Este viernes con 5 testimonios comenzaron las declaraciones desde Azul en la Megacausa Subzona 12.
Este viernes se desarrolló la audiencia 28 del juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en la subzona 12, que abarca toda la región centro bonaerense. Con 5 testimonios comenzó la etapa de juzgamiento de los casos de la ciudad de Azul y distritos aledaños. La mayoría de los testimonios se ofrecieron de manera virtual desde el Centro de Investigación y Postgrado de la Facultad de Derecho en Azul.
Ada Sanfilippo declaró desde la sede de la Subsecretaría de DDHH en La Plata por los hechos ocurridos con su padre, Adalberto Jesús Sanfilippo, dirigente gremial de ATE y concejal al momento de su detención el 23 de marzo de 1976. Luego fue el turno de Jorge Cura, militante del partido comunista, detenido en Saladillo el 30 de marzo del mismo año. Margarita Cardoso atestiguó por la detención de su padre, Pedro Aníbal Cardoso, secretario general de la CGT, ocurrida el día del golpe cívico militar.
Finalmente, Juliana y Paulina Maumus declararon por la detención de su padre, Roberto Maumus, periodista y militante de la Juventud Peronista (JP).
En todos los casos, una vez detenidos, fueron llevados al penal Nº 7 de Azul. Según describió Jorge Cura había "un pabellón de punta a punta lleno de militantes políticos" en el que compartió celda con Carlos Labolita, padre. Jorge fue liberado el 27 de abril de 1976. Sin embargo, un año después, fue detenido nuevamente. Lo mantuvieron incomunicado en un calabozo durante 17 días, lo torturaron con una picana para hacerle las mismas preguntas que el año anterior. En esa oportunidad, pudo reconocer la figura del represor imputado en este proceso, Alejandro Duret.
Ada contó que su padre ya sabía que lo iban a detener porque "se lo había dicho un conocido de la policía". Estuvo privado de su libertad hasta septiembre de 1976. "Mi mamá estaba aterrada, pensaba que no se terminaba nunca más, ya no fue lo mismo, había miedo", concluyó Sanfilippo.
Margarita Cardoso hizo un pormenorizado relato de cómo fue detenido su padre y aseguró que "el 23 desde la central (CGT) ya le habían avisado que la caída del gobierno era inminente y sabía que lo iban a ir a buscar". A pesar de que su padre fue liberado tiempo después, el acoso y la presión psicológica fueron constantes.
Realizaban operativos cerrojos con gran despliegue de patrullas y oficiales en el barrio donde vivían (Villa Fidelidad) "solo para pedirle DNI a su padre y la familia. Además, la seguían a la escuela en "falcones verdes", tanto a la ida como a la vuelta, por lo que Margarita abandonó la escuela secundaria ese año. Señaló que el único delito de su padre fue ser “profundamente peronista y comprometido con el gremialismo”.
Juliana y Paulina reconstruyeron los hechos acontecidos a su padre, señalaron que se hablo poco en la familia, hubo mucho silencio. Paulina le preguntó a Roberto si había sufrido torturas, específicamente le consulto por la picana y el respondió “ruleta rusa y simulacros de fusilamientos”. Juliana se mostró conmovida porque “no se bien lo que pasó y no puedo medir como lo vivió él, pero yo sentía que algo terrible estaba pasando” aseguró.
Nota realizada por Soledad Restivo (Agencia Comunica / RU 90.1/ UNICEN) en el marco del convenio entre la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN)