Primero, quiero agradecerles a todos y a todas por haber venido hoy, por haber asistido a esta convocatoria, a la organización de parte de los ministerios, también está el responsable de ARBA, el Ministerio de Trabajo, la asesora de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, la Jefatura de Gabinete, el Ministerio de Agricultura de Desarrollo, de Asuntos Agrarios y, también, el Ministerio de Producción.
Esto intenta mostrar de nuestra parte la importancia que le damos no sólo a la reunión por el diagnóstico, hemos tomado nota de cuestiones que conocíamos, pero que era importante tenerlas de primera mano de un sector que está muy cercano al fenómeno del consumo, ya sea de los productores, pequeños, medianos y también de la cadena de abastecimiento, sino también a empezar a pensar e idear algunas respuestas, algunas soluciones, profundizar algunas medidas, algunas líneas y, en ese sentido, algo que si bien en un contexto tan desfavorable —yo ahora hablo desde una experiencia en historia económica, en teoría económica y en economía en general— ya que esto que está pasando se vio muy pocas veces en la historia nacional.
Estamos experimentando una de las caídas más rápidas y más violentas de consumo que tengamos memoria. Esto se refleja en estadísticas que ya van apareciendo a nivel llamémoslo macroeconómico, la caída de los ingresos, de los salarios, de las jubilaciones, en diferentes fuentes de ingreso para la mayoría, ahora vemos la discusión del salario mínimo que tiene que ver con caracterizar bien la cuestión.
No es que eso pasó por un tema climático, geológico, barométrico, hay una política económica que apunta a reventar el consumo porque revienta los ingresos. Por eso tampoco vemos ninguna reacción. Me tocó ser ministro de Economía, gobernador, y escucho también las caracterizaciones sobre situaciones donde uno tiene la responsabilidad. Y siempre que en algún lugar de gobierno nos tocó ver que, por diferentes motivos, se ve lesionada la capacidad de compra de la población en general, particularmente la capacidad de compra de alimentos y de consumos básicos —que repito, a uno le puede pasar ya sea por cuestiones regulatorias, normativas, macroeconómicas, internas, externas, por millones de cosas—, siempre cuando nos tocó observar una cuestión así, reaccionamos tratando de evitarlo o de suplantar alguna fuente de demanda.
Nos ha pasado incluso —a mí, personalmente, y a varios de los que están acá— estar en el gobierno en momentos donde había una crisis internacional muy fuerte. Nos pasó ahora en la pandemia. Entonces tuvimos que idear y generar instrumentos para morigerar o para compensar y fortalecer diferentes instrumentos que permitan sostener el consumo popular.
De lo que estamos hablando ahora es de una caída muy grande en bienes básicos de consumo a nivel masivo y generalizado. O sea, estamos en una situación prácticamente sin precedentes por la velocidad y la profundidad. Creo que estamos ante un plan deliberado, en el que uno de sus pilares es la caída de los ingresos y del consumo, de parte de la política macroeconómica nacional.
Una devaluación del 120 por ciento, a mí me tocó experimentar a veces movimientos cambiarios, no de esta magnitud, creo que la del 14 fue el 22 por ciento y aun así diseñamos varios de los programas de los que todavía estamos hablando, como Precios Cuidados, Ahora 12, Procrear, Progresar, que ahora lo reventaron también. Fueron medidas tomadas de manera, llamémosla, innovadora, creativa, para generar sobre sectores muy amplios algún instrumento para protegerse o resistir caídas muy fuertes del ingreso y del consumo. Ni hablar de la pandemia donde apareció el ATP, el IFE a nivel nacional y varios elementos que tuvieron que ver con política locales, entre ellos a la Cuenta DNI, que es un una iniciativa nacida en pandemia, la primera billetera digital de la Argentina porque había algunos que tenían que cobrar, familias que tenían que cobrar el IFE y no tenían una cuenta bancaria. Así nos encontró la pandemia, por cuestiones estructurales y no podían concurrir al banco porque estaba cerrado.
Entonces lo de la Cuenta DNI fue una forma de poder abrir una cuenta de banco sin salir de la casa. En aquel momento, surgió algo absolutamente imprevisto, compulsivo, universal, mundial y aquí encontramos esa solución. Hoy tenemos nueve millones de usuarios con la Cuenta DNI. O sea que la Cuenta DNI nace para poder abrir en el banco un instrumento sin tener que moverte de tu casa. Hoy tiene otra dimensión. Escuché hablar, y por eso el agradecimiento también por mencionarlo varios programas del Ministerio de Agricultura, del Ministerio de Producción, que la verdad es que a uno le genera bastante tranquilidad para empezar, pero también bastante alegría escuchar que los programas que se idearon y se llevaron adelante están teniendo un efecto real en sectores económicos tan amplios, a veces en base a una necesidad, a veces en base a una oportunidad, a veces para para fortalecer a algunos de los sectores que nos propusimos acompañar.
Así que destacó mucho las acciones que ustedes mismos han mencionado sin que obviamente se lo pidiéramos ni siquiera, pero que están teniendo efectos, ya sea a través de instrumentos de crédito, instrumentos de certificación y habilitación desde el punto de vista público, instrumentos de comercialización, la propia Cuenta DNI en sus dos versiones: para el consumidor y también para el productor.
Creo que son programas que han resultado útiles y que hoy nos dan una serie de instrumentos, que que habrá que recalibrar, redireccionar o incluso modificar o ampliar para seguir apuntalando el objeto a nuestra política pública, que es que la provincia de Buenos Aires tiene una dimensión, desde el punto de vista geográfico, pero también desde el punto de vista demográfico, una bastedad, un tamaño y una vitalidad que lo que uno tiene que hacer como Gobierno es simplemente abonarla y darle más perspectiva para que lo que existe muchas veces en potencia se vaya convirtiendo en realidad.
Quiero decir que algunos emprendedores, porque se habla mucho de los emprendedores y a veces la imagen que hay es la de un emprendedor, llamémoslo de garaje, del sueño norteamericano, que hizo alguna aplicación de software, se hizo multimillonario y después hasta dejó de ser norteamericano y se mudó a un paraíso fiscal. Pero bueno, este tipo de enfoques teóricos que muestran que hay que estar y crear IBM o Apple o algún tema de estos, algún sitio web de carácter mundial y eso te convierte en exitoso.
Creo que a la escala de la provincia de Buenos Aires es lo que estamos observando acá, alguien que en su cocina comienza haciendo mermeladas o algún producto y luego termina sosteniéndose, generando un efecto multiplicador y generando fuentes de trabajo, ingresos y eso de manera distribuida y llamémosla —si me permiten el término— más democrática, y que con poquitos instrumentos estatales, se le puede dar un respaldo y una oportunidad a un enorme sector de la economía popular, de la economía también familiar, y entonces los que estaban excluidos tienen la oportunidad de formar parte del sistema que los excluyó.
Entonces acá una consideración, si me permiten también teórica, el mercado tiene esto que es lo que expresaban desde los más pequeños, hasta escuché a supermercadistas o representantes de supermercadistas, que es que el mercado desregulado, absolutamente desregulado, tiene una tendencia natural a la concentración y a la centralización. O sea, esto que a veces se plantea como una cuestión de darwinismo económico, la supervivencia del más apto, que sería algo que permite detectar de manera descentralizada y casi perfecta los talentos y los esfuerzos, por eso está este tema de meritocracia, la verdad es que no es la realidad del proceso de mercado. El proceso de mercado es que el más grande se come al más chico y esto está tan vastamente demostrado y ejemplificado que no hace falta explicárselo a nadie, excepto a un pequeño grupo, minúsculo, que hoy tiene mucha visibilidad, pero que creo que habla desde una teoría que nunca se ha aplicado en la práctica y desde una falta de calle, de barro y de sensibilidad para ver cómo es la realidad por lo menos en la provincia de Buenos Aires.
Porque eso, también, hace falta, más allá de la vocación, más allá incluso de una imposición, una sensibilidad, una empatía con determinados sectores que suelen ser perjudicados por las famosas leyes de mercado, sin que haya ningún tipo de regla de juego que sea un poquito más justa para los sectores menos favorecidos. Nosotros estamos en la otra vereda de eso, por supuesto que partimos tanto del conocimiento y la comprensión, como de la experiencia de haber trabajado y de haber observado mucho tiempo lo que sucede cuando el Estado se borra: el más grande se come al más chico y poco más que eso.
Y son leyes que a veces no son tan claras y comprendidas, pero en el caso, por ejemplo de la producción en general pero particularmente los bienes de consumo llamémoslos masivos, de los consumos populares, uno ve que hay una cadena de valor o una cadena de producto que va desde el productor hasta la góndola, el escaparate o el comercio, y que del otro lado está el consumidor. Si los dos extremos de la cadena son el productor y el consumidor, y bueno paradójicamente son los más perjudicados, terminan siendo los eslabones más débiles. Si bien uno es el que fabrica y otro es el que compra, adquiere y consume, en el medio de esa cadena que tiene elementos financieros, elementos comerciales, elementos de distribución, elementos de logística, y bueno es una cadena muy larga donde el productor cobra tan poco, que a veces ni le alcanza para su subsistencia, y el consumidor paga mucho.
Así que casi, desde el punto de vista lógico, parece un sinsentido, ¿no? Porque en realidad estarían en juego la oferta y la demanda, pero todo lo que hay en el medio, por diversas cuestiones, complica. Lo que no quiere decir es que el trabajo de logística, de intermediación sea evitable, sustituible o peor que algún otro, sino simplemente que a veces las reglas del mercado distribuyen el poder en la cadena de valor de una manera bastante poco equitativa y, paradójicamente, se quejan todos los eslabones de la cadena, es decir que todos de alguna manera u otras son perjudicados. Esto, desde el punto de vista racional, exige un ordenamiento, cosa que hacen todos los países del mundo prácticamente, y que abonan todas las teorías económicas exceptuando una, que es muy minoritaria, muy marginal, pero que es la que parece compartir hoy la más alta autoridad del Gobierno nacional.
Una teoría económica muy pocas veces aplicada, —repito, dentro del marco de la discusión entre los economistas— muy minoritaria y marginal, marginada por las posiciones absolutamente poco convincentes que tiene. Es decir, por su propio mérito, más bien su falta mérito y, sin embargo, eso vendría a ser lo que inspira muchas políticas públicas hoy a nivel nacional, cuando pueden salir de la lapicera del presidente sin alguna discusión un poco más profunda.
Nosotros creemos otra cosa y acá, con los pocos testimonios que escuchamos, hay una demostración de que efectivamente las leyes o los movimientos que operan en el mercado sin ningún tipo de apoyo, de asistencia, de regulación, son los que tienden a la concentración, a la centralización, perjudicando tanto al productor directo como al consumidor, que vendrían a ser los primeros que deberían beneficiarse, a veces a riesgo de extinguirlos. Al pequeño productor o al productor y al consumidor paradójicamente, porque sin producción no hay economía y sin consumo tampoco. Entonces, estamos en una situación que yo creo que es muy grave y muy complicada. Caídas del consumo del orden de los 40 puntos en un lapso muy cortito, bueno decían 16 puntos productos de almacén, pero yo he visto números todavía peores, así que hablan de una situación muy fuerte y dramática de crisis.
Así que eso es lo que nos toca enfrentar en este momento. Creo que un punto importante es el que tiene que ver con el esclarecimiento. Pareciera que esto es todo economía y números, pero estamos en medio de una discusión y de una disputa que no podemos abandonar, por eso es importante explicar un poco qué es lo que realmente está pasando, cuando se retira aún el Estado nacional de algunas funciones que tenía, que yo coincido muchas de esas mejorables, con un efecto heterogéneo, que algunos le gusta y a otros no, a algunos favorece y a otros no, pero con la ausencia total de política pública volvemos a la ley de la selva y el resultado es el que estamos empezando a ver y nosotros le asignamos realmente una gravedad muy, muy grande. Porque estamos hablando de miles y miles de laburantes, trabajadores y trabajadoras, de pequeños empresarios de un lado, y miles y miles —diría millones— de familias por el otro, que no se están pudiendo encontrar de una forma razonable. El que produce y el que consume, o sea la economía y la vida de nuestras sociedades están en riesgo.
A eso quiero sumarle varias cosas. Primero una general: las políticas que hoy tenemos son a escala del Gobierno provincial, porque hay políticas que se nos escapan. Nosotros no manejamos ni la tasa de interés del sistema en su conjunto, ni tenemos políticas que pueden abordar la cuestión de los precios en su conjunto, ni podemos, menos todavía, garantizar discusiones salariales, que sean para la totalidad de la clase trabajadora y de los sectores obreros y empresarios. Así que esas cuestiones escapan, están más allá del alcance de un Gobierno provincial.
Por más que agradezco, y también comparto, la mirada que sostiene que en la provincia de Buenos Aires pensamos y hacemos cosas distintas, hay cuestiones que quiero dejar muy en claro. No podemos sustituir, por una cuestión de escala, de organización, casi de plexo normativo, por las atribuciones que tiene, aunque las esté abandonando, un Gobierno nacional con relación a los Gobiernos provinciales, ya sea por facultades delegadas, o sea por regulaciones generales a nivel federal que los Gobiernos provinciales no podemos asumir ni tomar a riesgo de pensar en una disolución del país.
Sé que andan circulando ideas, casi llamamientos a que esto ocurra pero eso sería tan tremendo que nos arrepentiríamos toda la vida. Creo que lo primero que hay que hacer es tratar de impedir el ausentismo, el abandono y la deserción del Gobierno nacional de las funciones que tiene establecidas por las normas básicas de convivencia del país como la Constitución. Por ejemplo, el artículo 14 bis de la Constitución Nacional no es optativo para un presidente, porque nuestra Constitución Nacional, por más ideología extraña que tenga, una función del presidente es cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional.
Se jura así cuando uno asume así que estas cuestiones que son constitucionales, que tienen que ver con el bienestar general, con que todos los hombres y mujeres del mundo puedan habitar el suelo argentino, creo que son cuestiones que no estaríamos, no tendríamos que estar discutiendo por más extravagante que sea el cuadro ideológico al que adhiere un presidente de la Nación. Tiene que cumplir la Constitución y eso implica que la gente pueda comer, pueda educarse. Está en la Constitución, así que ahí hay un primer asunto que es que el cumplimiento y la denuncia de su incumplimiento atañe a la sociedad en su conjunto, entonces creo que ahí hay que hacer oír las voces de todos los sectores.
Una cosa es que yo diga que cayeron las ventas estrepitosamente y sea leído peronismo / antiperonismo, y otra cosa distinta es que los representantes de cada uno de los sectores den y certifiquen que esta situación en la que se está viviendo, cuáles son los peligros que conlleva en términos de fuentes de trabajo, en términos de seguridad.
Así que, en términos generales, nosotros vamos a seguir reclamando y peticionando que no se abandonen estas funciones, pero bueno, algunos decían “emitir moneda”’, “cobrar nosotros los impuestos”, “salirse de algún pacto constitutivo de la nación”, pero eso es disolver a la nación en los gobiernos subnacionales que la componen, en las provincias y creo que sería grave y difícil de revertir, y creo que hay alguna intención de empujar a que cada provincia asuma todo sin que nos den los recursos que necesitamos lo cual tampoco es posible, es más, cuando nos quieren transferir decisiones en torno a los recursos.
Para ser más concreto, son las políticas provinciales. Sí, efectivamente y con enorme esfuerzo, estamos sosteniendo cuenta DNI, seguimos trabajando en los mercados concentradores regionales, tenemos un trabajo con los mayoristas frutihortícolas en varias regiones y mercados concentradores que hay dos inaugurados en el interior de la provincia de Buenos Aires, que son el de Pehuajó y Coronel Suárez, y estamos trabajando con Castelli y Roque Pérez para tener otros mercados concentradores frutihortícolas. Y los mayoristas frutihortícolas era algo que antes no había y que estamos fomentando también para que se pueda abastecer a nivel local y mejorar la forma en la que se realiza la distribución y el abastecimiento en la provincia de Buenos Aires.
Son trabajos que venimos fomentando desde el Gobierno provincial con inversiones nuestras para poder mejorar una situación que venía muy desequilibrada, en términos de concentración. Lo mismo sucede con algunos tambos que estamos generando y con algunos frigoríficos municipales, esto en la provincia de Buenos Aires, porque tenemos la situación de que teníamos las cuencas lecheras en toda la provincia y que había que trasladar a unas pocas plantas de elaboración y de pasteurización y para envasar en Rodríguez, lo poco que va quedando ahora descentralizar.
Cuenta DNI que continúa, por supuesto; todo lo que tiene que ver con el desarrollo —ya sea de producción bonaerense, mercados bonaerenses, PUPAAs— lo vamos a tratar de profundizar en un marco obviamente de dificultades presupuestarias que también afectan al Gobierno, pero lo vamos a seguir haciendo. Así como las capacitaciones, las mejoras en términos de habilitaciones y la simplificación de trámites, el Banco Provincia y ARBA, también, para facilitar la vida de productores, consumidores y también de la cadena de distribución y de ventas. Tomo también un comentario sobre la ley de góndolas, seguramente lo pongamos a consideración no sé si lo anunciaremos pero sí en una mesa de trabajo para armar una ley de góndolas en provincia de Buenos Aires sustituyendo la normativa nacional que derogaron de un plumazo.
En eso creo que hay una oportunidad importante de elaborar algo que sea conveniente para todos los sectores, también lo que decía de producción y de poco productores y cómo esto afecta si podemos hacer algo que mejore y que profundice lo que andaba bien y quite lo que no estaba funcionando en provincia la Buenos Aires lo podemos presentar y ver si conseguimos. Obviamente, esto es una cuestión que no puedo hacer por decreto, pero sí podemos presentarlo a la Legislatura y lo podemos trabajar con una mesa sectorial.
Por último, decir que lo que hay por detrás es una discusión de modelo de país. Obviamente, que es un país más agro primario, digamos, pero primario vinculado a la exportación directa de los productos primarios con baja elaboración nacional. Creo que ese es el modelo de país que genera una exclusión muy grande, en el que sectores enteros, regiones enteras se quedan afuera porque en materia prima la provincia de Buenos Aires tiene, pero, obviamente, que nuestro fuerte es la producción primaria y también la generación de valor agregado sobre esa producción primaria en toda la provincia y el consumo en toda la provincia, el mercado interno. Es decir, que eso es lo que está en cuestión, es un modelo que genera muchísima exclusión, que achica mucho la base de producción y de riqueza y que tampoco hay que ser ingenuos: no es una cuestión teórica, beneficia fuertemente a determinados sectores en detrimento de otros que están, muchos de ellos, sentados en esta mesa, que terminan perjudicándose con la aplicación de un modelo primarizador en lo productivo y precarizador en lo laboral y de fuerte concentración y exclusión.
O sea que, básicamente, nosotros defendemos el modelo inverso por muchas razones que son ideológicas, es lo que creemos, lo que pensamos, por lo que hemos peleado siempre políticamente, pero también hoy tiene un elemento de representatividad y de mandato porque la provincia de Buenos Aires es víctima de esos modelos; lo ha sido históricamente, lo fue durante la dictadura militar, lo fue en los 90 donde no sólo cerraron fábricas,, sino también productores agropecuarios de manera masiva.
Se acordarán que durante la época de la dolarización que ya tuvimos, que es la convertibilidad, quedaron 12 millones de hectáreas hipotecadas porque a los pequeños productores les subían los costos, no tenían acceso a los mercados y también fueron víctimas de la concentración. Así que en la provincia de Buenos Aires ese modelo, el modelo extranjerizador, el modelo primarizador, no tiene prácticamente base social. La base social está del otro lado, así que uno como gobernador de la provincia de Buenos Aires y nosotros como Gobierno de la Provincia de Buenos Aires más allá de las ideologías, más allá de los partidos, más allá de la tradición histórica que uno defiende, la verdad es que apoyar a ese modelo que deja fuera a millones y millones de bonaerenses va en contra del mandato y de lo que ocurrió en las elecciones donde también nosotros ganamos por amplia mayoría para representar otras cosas. Así que los enfrentamientos que se ven tienen que ver no con posicionamiento político, sino más bien con defensa concreta de los sectores productivos y los sectores también populares de la provincia de Buenos Aires.
Ese compromiso por supuesto que está. El llamamiento que podemos hacer es a que participen todos los y las que puedan en comunicar y en expresar esta situación que se está viviendo, porque más allá de todas las dificultades que podíamos acarrear, el riesgo es muy grande. De persistir este modelo y su aplicación a esta velocidad y con esta profundidad, la verdad es que caídas tan grandes en los consumos populares no se han visto y los efectos sociales, económicos, que va a tener y que está teniendo van a ser realmente muy complicados en todos lados. Es decir, la verdad es que es que en nuestra provincia no se salva prácticamente nadie de los efectos de esto.
Así que el compromiso de apuntalar, sostener y acompañar a los sectores de la producción, a los sectores también que tienen que ver con la comercialización y la distribución; a ver qué políticas se pueden aplicar de coordinación que generen buenos precios, que permitan la compra a productores y productoras bonaerenses y que, al mismo tiempo, sean un alivio para quienes tienen que consumir, y que todas las herramientas que tengamos a disposición, las que se les ocurran y nos quieran proponer y podamos ampliar y sostener también y después involucrarse, tenemos multisectoriales, es decir, reuniones casi espontáneas de los sectores de cada una de los municipios en las que pueden participar, llevar la voz de lo que ustedes son y representan, eso también es importante porque va a haber que juntar una masa crítica que haga ver que este modelo al final de ajuste era para el conjunto, prácticamente. Sectores minúsculos, diminutos son los que se van a beneficiar con estas políticas.
Así que también las grandes cadenas, creo que yo recuerdo ahí cuando Augusto era secretario de Comercio que en una de las discusiones que teníamos era dónde abrir nuevos supermercados, grandes superficies cómo hacer con las normativas y bueno era una etapa de expansión a pesar de todos los reclamos, quejas, muchas de ellas válidas. Ahora vamos a ir a una etapa de contracción y donde las cuestiones de seguridad se van a hacer cada vez más complicadas también, en un marco social y económico de crisis, de una crisis generada, de una crisis provocada, producida. Entonces creo que lo más importante es estar en contacto, en comunicación, para en articulación poder tomar políticas conjuntas, tratar de que nadie se vaya quedando en el camino. Muchas de ellas van a ser políticas de supervivencia, vemos caídas a veces que son peores que en la pandemia, entonces estamos en una situación realmente dramática donde va a haber que apelar a todos los instrumentos de a todas las herramientas que podamos.
Y, obviamente, el Estado tiene que estar: productores, productoras, trabajadores, trabajadoras, empresarios, empresarias y Estado somos los que tenemos que encontrarle la vuelta a esto para atravesar este momento, para impedir que sea peor y, por supuesto, para salir de esto. Y, cuando podamos, salir con medidas innovadoras y medidas que sigan mejorando la vida de los y las bonaerense que para eso estamos acá.
Muchísimas gracias, quedamos en contacto. Mucha fuerza y cuenten con nosotros, con lo que tengamos, a pesar con lo que ya ven que es una especie de ensañamiento, cuenten con el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Muchas gracias.