Muchísimas gracias a todos y a todas. En primer lugar, gracias al intendente de Zárate [Marcelo Matzkin], a la dirigencia política de Zárate, de la región, por recibirnos hoy. Gracias por supuesto a Toyota por esta inversión, por la invitación, gracias al embajador de Japón [Yamauchi Hiroshi] por acompañarnos en tan importante e histórico acontecimiento y momento.
Estuve aquí en mayo del año pasado, cuando esto era un galpón absolutamente vacío. Así que, la verdad, no solo emociona, sino que nos llena de admiración ver hoy cómo está funcionando ya una planta y cómo Toyota, con esta inversión, abre la producción de un tercer modelo en la provincia de Buenos Aires y en la República Argentina.
Es para nosotros de una importancia grandísima, porque creemos fuertemente en un modelo industrial para la Argentina y para nuestra provincia. Permítanme compartir unos pocos números, primero de reconocimiento a la empresa, a Toyota, que hace poquito alcanzó las dos millones de unidades producidas desde el año 1997, en esos 27 años de trabajo en el país, pero que el año pasado logró expandir y superar sus récords y alcanzar las 182.000 unidades producidas.
El año pasado fue realmente un año muy, pero muy favorable para la industria y para la industria automotriz. Digo esto en la perspectiva de que la planta es la misma, la provincia es la misma, el gobernador es el mismo, la empresa es la misma, pero en enero de este año las ventas se redujeron cerca de un 50 por ciento. Es decir que ahí no hay un llamado de atención, sino una luz de alarma porque algo está ocurriendo, algo ocurrió desde que cambió la política económica con respecto a la posibilidad, la capacidad de comprar, adquirir y producir vehículos y demás productos en el país.
Es una alarma porque menos producción significa menos trabajo. Menos producción industrial significa menos exportaciones, significa menos desarrollo para la Argentina. Es significativa, también hasta donde veo, la ausencia de acompañamiento del Gobierno nacional a la industria en su conjunto.
No quiero hacer de esto un manifiesto, simplemente quiero comentar números concretos y también experiencias concretas. Cuando la Provincia de Buenos Aires opina sobre el modelo económico, lo hace desde la posición que nos corresponde como principal provincia industrial de la Argentina y principal provincia automotriz de la Argentina.
El 56 por ciento de los empleos de la industria automotriz están radicados en la provincia de Buenos Aires. Y el año pasado, donde la producción automotriz alcanzó 610.715 unidades, el mayor volumen producido desde el año 2014 volvió a alcanzar. Recuerdo que en aquel momento, en el año 2014, me desempeñaba como ministro de Economía. En el año 2015 continúó también un buen nivel de la producción automotriz, 2016, 2017, 2028, 2019 y luego una recuperación.
Programas liberales, neoliberales, hoy libertarios, contra programas que ponen el ojo en la producción industrial y en la capacidad productiva y tecnológica del país. La diferencia no es una cuestión teórica ni de enunciación ni de fotos. Es una cuestión real, material, tangible, objetiva y visible.
Y la provincia de Buenos Aires tiene como un motor fundamental su industria. Hay muchos que no lo saben. El 56 por ciento de la mano de obra de la industria automotriz está en la provincia de Buenos Aires. El 64 por ciento de los vehículos fabricados el año pasado se fabricaron en nuestra provincia de Buenos Aires. Por eso la importancia y la emoción de que Toyota aumente sus inversiones, amplíe su capacidad productiva con un modelo, con las prestaciones adecuadas y necesarias no solo para el presente, sino también para el futuro. No solo para la provincia y para el país, sino también para la región.
Por eso, mis agradecimientos tanto a las autoridades de Toyota como al gobierno japonés por confiar en la Argentina y en la provincia de Buenos Aires. Muchos no lo saben, pero el año pasado las exportaciones de vehículos automotores desde la provincia de Buenos Aires superaron con creces, más que duplicaron, a las exportaciones de soja de la provincia de Buenos Aires, siendo además de la principal provincia industrial, la principal provincia agropecuaria.
Obviamente esto nos llama a la reflexión sobre las presuntas contradicciones o antinomias en el modelo de país. La Argentina tiene que ser un país de producción primaria y exportadora, sin ninguna duda. Cuánto más valor agregado se le incluya al producto, cuánto más trabajo argentino, industria argentina, se ponga en cada unidad exportada, mejor. Pero no alcanza con la producción primaria. Necesitamos también en nuestra provincia de Buenos Aires de la producción industrial. La tenemos que fortalecer, que cuidar y proteger. Es un mandato que tenemos desde el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Y en cuanto a la cooperación público-privada, quiero decir que esta inversión formidable y admirable que vemos hoy. Estos vehículos, estos galpones, esta línea de montaje, sus trabajadores y trabajadoras formados para hacerlo, todo esto requirió un monto de 60 millones de dólares aproximadamente.
En el año 2013 —si me permiten una pequeña postal y una pequeña anécdota de aquel momento— me desempeñaba como viceministro de Economía de la República Argentina y era presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En aquel momento, las dificultades y las necesidades llevaron al Gobierno a tomar una decisión a través de un fondo estatal para las inversiones, un programa que se llamó Créditos del Bicentenario. Me tocó participar como viceministro de Economía del comité que resolvía a dónde se iban a realizar las inversiones.
Recuerdo que en aquel momento fue relativamente polémico, por decir así, algunos sectores se preguntaban, otros cuestionaban, otros criticaban, una decisión que tomó el Gobierno nacional, con Cristina como presidenta, que fue otorgar un crédito en condiciones sumamente favorables, año 2013, a una empresa, Toyota. Toyota estaba radicada en el país desde el año 1997, pero era menester, era importante ampliar su capacidad productiva y su capacidad exportadora.
Se resolvió porque no lo pudo resolver la banca privada, no en esas condiciones, y no de esa manera, otorgarle un crédito en una situación tremendamente favorable a la compañía. Miren la dimensión. Si esta planta y este nuevo modelo requirió 60 millones de dólares, el crédito, si no me equivoco, alcanzó los 800 millones de dólares. Un crédito sustantivo, importantísimo, que cambia la historia de Toyota, cambia la de la provincia, cambia la del país y cambia la historia de la exportación de bienes industriales. Porque el objetivo de ese crédito de 800 millones de dólares al sector privado era darle una capacidad exportadora adicional de 1.200 millones de dólares. Y muchísimas fuentes de trabajo para la Argentina. La colaboración público - privada de la que hablaba el intendente hablando de tasas municipales: 800 millones de dólares para ampliar la capacidad productiva de Toyota. No fue un regalo. No fue un tema ni discrecional ni gracioso. Se evaluó un proyecto de inversión, se evaluó los antecedentes, la seriedad de la empresa, se conversó con el gobierno japonés al respecto y se resolvió otorgar el crédito.
Y hoy tenemos que Toyota se convirtió en principal exportadora, principal productora, principal empresa automotriz en la Argentina. Obviamente, con un esfuerzo muy grande de la compañía, pero también con una contribución inmensa no de un gobierno, no de un ministerio, sino de un pueblo, de una sociedad, de un país, para mejorar su capacidad industrial. Por eso hoy estamos acá.
Por eso hoy podemos festejar que cuando se trabaja con una dirección clara, con objetivos claros, cuando se piensa en un país que tiene que desarrollarse, y eso es producir también bienes de alto nivel tecnológico, máxima capacidad productiva, frontera en diseño, en instrumentales, frontera en calidad, que eso se produce en la Argentina. Eso se produce en la provincia de Buenos Aires. Yo sé que algunos añoran volver al modelo agroexportador, cuando la Argentina sólo producía materia prima de bajo nivel de elaboración, de poco valor agregado, de poco trabajo argentino y de baja tecnología. Ese no es nuestro modelo. Yo creo que no es excluyente producir y exportar materia prima, lo hemos demostrado varias veces, con tener también una industria fuerte, una industria competitiva, una industria que nos inserte al mundo de otra manera.
Quiero agradecer especialmente a los que yo llamo trabajadores y trabajadoras, creo que acá le dicen colaboradores. Yo simplemente voy a decir que el modelo virtuoso de industrialización en la Argentina y en todo el planeta se consigue de industrialización, de desarrollo, de inclusión con colaboración entre el sector privado, entre el sector público, entre las empresas y los trabajadores y las trabajadoras. Por eso también el agradecimiento a SMATA, el agradecimiento a Pignanelli como a Paco Manrique, que siempre acompañan las acciones del Gobierno de la provincia. Pero ese modelo que se pudo conseguir requirió mucho esfuerzo. Requirió muchísimo trabajo, requirió decisiones empresariales de riesgo, que también dentro de esto que se llama seguridad jurídica, implica un Estado que siga aportando y contribuyendo al proceso de industrialización.
Cortar ese proceso de industrialización es también restar seguridad jurídica para la Argentina. Restar trabajo, restar bienestar, restar salarios, restar consumo, restar por fín y en fín una provincia y un país para todos ustedes.
Así que yo le quiero agradecer mucho a la empresa por habernos invitado, por compartir con nosotros este logro, por dejarnos ver que la Argentina puede atraer inversiones, lo ha hecho a lo largo de los últimos 26 años, que como lo han dicho los funcionarios, los ejecutivos de la empresa, es la colaboración entre lo público y lo privado. Es una inteligente combinación de las capacidades y posibilidades del Estado con la empresa lo que nos da estos resultados que tenemos aquí al lado.
Así que muchísimas gracias a todos y a todas. Felicitaciones y consideramos a este un gran logro de Toyota, un gran logro de Japón, un gran logro de la provincia de Buenos Aires, un gran logro de la Argentina. Muchísimas gracias.