Los jueces que integran el TOF de Mar del Plata estarán en Azul para realizar la próxima audiencia del juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la región centro de la provincia de Buenos Aires.
Previamente, durante la jornada del jueves 11 de mayo, los jueces Nicolas Tosselli, Fernando Machado Peloni y Luis Imaz realizarán la inspección ocular al ex centro clandestino de detención Ex ISER en Tandil.
Mientras tanto, en la trigésima audiencia se presentaron seis testigos para dar sus testimonios. Esta fue la tercera audiencia que abordó casos de la ciudad de Azul y localidades aledañas. María Raquel Sardón, Patricia López y Ricardo López dieron sus testimonios sobre el caso de Orlando López. Margarita Villa, Pablo D’Ascenzo y Gustavo Randazzo declararon cada uno sobre los casos que tienen a sus padres como víctimas de la última dictadura.
Margarita Villa, hija de Mario Alfonso Villa, relató que tenía nueve años cuando fueron a buscar a su padre. Junto con su madre, su hermana y su abuela se encerraron en un baño, del cual fueron sacados a la fuerza. Su hermana de un año y medio fue apuntada con un arma en la cabeza, mataron a los perros y destruyeron la casa. Su padre estaba volviendo, pero escapó en ese momento en "el camión de la basura", sin embargo, "lo encontraron en el camino". Mario Alfonso, en ese momento farmacéutico y concejal justicialista, fue llevado al penal de Azul. De allí salió con miedo, no pudo trabajar ni manejar más, salió con tratamiento psicológico y tuvo muchas enfermedades e infartos.
Por otro lado, Pablo Orlando López, secretario general del gremio Luz y Fuerza, jefe de la seccional PAMI y peronista, fue detenido mientras lo transportaban en un auto y llevado en un camión lleno de otros detenidos. Su ex esposa, María Raquel Sardón declaró que, por la detención y las condiciones de su encierro, “se transformó, era otra persona, cambio el carácter, nos separamos, fue todo un trauma”, también recordó que Orlando “siempre defendió a los empleados”.
Patricia López y Ricardo López, hijos de Orlando López con su anterior esposa, también declararon. Patricia recordó que tenía 17 años cuando se despertó una mañana con la noticia del golpe y con la detención de su padre. La familia hizo todo lo posible para encontrarlo, pero había rumores de que pasaban cosas terribles y estaban preocupados hasta que pudieron saber que estaba detenido. Ricardo, de 16 años, estudiaba en el colegio nocturno y recordó que su padre estaba muy preocupado por lo que estaba pasando. Estuvo 10 días preso e incomunicado.
Pablo D’Ascenzo también dio testimonio sobre el caso de secuestro y detención ilegal de su padre Ángel. A sus hermanos mayores les hicieron creer que su papá estuvo de viaje, Pablo tenía apenas unos meses de vida. Ese fue el relato familiar hasta que, el profesor de historia habló del tema y hubo controversia en la clase. Así fue que, Pablo volvió a su casa y le pregunto a su padre por lo sucedido “rompieron la puerta y se lo llevaron de los pelos y a las patadas”. En el camión, se encontró con Randazzo y otros compañeros”. Los llevaron al Penal número 7, antes les hicieron un simulacro de fusilamiento. D’Ascenzo pudo identificar quién lo saco a patadas y de los pelos de su casa esa noche, se trata del imputado Roberto Mario Gómez, ex agente de la Policía Federal Argentina. Ángel era gremialista ceramista, trabajaba en una fábrica de cerámicos.
Por otra parte, Gustavo Randazzo, hijo de José María, declaró haber presenciado la detención de su padre por parte de los militares. Tenía solo 9 años y estaba durmiendo cuando entraron a su casa y se llevaron a su padre delegado gremialista de FOCRA, a los golpes y gritos. Su padre fue subido a un camión junto a muchas otras personas. Gustavo recordó que cuando liberaron a su padre “tenía mucha barba y su aspecto físico se había deteriorado notablemente, sin embargo, “nunca volvió a hablar del tema”.
Nota realizada por Soledad Restivo (Agencia Comunica / RU 90.1/ UNICEN) en el marco del convenio entre la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN)