Buenas tardes a todos y a todas. La verdad es que estamos en una etapa muy complicada. Muy complicada para la sociedad en materia de trabajo, en materia de producción, en materia también de salud, de educación, y todo esto hoy está en discusión. Uno debería decir acá, desde una escuela, desde nuestro sistema educativo, que, dentro de toda esa calamidad que va ocurriendo, se nos abre una oportunidad para discutir ciertas cosas que parecen bastante básicas, bastante obvias, yo diría cosas que dábamos por hechas y que, sin embargo, están hoy siendo cuestionadas, siendo puestas al límite.
Alberto [Alberto Sileoni, director general de Cultura y Educación] hablaba de las obras que tenemos paradas hoy desde el Gobierno nacional. Son tantas cosas que a veces parece que uno quiere poner el dedo en la llaga, pero está todo llagado. Y es muy difícil sintetizar y expresar, estamos compartiendo con alumnos y alumnas que manifiestan, y que los vimos transcurrir, transitar por el edificio, y que lo valoran y comprenden. Me contaban que esta escuela artística fue itinerante. Que tuvo que pasar varias peripecias, dificultades, incomodidades y, sin embargo, la comunidad, los alumnos y las alumnas, pero también sus familias, los maestros, las maestras, los directivos, estuvieron peleando para poder conseguir lo que hoy estamos inaugurando.
Así que una reflexión sobre esto. Tenemos 80 escuelas que estaban en diferentes grados de avance en su construcción, que venían del Gobierno nacional los recursos. Y uno dice “bueno, pero el ajuste, tal cosa, tal otra, la austeridad”. La verdad es que esto es un poco más profundo, porque cuando uno observa que le dan 100.000 millones de pesos al espionaje, entonces no es que falte plata. Yo lo diría como economista: es muy difícil destruir recursos. Los recursos se van asignando, una cosa o la otra. Y ahí se ven las prioridades de un gobierno. Nunca ajustaron ni a los bancos, ni a los acreedores extranjeros, ni a los de las mesas de dinero, ni a las timbas ni a las finanzas. Nunca los vi quejarse, nunca los vi que les dijeran que no hay plata.
Para eso, hay plata. Y lo quiero dejar en claro porque es mucho daño abandonar 80 escuelas. Y no lo quiero dramatizar, ni quiero exagerarlo, porque falta mucho para las elecciones, no es el público. Pero quiero decir que es realmente grave, porque son edificios que están en diferentes grados de avance que ni aunque quisiéramos concluirlos nosotros podríamos hacerlo, porque tampoco transfieren las obras. Las obras están en un convenio, en una cuestión administrativa que no podemos terminar. 80 escuelas. ¿Qué pasa cuando un edificio en construcción se deja a medio hacer, se abandona? Bueno, las palabras que son bastante particulares pero que se conocen bastante, vandalizarlas y a veces también pasa que van quienes se apropian. Intrusarlas. Intrusar y vandalizar. No es algo que sea un fantasma, los traje a intrusar y vandalizar para asustar a alguien, es lo que pasa cuando la obra se cancela y se abandona.
Después es mucho más difícil, más caro, más complejo reactivar las obras y terminarlas. A veces sale más barato, es más fácil hacer una nueva que terminar una de estas que es un elefante blanco que quedó ahí abandonado. Digo porque también a uno, más allá de lo cruel de la situación. Hoy estamos en San Vicente, que tiene una particularidad que lo distingue de todos los demás municipios de la Provincia. Es el que más creció en materia de habitantes, de población. Es el que más creció de la Provincia y de la Argentina. Creció un 66 por ciento en los últimos 12 años. Se hace un censo, se cuentan las personas, cada 10 años, en este caso 12 por la pandemia. Aumentó un 66 por ciento. Y ese crecimiento tiene que venir acompañado de infraestructura, de prestaciones, de diferentes cuestiones vinculadas con la salud, con la educación.
Hoy venimos de inaugurar una base para la policía, en Korn también. Y antes estuvimos con el ministro de Seguridad en una de las Fuerzas Barriales de Aproximación. Antes estuvimos inaugurando una sección de investigación para el tema del narcotráfico.
Pero ¿qué pasó? Creció mucho, se radicaron muchos vecinos, vecinas, familias pero a lo sumo hicieron su casa, su vivienda, su habitación, o consiguieron una. Cuando viene alguien a vivir y cuando viene mucha gente a vivir. Fíjense que hay muchos municipios de la provincia de Buenos Aires que decrecieron. Korn, Pilar, acá en San Vicente entero, han sido, no excepciones, pero de los que crecieron fuerte y el que más creció. Son distritos de población reciente y de población tardía para lo que es el desarrollo del conurbano. Porque además me debe estar escuchando algún otro intendente y tengo que dar alguna explicación. Porque es como el tercer cordón del conurbano.
Ya no se consigue un terreno en el primer cordón, poco en el segundo, entonces zonas que antes eran rurales empiezan a ser incorporadas al tejido urbano, y entonces se va extendiendo la mancha urbana, como la llaman los arquitectos. Y bueno, esa es la gente que se viene a vivir. Bienvenidos a la provincia de Buenos Aires, sean originarios de nuestro país o de algún país vecino, todos bienvenidos. Pero, ¿qué es lo que ocurre después? Después faltan cosas. Se radican, arman un barrio nuevo, y ¿dónde está el centro de atención de la salud?
Falta el pavimento, falta el agua, falta la cloaca, faltan las luminarias, falta la escuela, falta la comisaría, faltan los bomberos. Entonces, lo digo porque hoy se están discutiendo estas cosas en el país, yo decía de esas cosas que pensábamos que estaban resueltas. A través del mercado inmobiliario, te compras un terreno. A través de la construcción, te haces una casa. Eso lo resolvió el mercado en ese caso. ¿Y después? ¿Después se hacen una vaquita y se hacen el hospital? ¿Pasan la gorra y ponen la cloaca? No, no pasa eso. Están vendiendo fruta.
No es verdad que todo lo soluciona el mercado. Aún cuando hay mercado, fíjense que en la Argentina muchas veces es al revés. Uno mira otras sociedades donde planifican una ciudad, arman todo diseño, preparan los edificios y después vienen los habitantes. Acá es al revés, después de que se ha mudado la gente, empezamos a construir las casas, construir las escuelas, hacer los asfaltos. Llegamos tarde, llegamos corriendo de atrás. O no se llega, en muchos lugares de la provincia de Buenos Aires no se llega.
Entonces, esta es la situación del conurbano bonaerense, de alguna parte del interior, de esta zona de transición entre el campo y la ciudad. ¿Qué teníamos que hacer? Y dotar a todos los y las bonaerenses que se incorporaron al distrito, de derechos, de aquello básico, si no dónde vas a la escuela. El otro día estuvimos por acá, el 1 de julio en la Quinta de San Vicente, homenajeando a Perón y yo decía que lo mejor que podemos hacer para homenajear a Perón es lo que hicimos de mañana: abrir dos centros de salud, abrir una universidad, hacer calles. Esa es la forma de homenajear a Perón, dando respuestas.
Decía: “¿Para qué van a hacer un viaje de egresados para los pibes, para qué van a darle una computadora si hay gente que tal cosa, o tal otra y pasando tal necesidad?”. Bueno, evidentemente gobernar es ir haciendo en determinada proporción todo eso, porque si te ocupas sólo de una porción, a la que le destinas muchísimos más recursos, pero sólo eso, después no vale la pena vivir en el país ni siquiera. Y la gente se va, migra o, peor, se queda pero no cree en nada, no quiere nada y no espera nada.
Entonces, la salud, la educación, la infraestructura social básica, la seguridad, esas tareas el mercado las resuelve, sí, para una cantidad ínfima, diminuta de gente de muchísimos recursos, pero para millones y millones de bonaerenses hace falta que eso tenga una respuesta y el único instrumento, el único camino, la única forma de dar una respuesta es con el Estado. Esta escuela la construye el Estado.
El hospital que recuperamos, lo construyó el Estado, lo sostiene el Estado. Los asfaltos, los pavimentos, la universidad, lo hace el Estado. No es que no lo puede hacer el privado, parece una tontería lo que estoy explicando, pero por la tele, incluso quien ganó las elecciones, decía: “‘todo lo tiene que hacer el privado, porque el Estado hace todo mal, así que dejen, no le pongan la bota encima al privado”. Bueno, sí, te podés conseguir tu propia educación, tu propia salud, tu propia infraestructura, incluso te podés ir de vacaciones, hasta podés tener un yate y un avión privado, y eso lo podés hacer con el mercado, pero es para una cantidad ínfima de los habitantes de nuestra provincia. Todos los demás, millones y millones tienen muchas necesidades, y esas necesidades requieren una respuesta. Esa respuesta la da el Estado.
Y yo lo digo de esta manera porque nos pararon 80 escuelas con financiamiento nacional. Eso lo tiene que hacer el Estado nacional, financia escuelas históricamente. Uno se acuerda de los grandes próceres, como Sarmiento, que trajo una maestra y construyó unas escuelas. Belgrano, que ganó un par de batallas, le dieron unos premios, y quiso construir la escuela.
Construir escuelas, todo el mundo sabe, hay que ser muy ignorante o muy malvado para decir “hacete tu propia escuela, pagatela vos, o hacete tu propio puente, hacete tu propio asfalto”. La verdad es que esas cosas no pasan, porque cuando inauguramos un centro de salud en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, pregunto si alguien había prohibido que venga la Suizo Argentina, a Vedia ¿no?, un pueblo de 3.000, 4.000 habitantes. No va a ir, porque no hay escala, porque no hay recursos, porque no hay rentabilidad. Vos decías utilidad, bueno la utilidad tiene ese doble sentido. Utilidad es también ganancia.
Entonces nosotros somos de los que pensamos que el Estado tiene que ocuparse de estos derechos de nuestro pueblo y que hay que hacerlo en cualquier condición.
Por eso yo decía, tengo que dar una pequeña explicación, Nico [Nicolás Mantegazza, intendente de San Vicente], porque esta escuela a mí me llena de orgullo, hay pocas etapas donde la provincia de Buenos Aires hizo tanta obra de infraestructura escolar. Lo digo con total humildad porque son las estadísticas y los números, y porque ha sido una decisión. Cuando nosotros llegamos las escuelas volaban por los aires, entonces arreglamos 7.300 escuelas, hicimos 1.000 aulas nuevas, 500 escuelas que estaban destruidas las pusimos de pie. Pero bueno, el número mágico es este, este es un nuevo edificio escolar, el número 225, y yo tengo que explicarlo porque son 225 para toda una provincia, pero hay un intendente que dijo “acá hace falta reforzar mucho la educación del distrito”, ese distrito es San Vicente. 20 escuelas están en San Vicente, Nico, porque ha crecido mucho, 20 escuelas en San Vicente. Son avances muy importantes para la comunidad.
Después esta cuestión de para qué hacemos escuelas. Porque llenarse la boca con que la educación es lo que garantiza la prosperidad, el desarrollo, lo hemos visto mil veces. Antes que nosotros, estuvo un Gobierno provincial que no hizo nada, cerraban, se rompían, 65 escuelas habían hecho, con una cantidad de recursos enormes, endeudaron a la Provincia y no lo destinaron a esto. Las cuentas de esto la tienen que rendir ellos. Pero ahora hay un Gobierno que dice que el Estado no tiene que hacer nada, ni en materia de salud, ni en materia de educación.
Atención, porque es muy grave. Y porque es una discusión que tenemos que tener, porque estamos en democracia. Pueden opinar eso, pueden sostenerlo, pero vamos a las consecuencias: montones de pibes y pibas en nuestra provincia de Buenos aires que les dejaron la escuela parada y a medio hacer. Entonces, lo mismo ha pasado con rutas, con cloacas, con agua potable, en toda la provincia de Buenos Aires. Después le quitaron fondos a la educación, el Fondo del Incentivo Docente. Le quitaron fondos a la seguridad desde el Gobierno nacional. Todo eso para un arreglo financiero, que además no está teniendo el efecto esperado. Porque hoy me contaba Nico, repito ese número, tres veces más en demanda de alimentos en el municipio.
Gente que tiene que pedir asistencia, acompañamiento con esto. Me decía que de 20 personas que vienen 14 piden laburo. Y no es que todo anduviera bien pero esto empezó a pasar cuando se aplicaron estas políticas. Antes no pasaba con esta intensidad, y además nos paran la obra. Parte de los que van a pedir laburo son los que antes estaban haciendo la obra. Haciendo esa obra y ganaban algo de plata, con esa plata iban y compraban. Así que otro tenía que producir para abastecer y generaba un multiplicador. Entonces, ahora hay un multiplicador de la pobreza. Eso es lo que estamos viendo.
Entonces, a mí me parece que es una situación complicada y, en ese sentido, creo que es un momento para reflexionar. Sé que esta es una ocasión feliz, que estamos todos para festejarlo, pero hay que ponerlo en contexto y hay que ponerlo en valor. Porque en esta etapa nos está costando mucho más, porque quieren fundir a las provincias. Así que concluir, terminar las obras a los municipios cuesta mucho más. Para nosotros no hay nada más importante que invertir en la educación.
Así que mañana también vamos a inaugurar una escuela en Tandil, enorme, inmensa. Así que eso también tiene la Provincia, que no hay una mirada de “lo mío solo, lo mío primero, sólo lo mío y lo demás no me importa”. La verdad es que eso tiene que ver con la educación pública, así que nosotros vamos a seguir trabajando de esta manera. Yo quiero agradecerle de nuevo al ministro y a todo su equipo de trabajo. Y también agradecerle a la directora y a todo el equipo docente, las maestras, los docentes, los pibes y las pibas que te muestran la sala para hacer música, y no es que lo quieren como si fuera suyo, lo quieren más que si fuera suyo.
Para terminar, quería pedirles algo que no es una tarea para un gobernador, para un ministro o para un intendente. Vamos a tener que ponerle muchas ganas a cuidar lo público, a defender lo público. Y yo diría más, cuando nos lo traten de arrebatar, porque eso es lo que está ocurriendo hoy, cuando con un discurso muy novedoso pero bastante bizarro, extraño, nos quieran arrebatar derechos que ya tenemos, y bueno, sí, esta escuela existe sobre todo porque la comunidad la pidió. Así que a luchar por los derechos.