primeros medios de comunicación masivos, que incorporaban lo mejor de la cultura popular.

Desde los catorce años, comenzó a publicar poemas en medios tan importantes como El Hogar, el diario La Nación, los muy selectos Anales de Buenos Aires, que dirigía Jorge Luis Borges, o Sur, de Victoria Ocampo, obras que contribuyeron a consagrarla como una de las voces más intensas y originales de su generación.

Su primer libro, Otoño imperdonable (1947), deslumbra todavía por el trágico lirismo y su destreza en el manejo de las formas de la poesía clásica, debida a un prodigioso sentido musical.

Emigró a Europa, junto con su amiga tucumana, Leda Valladares, también poeta, con quien formaron el dúo vocal Leda y María, dedicado casi exclusivamente a cantar canciones tradicionales del Noroeste argentino.

En 1958, con otra pionera, la jovencísima directora de televisión María Herminia Avellaneda, quien impulsó a Walsh a escribir sus primeros libretos para teleteatro o para programas infantiles. La felicidad de ver cobrar cuerpo a los personajes de sus canciones –“Doña Disparate” o el “Rey Bombo”– fue quizás el motor del nuevo éxito: el “varieté” para niños.

En 1968, Walsh estrenó su primer espectáculo de canciones para adultos “Juguemos en el mundo. Recital para ejecutivos”, un repertorio imbuido del aire contestatario de los tiempos –pacifismo, feminismo, “protesta” contra la injusticia social– pero mostrando un talento poético único.

En 1978, en plena dictadura militar, decidió dejar definitivamente las presentaciones teatrales, harta de las cortapisas de la censura.

En 1983, comprometida con la restauración de la democracia en los ámbitos más diversos, participó más o menos directamente en proyectos políticos, para recalar finalmente en la transformación de su gremio, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores, SADAIC, donde su aporte en el Departamento Cultural fue decisivo.

No abandonó la infancia y presentó las novelas para chicos Manuelita, ¿dónde vas? (1997), Hotel Pioho’s Palace (2002) y ¡Cuánto cuento! (2004). En 2008 publicó en forma de libro, por primera vez, la versión teatral original de Canciones para mirar y Doña Disparate y Bambuco.

María Elena Walsh ha recibido en vida –desde 1947 y post mortem– innumerables reconocimientos, homenajes y premios, en la Argentina y el extranjero. Una importante cantidad de escuelas, bibliotecas, plazas y salas culturales de todo el país llevan su nombre o el de sus personajes.