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LA PLATA

Palabras del Gobernador Kicillof en la firma del Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal

Lunes 13 de Mayo 2024

Buenos días a todos y a todas. Es para nosotros una ocasión muy importante. Con el pago de la segunda cuota del Fondo de Fortalecimiento Municipal estamos cumpliendo con una ley, que fue decisión de nuestra Legislatura, a la que le agradezco por habernos permitido —como lo hizo con la ley de financiamiento para la Provincia y con la ley de endeudamiento— llegar a este instrumento, que sabíamos que iba a ser importante.

De alguna manera es la continuidad del Fondo de Infraestructura Municipal, que aplicamos los 4 primeros años de nuestro gobierno, pero que tiene una flexibilidad mayor, ya que permite a cada uno de los municipios hacer el uso que crea conveniente de los recursos. Esto se discutió durante diciembre, todavía no sabíamos lo que se nos venía y lo que se nos avecinaba a quienes tenemos responsabilidades en la Provincia y en los 135 distritos, pero creo que de una forma bastante premonitoria resolvimos darle un uso más amplio para que se puedan aplicar estos fondos a aquello que cada uno de los intendentes e intendentas de la Provincia en cada uno de los distritos considere conveniente, en una situación que ha sido mucho peor de lo esperada, me parece, por muchos.

Nosotros tenemos creo que la ventaja de haber podido en conjunto en la Provincia predecir lo que iba a ocurrir de alguna manera y entonces generamos este fondo. Este fondo nos ha llevado un tiempo fue bastante prolongado hacer la firma, pero era muy importante que en cada uno de los distritos se sepa que estamos cumpliendo los compromisos asumidos y que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires no se borra, no deserta, no se va, no abandona a los intendentes y las intendentas de la Provincia, que hace respetar el federalismo provincial y que reconoce, porque ese es el punto central, la importancia de los gobiernos, llamémosles, sub subnacionales en una situación como esta.

No debería significar tanto festejo, porque simplemente estamos distribuyendo unos fondos que corresponden, pero sabemos que es un momento donde el Gobierno nacional está incumpliendo con nuestra Provincia y con todas las provincias argentinas. Donde ha pisoteado el federalismo en lo fiscal, en lo económico, en lo operativo y en lo constitucional.

Han venido creo que más de 90 distritos a hacer esta firma. Me hubiera gustado y concurririría, si el presidente de la Nación y el Gobierno nacional se dignaran a darle a las provincias lo que corresponde. Ahí estaríamos. Lo hemos reclamado en todos los foros posibles. Me encantaría que esta misma firma pronto se haga con los fondos nacionales que le corresponden a las provincias, como estos fondos provinciales que le corresponden a los municipios.

Quería compartir con ustedes algunas ideas de lo que está ocurriendo en nuestra provincia. Decía que en este acto hay un reconocimiento a los gobiernos municipales. Sé que hay una realidad muy dura, lo hablamos permanentemente con los intendentes de todos los signos políticos de la Provincia, una realidad muy complicada, que se va agravando en estos meses y que, por supuesto, descarga sobre lo que se conoce habitualmente como el primer mostrador, el primer punto de entrada de los vecinos y vecinas, que son los gobiernos municipales.

Cuando un bonaerense o una bonaerense empieza a tener una dificultad de la índole que sea, y más allá de de quién sea la responsabilidad de que esto ocurra, recurre obviamente a quien tiene más cerca, al que conoce más, al que habita en el distrito, al que tiene siempre algún lugar, alguna dependencia para atenderlo. Se que los intendentes de la provincia de Buenos Aires esta cuestión la consideran como sagrada. Nunca cerrarle la puerta a un vecino o vecina que tiene un problema, más allá de que esto provenga de la política económica, de situaciones que están más allá de su gobierno, de su resorte y de su posibilidad. Siempre una mano amiga los espera en el palacio municipal, en las dependencias municipales.

Y sé que en estos cinco duros meses esto ha sido una realidad. Así que primero, mi agradecimiento en nombre del gobierno provincial y en nombre de todo el pueblo de la provincia de Buenos Aires a los 135 intendentes de nuestra provincia que han dado la cara y han dado una mano en la medida de sus posibilidades cuando se los pidieron.

Estamos ante una situación realmente inédita en la República Argentina por varias cuestiones. Ya mucho de esto lo hemos dicho varias veces, así que simplemente quiero remitirme a la idea de federalismo, porque estos días se viene presuntamente un pacto que tiene que ver con lo federal. Esta idea de federalismo que consiste, para el Gobierno nacional —y es cierto que Milei ya venía diciéndolo hace tiempo— que la coparticipación tendría que dejar de existir.

Me permito reflexionar con ustedes, no solo en las palabras, en la teoría, en los posicionamientos políticos, sino en la realidad. La realidad es que la idea es que no existe el federalismo, no importa el federalismo o se puede prescindir del federalismo. Entendido esto como que el Gobierno nacional sostiene, o deja ver, o peor que eso, hace algo que nunca se vio en toda la historia argentina. Es como que el Gobierno nacional piensa que su única responsabilidad es con la macroeconomía o con los acreedores extranjeros; o con algunos aspectos de la geopolítica; o con el sector financiero que, obviamente, reside preferentemente en la Capital Federal; o con los importadores; o con diferentes grandes capitales; o con millonarios extranjeros. Parece haber perdido toda noción y percepción de que el Gobierno nacional tiene responsabilidades primarias, fundamentales, con los 47 millones de argentinos que habitan en las provincias.

Y cuando el presidente dice por los medios —nos tocó incluso en persona a los gobernadores y gobernadoras de la Argentina ir a escucharlo— lo que dice es algo así como que no se va a hacer cargo de todos los problemas de la vida cotidiana, como la educación, la salud, la infraestructura, la seguridad, los remedios, los alimentos, o la situación social.

Lo vivimos en nuestra provincia con mucha dureza y en los primeros días del gobierno actual, cuando tuvimos una inclemencia climática, de una magnitud desconocida, un tornado que afectó a buena parte de la Provincia pero que tuvo un impacto muy fuerte en Bahía Blanca y por toda esa región, donde se cayeron 5.000 árboles, se volaron muchísimos techos. El presidente ahí concurrió y lo que les dijo fue que se arreglaran como pudieran y con lo que tuvieran.

El problema no es lo que dijo ahí, porque se lo marcamos en aquel momento, sino que después lo hizo. No llegó asistencia y ayuda del Gobierno nacional. Y tomo esta cuestión para volver al tema del federalismo, las obligaciones, las atribuciones de un gobierno nacional. No es algo optativo atender los problemas, las dificultades, las emergencias que ocurren en la Argentina. A veces parece que hay un gobierno nacional que cree que se ocupa de determinadas cuestiones, pero que no tiene ni territorio ni población. Es un gobierno nacional que se ocupa de cuestiones económicas muy específicas, que ha decidido el presidente que son de su incumbencia. Y de todas las demás —salud, educación, emergencia social, la cuestión diaria y cotidiana de 47 millones de argentinos— nos tenemos que hacer cargo aparentemente los gobernadores y luego también los intendentes. Pero es ajeno, según él, a su responsabilidad.

Por eso es que ha cortado fondos de todo tipo. Pero voy a lo conceptual y a lo novedoso. Y le recuerdo al presidente de la Nación que fue votado y juró sobre la Constitución Nacional, que distribuye responsabilidades entre el gobierno central, que existe después de las provincias, en base a una cesión de determinados derechos, pero también a la asunción de determinadas responsabilidades.

Hay responsabilidades propias del Gobierno nacional, otras propias del Gobierno provincial, de cada una de las provincias, pero también hay responsabilidades concurrentes en las que tenemos que actuar todos juntos. No se pueden borrar, no las pueden abandonar porque juraron sobre la Constitución Nacional. Y aunque su marco ideológico, anarcocapitalista, austríaco o como se llame, crea que lo argentinos y argentinas no tienen derechos que tenga que atender el Estado, que todo lo va a resolver el mercado o la mano invisible, lo que yo digo es que juró sobre una Constitución Nacional que le impone obligaciones y lo hace garante de determinados derechos. Y no lo está cumpliendo.

Esto nos pone en esta dificultad. Por eso creo que tiene una especial importancia distribuir recursos que están consagrados por ley. Por supuesto, que son para nosotros una responsabilidad, algo que tenemos que hacer y cumplir, como lo relacionado con la obra pública, nuestro trabajo, la educación, la salud, el desarrollo social, el transporte, la vivienda. Puedo nombrar a cada uno de los ministros y decir que nosotros no pensamos tomar esa prédica y ese ejemplo.

Al revés, creemos que en situaciones como la actual, donde nuestro pueblo está experimentando una angustia muy grande, no podemos responder ni con crueldad ni con egoísmo, que lo que tiene que haber es presencia del Estado y solidaridad entre el Gobierno provincial y los gobiernos municipales, para dar respuesta a situaciones que no hemos producido y con las que no estamos de acuerdo. En la provincia de Buenos Aires se ha votado en las PASO, en las generales y también en el balotaje, de otra manera. Esto no le quita legitimidad al presidente, pero también exigimos que respeten nuestra legitimidad, la de los intendentes, la del gobierno provincial, y nuestro mandato. Nosotros también tenemos un mandato que cumplir y tiene que ver con expandir los derechos.

Lo hacen todos ustedes. Cuando recorremos incansablemente la Provincia, cuando vamos a cada uno de los municipios, sean gobernados por la oposición o por el oficialismo, nadie nos dice que no le interesa la educación pública, que está mal, que hay que privatizar todo, que no les interesa la salud, que cada uno se pague sus medicamentos como pueda y si no que se arregle. Nadie nos dice “no se ocupen de la vivienda o no se ocupen de la infraestructura que hacemos una vaquita entre los vecinos y hacemos un puente, o hacemos una autopista”.

No es así. Eso no existe. En la provincia de Buenos Aires, y sucede cada vez que hablo con cada uno de los 135 intendentes, no me piden menos Estado. No me piden menos educación pública, menos universidad pública, menos salud pública, menos cultura, menos vivienda. No me piden menos Estado. Me piden más y mejor Estado. Y eso es una obligación que tenemos, mejorarlo permanentemente, hacerlo más eficaz y más transparente, pero darle respuesta a nuestro vecinos y vecinas.

Por eso, voy a mostrar unas pequeñas muestras de lo que está ocurriendo en este país desde que nos gobierna el gobierno actual. Claro que uno quiere que le vaya bien, pero no al gobierno solamente, sino al pueblo. Y acá está el problema. Al pueblo le tiene que ir bien, a nuestra industria, a nuestros productores, a nuestros chicos y chicas, a nuestros niños y niñas, les tiene que ir bien. Y por ellos vamos a trabajar incansablemente.

Pero lo que observamos, y quiero mostrarlo con mucha precisión y rigurosidad, basado en estadísticas oficiales. Fue muy grande la caída de los salarios registrados que se ha visto en el país y que tiene un correlato igual en la provincia de Buenos Aires. Fue peor desde que cambió el gobierno. Y esta no era la situación en el último trimestre del año pasado, donde ya estaba en cuestión qué política económica nos esperaba, se agravó a partir de la inmensa devaluación que efectuó el Gobierno nacional, como una decisión propia, consciente, absolutamente voluntaria, como parte del plan económico del Gobierno actual.

Hizo la devaluación más grande de la historia argentina. Hubo saltos cambiarios más fuertes, pero por corridas, no por decisión voluntaria y como parte de la política económica del Gobierno. Ese 120 por ciento de devaluación vino acompañado de una desregulación prácticamente absoluta de los mercados, más precisamente, de la producción en determinados aspectos absolutamente estratégicos y centrales para nuestro pueblo y para nuestra sociedad. Por supuesto que uno tiene que nombrar al mercado de medicamentos, al de combustibles, al de alimentos, que son sectores tremendamente concentrados.

Obviamente están las prepagas también incluídas después con el DNU, pero el problema de las prepagas afecta a un sector muy específico de nuestra sociedad. Alimentos, combustibles, medicamentos, todo esto es masivo y general. También, absolutamente desregulado, igual que el famoso caso de las prepagas.

El resultado de la devaluación y de la desregulación absoluta, de la desprotección de la gente, ha sido una caída que prácticamente, incluyendo a la pandemia, sólo comparable con la crisis de 2001, nada más que esta vez fue producida y generada por una decisión del Gobierno.

Esto es lo que se vio en términos de salarios. Luego, otra decisión que toma el Gobierno, fue un ajuste fiscal, dice el presidente de la Nación, no el más grande de la historia argentina, sino el más grande de la historia universal, del mundo. Lo ha dicho estos últimos días, con aparente orgullo de esto que ha hecho.

El gasto primario real a nivel nacional ha tenido una caída en lo que va de 2024 del 35 por ciento. Ahora, la pregunta es ¿quién pagó ese ajuste?, ¿qué partidas componen esta caída del 35 por ciento del gasto?, ¿de dónde salieron?, ¿a quién afectaron? Porque, planteado así, parece una cuestión macroeconómica, o de sana aplicación, teóricamente de un manual estándar, ortodoxo, que el presidente comparte.

La clave que nos permite entender dónde está el ajuste y a quién ajustó Milei. El 43,8 por ciento de ese 35 por ciento del gasto son prestaciones sociales, particularmente pago de haberes jubilatorios. Los jubilados. La mitad, prácticamente, se la sacó a los jubilados. Después, subsidios económicos, que incluye la tarifa de colectivo, la tarifa de luz, el transporte público. Luego, gastos de funcionamiento, que sólo explica el 10 por ciento de ese ajuste del 35 por ciento. O sea, solo el 3 por ciento del ajuste es el gasto de funcionamiento.

Y luego, transferencias a provincias, gastos corrientes y por último, gastos de capital, obra pública. Obra pública fundamentalmente. Entonces, si uno suma, para simplificar, el ajuste a las prestaciones sociales, jubilados, pero también a diferentes sectores sociales, incluyendo los medicamentos oncológicos, etcétera, es un 44 por ciento. Si a eso se le suma el ajuste a las provincias, otro 6 por ciento, ya llegamos a 50 por ciento. Y si a eso se le suma obra pública, 20 por ciento más, ahí tienen el 70 por ciento. El 70 por ciento del ajuste de Milei es la reducción del gasto, es decir a jubilados, a sectores sociales, a las provincias y a la obra pública.

Acá no hay un gramo, no hay un átomo de casta. No es a la política. Ha hecho un ajuste convencional, sólo que muchísimo más duro, más fuerte, que los que estuvimos en la historia argentina, que ya hemos pasado varias veces por este tipo de planes. Es decir, fuerte devaluación, desregulación, ajuste. ¿Cuál es el resultado de esto? Caída enorme del salario, y caída de las jubilaciones, de aproximadamente un 26 por ciento. Es decir que se llevó el 24 por ciento de los salarios y el 26 por ciento de las jubilaciones.

Ese es el programa económico del Gobierno. Y el efecto es el obvio y el esperado. Acá no hay que haber leído ni a Mises, ni a Böhm-Bawerk, ni a Hayek, ni a ningún austríaco. Si uno hace una devaluación muy grande y desregula y libera completamente los precios y, al mismo tiempo, baja las jubilaciones, la obra pública, baja las transferencias a las provincias, lo que hay es una inmensa recesión. 

¿Por qué? Porque se suprime y se destruye el mercado interno. No hay poder de compra. Lo estamos viendo en toda la provincia de Buenos Aires. No hay poder de compra, no hay demanda, no hay consumo. Esto lo hemos visto en cada uno de los pueblos de la provincia de Buenos Aires. Así que esto genera la caída del salario, de las jubilaciones, de la obra pública, de los recursos provinciales, una enorme recesión, que es lo que estamos observando, sólo que es la más grande de la historia.

En términos interanuales, 42 puntos de caída de la obra pública, 21 puntos de caída de la industria. El comercio, tomando marzo, 5 y pico por ciento de caída. Y el índice general de la actividad de febrero, 3,2 por ciento. Una caída muy fuerte dirigida particularmente a estos sectores: construcción, empleo comercial, empleo industrial.

Y a veces preguntan por qué desde la provincia de Buenos Aires nos oponemos con tanta fuerza a estas políticas. Porque habrá otras realidades, otras miradas, otros intereses, pero la provincia de Buenos Aires es la provincia productiva por excelencia. Los planes económicos neoliberales, los planes de la derecha, estos planes siempre le pegan con más violencia a nuestra provincia de Buenos Aires, que es donde reside el 50 por ciento de la industria, el 40 por ciento de la producción en general, buena parte del empleo productivo industrial de la Argentina y productivo en general, está en la provincia de Buenos Aires.

Pero además, es la Provincia donde está el 60 por ciento de la población, tomando en general, en condiciones vulnerables. No es una cuestión política ideológica solamente. Es una cuestión real y de representación y de lo que tenemos que defender. Nosotros no podemos permanecer indiferentes a esta cuestión, porque es lo que representamos. Y además, es el modelo específico de la provincia de Buenos Aires.

Esto hay que decirle a Milei: destruye la producción, destruye el empleo, destruye las condiciones de vida y, por tanto, está en contra de la provincia de Buenos Aires. Porque nosotros tenemos que representar y cuando él abandona, hacernos cargo.

Y ahora lo próximo. La recesión destruye la producción y empieza a destruir muy fuerte el empleo. Estas son las últimas estadísticas, de enero de 2024 contra noviembre de 2023, son los números oficiales que tenemos. Sólo a enero, se produjo una caída de los puestos de trabajo de más de 70.000, y observamos cómo esto sigue creciendo y se vuelve más rápido y más violento.

Es lo que estamos viviendo en cada uno de los distritos, ningún intendente, ninguna intendenta está viviendo una realidad distinta a la que estamos mostrando. Casi 70.000 puestos de trabajo asalariado en todo el país. Estoy basándome sólo en datos oficiales, podemos ver proyecciones.

El otro día estuvimos reunidos con varios intendentes, pero también con los representantes de Unicef en la Argentina. Les comparto estadísticas elaboradas por Unicef Argentina y son públicas. Y lo que muestran entre el segundo trimestre de 2023 y primer trimestre de 2024 es cómo ha evolucionado la tasa de pobreza e indigencia para niños, niñas y adolescentes a nivel nacional. La pobreza para niños y adolescentes, a nivel nacional, estaba en torno al 57 por ciento, un número muy grande. Y la indigencia, en torno al 14 por ciento, en niños, niñas y adolescentes. Un número muy triste y muy grande.

Pero lo que ocurre a partir de que empieza a ponerse en vigencia este programa económico es que se produce el salto más largo y más alto de toda la serie. Un salto que no se había visto, excepto en situaciones de crisis muy profundas o en situaciones de emergencia muy graves. La pobreza en niños, niñas y adolescentes pasó de ese 57 por ciento a 70,8 por ciento. Y otro tanto con la indigencia, el salto es todavía mayor, es casi una duplicación desde el primer semestre de 2023, que pasa de 14 por ciento, que era una cifra relativamente estable, con altas y bajas, al 34,4 por ciento.

Es una tragedia. Es el resultado de las políticas que señalábamos recién. Eso explica el salto tan grande. La devaluación históricamente más alta, sin red, sin compensación, sin acompañamiento, y al mismo tiempo la desregulación total de mercados concentrados que hacen a los consumos masivos, y al mismo tiempo un ajuste fuertísimo en todas las políticas públicas nacionales vinculadas al sector más vulnerable de la Argentina, que son los niños, niñas y adolescentes en condiciones de pobreza.

Uno no puede, de ninguna manera, festejar la situación en la que estábamos, pero lo que tiene que decir es que esta política económica tiene que interrumpirse y terminar ya. Porque esto no tiene otro destino que seguir empeorando y deteriorando las condiciones de los más vulnerables. Lo quiero compartir porque estos problemas nos tocan a todos, pero están formados por una política económica nacional que no tiene miramientos en quién afecta.

También estamos observando una caída muy fuerte de los recursos, y no es sólo en la provincia de Buenos Aires, sino en todas las provincias argentinas. Tiene dos fuentes. De un lado, las transferencias no automáticas que el Gobierno nacional efectuaba hacia todas las provincias argentinas. 

Digo con propiedad y con rigor, transferencias no automáticas, que el Gobierno nacional gusta llamar discrecionales, y que nada tienen de discrecional. Por ejemplo, ha cortado el Fondo de Incentivo para los Docentes, un fondo que tiene una estabilidad jurídica que data de décadas. En 1998 se inició y lo sostuvieron todos los gobiernos. Lo corta este gobierno. No es discrecional, es una política pública nacional sostenida por los gobiernos de todos los signos políticos desde 1998. Cortarla no era algo que estaba dentro de las atribuciones y posibilidades del presidente de la Nación.

Pero la cortó, para todas las provincias argentinas. Después de que se le cayó la Ley Ómnibus en su versión más larga y dijo que iba a fundir a las provincias. Acto seguido, cortó estas transferencias. Las venía pagando, las cortó. Y no van ni al gobernador ni al gobierno, y tampoco a los intendentes. Van al bolsillo de los maestros y maestras de la provincia de Buenos Aires. Milei le sacó la plata de bolsillo a los maestros y maestras de la provincia de Buenos Aires.

No sólo se trata de un corte de recursos que no es legal, sino que además no es un ataque ni a la dirigencia política, ni a quienes gobernamos. Va contra la enseñanza pública. Y no sorprende tampoco, por las posiciones que ha marcado con respecto a la enseñanza pública. Lo mismo ocurre con el Fondo Compensador del Transporte, que significaba un alivio en el pago de los pasajes de colectivo en todo el país, que hoy algunos están reconociendo que se llamaba subsidio. El recorte afectó de forma importante la ecuación económica de las familias trabajadoras.

Lo hemos visto por ejemplo en La Plata, en una escuela que fuimos a recorrer. Había un montón de madres esperando a los chicos en la puerta de la escuela, pensamos que había pasado algo y era simplemente que no podían pagar el boleto de colectivo para ir a la mañana y dejarlos, e ir más tarde a buscarlos, entonces se quedaban en la puerta de la escuela. Esto es lo que está generando la abolición de este fondo del transporte. No es un fondo discrecional. Es ilegal haberlo cortado. Por eso, también, fuimos a reclamar ante la Corte Suprema de Justicia para que vuelva el Gobierno nacional a hacerse cargo de lo que le corresponde.

Ha cortado, también, el Fondo de Fortalecimiento Provincial, conocido como FOFOFI, era un fondo para la seguridad. Recorremos toda la provincia de Buenos Aires y nos dicen que hacen falta más patrulleros, equipamiento, agentes. En estos 4 años hemos reconstruido, prácticamente por completo, desde el punto de vista de patrulleros, equipamiento, formación, cantidad de agentes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, nuevos cuerpos como la Policía Rural o como la llamada UTOI, la Fuerza Barrial de Aproximación, para el interior y para el conurbano, gracias a un fondo que estaba garantizado, que tenía que ver con una necesidad que tiene la Provincia. Lo cortó también el Gobierno nacional.

No es discrecional, no es caprichoso, atiende los problemas de inseguridad de una provincia que los tiene y que tiene características por las que se necesita reforzar con recursos. Cada vez que recorremos la Provincia, los intendentes, en nombre de su pueblo, nos piden más patrulleros, más agentes de policía. Sepan que se los sacó Milei recortando un fondo y que no tenía derecho. Por eso estamos reclamando, también, que devuelva a la Provincia el Fondo de Fortalecimiento.

Por último también, quiero nombrar en términos de recursos que llaman discrecionales, pero que son fondos no automáticos, a los fondos de ANSES. El ANSES nacional, por compromiso firmado en el pacto fiscal nacional por todas las provincias y el Gobierno nacional, incluso aquellas provincias que no transfirieron la caja de jubilaciones como la nuestra, le reconocía una compensación que dejó de reconocerle al Gobierno provincial. Estos fondos también los cortó. Son obligaciones, no las cumple. Fuimos a la Corte Suprema a reclamar lo que es del pueblo de la provincia de Buenos Aires. No es una discusión a ver quién tiene más fuerza o quién grita más alto o quién insulta más. Es si al Gobierno nacional lo vamos a dejar o no quedarse con lo que es de las provincias. No va a ser así.

Esto es parte de que lo estamos sufriendo en la provincia de Buenos Aires, pero lo otro que también estamos sufriendo es el resultado de esa política económica sobre la actividad y, por tanto, sobre la economía en general, la recaudación nacional y la recaudación de las provincias.

También estamos sufriendo una caída en los recursos como resultado de la recesión económica que produjo el Gobierno. Y esto se ve tanto en los recursos de origen nacional como en los recursos de origen provincial, dada la estructura económica de la Provincia. Obviamente, hemos sufrido más de momento con los fondos de origen nacional, que han caído, sólo en abril, un 20 por ciento en términos reales interanuales. Los fondos provinciales, un 4 por ciento.

Esta es la masa de recursos coparticipables que luego, a través de la distribución que hace la Provincia, llegan automáticamente a todos los municipios. Hay dos temas para plantear. Primero, que el Gobierno nacional se desentiende. Yo digo, abandono es poco, desertar es más apropiado, porque son obligaciones que no cumple, en el terreno de la educación, la salud, los medicamentos oncológicos, del alimento que dejó de girar, de la asistencia social de diferentes tipos, chapas, otro tipo de asistencia directa que hacía el Gobierno nacional, que lo distribuía por los municipios y ha dejado de hacerlo por completo.

Los funcionarios a cargo no los han llamado a ustedes, tampoco los encontramos nosotros. Y cuando los encontramos nos dicen que no saben, que no pueden, que quieren pero no tienen ellos la posibilidad, porque a nivel de otros ministerios, o acaso del propio presidente no hay decisión política.

Lo cierto es que se borró, desertó. Así que estamos en una situación donde hay que atender necesidades más grandes e imperiosas con menos recursos. Y nosotros no podemos ni queremos irnos a ningún lado.

La situación tiene esta gravedad. No sólo se desentienden, abandonan, nos tiran por la cabeza los problemas, sino que además los recursos caen, bajan y nos quitan hasta lo que es ilegal y no corresponde quitar. Por eso, me parece que esta reunión tiene una importancia especial en este cuadro. Porque la provincia de Buenos Aires y el Gobierno de la provincia de Buenos Aires vienen acá a reafirmar el compromiso total y absoluto con cada uno de los intendentes e intendentas de la Provincia.

Y además, suspendieron la obra pública. La provincia de Buenos Aires tiene la vocación de continuar y terminar toda la obra pública que tenemos en nuestra provincia. Y hemos hecho y tomado también decisiones complicadas. Hay obras estratégicas que el Gobierno nacional desarrollaba en la provincia de Buenos Aires y en nuestro territorio, que le hemos pedido, solicitado y reclamado al Gobierno nacional que transfiera a la provincia de Buenos Aires.

Si no la van a hacer ellos, utilizaremos los recursos que tenemos, la creatividad, el trabajo en conjunto. No podemos dejar a nuestro pueblo sin obras que son centrales para su futuro. Cloacas, autopistas, agua potable, escuelas. No se lo merece nuestro pueblo.

Unos anuncios en este sentido para compartir. Hemos decidido continuar los Centros de Desarrollo para la Infancia desde el Gobierno provincial. Acerca de las 20 obras iniciadas en universidades nacionales por parte del Gobierno nacional, más otras 20 proyectadas, hemos hecho un compromiso con los rectores de las universidades nacionales acerca de que nosotros vamos a intentar continuarlas. Y hay 10 obras que vamos a poner ya, cuanto antes, a funcionar.

Es, desde luego, imposible, 1.000 obras provinciales, 1.000 nacionales, y además, es muy difícil con un Gobierno nacional que no tiene ni siquiera los funcionarios nombrados, porque lo que pretenden no es sólo ajustar y achicar, sino desmantelar el Estado. Ha dicho ya que vino a destruir el Estado, que lo considera una organización criminal.

Esta provincia de Buenos Aires lo que repite es que criminal es abandonar a la gente, desertar a las funciones básicas del Estado, ajustar sin miramientos, olvidarse de que hay un pueblo con derechos y necesidades. 

Así que quiero repetir nuestro compromiso de trabajar codo a codo para amortiguar los efectos de estas políticas, defender a la provincia de Buenos Aires y acompañar a los intendentes de la Provincia. Los invito a que sean parte de los reclamos de la provincia de Buenos Aires con un gobierno que no tiene derecho a abandonar sus obligaciones. Muchísimas gracias, mucha fuerza, vamos a seguir trabajando.

Muchas gracias por estar siempre, en nombre de un pueblo que necesita que lo acompañemos.