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SEGURIDAD

Palabras del Gobernador Kicillof en la inauguración de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) en Olavarría

Miércoles 21 de Agosto 2024

Buenas tardes a todos y a todas.

Reitero las disculpas, porque íbamos a venir por aire pero el clima no lo permitió. Lo que sí ocurrió, que ya había pasado alguna otra vez, es que nos habíamos comprometido a venir con buena parte del gabinete a Olavarría, y acá estamos Maxi [Maximiliano Wesner, intendente de Olavarría], acompañándolos en este acto tan importante que tiene que ver con la seguridad de la Provincia, que tiene que ver con una transformación profunda, de raíz, que estamos haciendo en la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

Recibimos una Policía [en el 2019], que estaba diezmada desde el punto de vista de su personal. Había perdido 10.000 agentes en cuatro años, en la etapa anterior a la nuestra. Una Policía que estaba mal retribuida, mal remunerada.Por supuesto que hoy en la Argentina los salarios son un problema transversal a todos los sectores, pero en esos cuatro años, previos a los nuestros, [los y las policías] habían perdido el 30 por ciento del poder adquisitivo del salario. Había sido el grupo de trabajo, de trabajadores y trabajadoras, que más había perdido durante la época de Vidal, de todos los empleados públicos de la Provincia. El ajuste más grande, creanlo o no.

Porque era un gobierno que se llenaba la boca hablando de seguridad, pero con 10.000 agentes menos, el 30 por ciento de caída del salario, en promedio un 20 por ciento en la administración pública provincial durante la gestión Macri y Vidal, pero un 30 por ciento a los y las agentes de nuestra Policía. No tenían chalecos antibalas, no tenían prácticas de tiro, no tenían munición, no tenían las pistolas en condiciones, porque no sólo no se probaban y no se capacitan de manera permanente, sino que estaban viejas y, por tanto, su funcionamiento, diría yo, era improbable.

Luego, no había tecnología. No había tecnología porque los patrulleros de nuestra Provincia de Buenos Aires no tenían GPS, no se seguían desde un centro de control y de comando. Esas cosas sencillas, básicas que uno tiene en el auto y tal vez hace con sus hijos e hijas, no las hacía la Policía de la Provincia. Cuando llegamos, teníamos 790 patrulleros para toda la provincia de Buenos Aires. Y acá, en Olavarría, cuando inauguramos la Escuela de Formación de la Policía Rural, reemplazamos los móviles [que había] por móviles 0 kilómetro, 4x4. Recibimos chatarra, con más de 1 millón de kilómetros de rodaje los patrulleros que usaba la Policía de la Provincia. No eran de doble tracción, por lo tanto no podían entrar por los caminos rurales. El cuerpo de la Policía Rural, se llamaba así, pero no tenía entrenamiento distinto, no tenía equipamiento distinto; la UTOI existía, pero tenía 636 agentes cuando llegamos.

Así que bueno, la verdad es que fue uno de esos gobiernos [el de Vidal] que habla como habla el actual [Gobierno nacional]. Hablan mucho de la seguridad, pero después entran en esa lógica del ajuste y a lo que más hacen sufrir es al sistema de seguridad, al de educación también, al de salud también, todo se corta… Está pasando hoy también con la seguridad nacional: falta inversión, no hay obras. Entonces, así fue como recibimos a esta policía y decidimos no sólo reequiparla y reconstruirla, sino transformarla a fondo, transformarla de raíz. Eso lleva mucho tiempo.

Una de las cuestiones que son prácticamente invisibles, pero que Olavarría conoce, es que para que cambie el funcionamiento de nuestra Policía, para que tenga una respuesta distinta, para que tenga un orgullo —porque la Policía Bonaerense estuvo asociada históricamente a muchas historias, por lo tanto había que reconstruir también la moral de nuestra Policía, su vínculo con la sociedad, es que la sociedad no piense que la policía es cómplice del delito, porque si no, obviamente, su tarea va a ser imposible, sea verdad o no.

Así que nos enfrentábamos a una tarea realmente compleja, que tiene varias respuestas. Una de las respuestas es la inversión récord que hemos hecho. Recibimos 790 patrulleros que no tenían ni siquiera la tecnología para su ubicación, y adquirimos estas motos de alta cilindrada y de máxima prestación, las tuvimos que importar, porque no se producen en la Argentina, no se compran en un concesionario; eran las que necesitábamos para determinadas tareas de la Policía. Una inversión. Estas motos forman parte de 500 motos, pero en términos de patrulleros, recibimos 790, compramos y adquirimos 5.200 patrulleros para la Provincia de Buenos Aires. No tiene precedente.

Pero, además, [trabajamos en] la formación de dos cuerpos específicos que prácticamente no existían: el de la UTOI, Fuerza Buenos Aires, que son aproximadamente de 8.000 agentes que tenemos desplegados en todo el territorio, y el cuerpo de Policía Rural que, no tenía una particularidad, no tenía una formación especial y no tenía, tampoco, un reclutamiento especial. Esto es muy importante: nosotros reclutamos a los y las agentes para la Policía Rural, junto con las organizaciones, con las entidades del campo, buscando que nuestros cadetes de la Policía Rural fueran gente de campo, también, para que no haya que explicarle cómo es un alambrado, cómo es el territorio, cómo son los caminos de tierra, qué pasa cuando llueve, sino que sean, no digo baqueanos, pero sí conocedores del territorio, del ambiente, de sus particularidades. La cultura específica que tiene el campo bonaerense.

El delito es distinto; la anatomía, la fisonomía del delito es diferente en lo rural que en lo urbano. No lo digo por el abigeato, por el robo de ganado, si no también por la violencia familiar, intrafamiliar a nivel rural, es distinta de lo que es o puede ser en barrios muy populosos del conurbano. Así que hemos hecho un trabajo menos visible, pero que creo que es el más importante y que será el más duradero, pero lleva tiempo, no da fruto inmediatamente. Lo decía Javier [Javier Alonso, ministro de Seguridad], a veces nos dicen que necesitan más policías.

Bueno, uno no va al shopping o al supermercado y se lleva un policía. Es un proceso de formación, que lleva tiempo y una inversión muy grande. También hicimos una inversión muy grande al cambiar la formación de la Policía. Estos y estas agentes de policía, ahora hacen dos años de formación. Hubo una época en la que armaron una policía comunal y en seis meses salían a la calle con la pistola en la cartuchera. Y, obviamente, no vengo acá a criticar, vengo a describir, pero no nos parecía que de esa manera íbamos a cambiar la capacidad y vamos a cambiar la orientación, la conciencia de nuestra Policía.

Creamos una universidad para la policía, es un instituto hoy universitario y no es poco. Para recibirse, hay que tener prácticas en territorio. No es que uno toma nota, un poco de práctica de tiro y ya es policía. Es mucho más complejo, lleva tiempo. A veces dicen que yo no hablo de seguridad, así que yo quiero refutar esta afirmación, porque la verdad es que venimos inaugurando bases en toda la Provincia, lo saben y son testigos, acá en Olavarría hicimos varios actos vinculados con la seguridad. No es que no hablo de seguridad, si no que no digo pavadas y no contesto con frases de impacto.

Esto es resultado de un trabajo realmente delicado, realmente serio, que lleva tiempo, que lleva mucha inversión en dinero. Hoy tuvimos que comprar decenas de miles de chalecos antibalas, porque estaban todos vencidos, no funcionaban, se turnaban para usarlo. Una vergüenza. Y la verdad que no quiero llenarme la boca con esto porque la cuestión de la seguridad y la inseguridad es algo donde los resultados llevan tiempo. El otro día una ministra decía “vamos a combatir y vamos a vencer al narcotráfico”.

A mí me parece que ese tipo de frases sólo pueden conducir a la decepción. No es que uno no tenga que estar en la lucha, —lo ha dicho Javier con lo que hacemos, toda otra parte que no se ve: la de Inteligencia Criminal, hemos tenido que comprar laboratorios, laboratorios móviles, hemos tenido que comprar hasta camiones para transportar cuerpos porque no había, los ponían ahí atrás en el patrullero o en un auto particular, era una vergüenza—uno puede combatir contra el delito, combatir contra el narcotráfico, pero ve los países más desarrollados del mundo, que tienen la DEA, y no le ganan. Esto no es así, la verdad es que tanto el delito como el problema de la droga no son solamente una cuestión policial.

No es una película de Marvel donde hay que ganarle, los buenos contra los malos, me parece que esto es resultado de un trabajo que es más integral, que tiene que ver con otras políticas, por supuesto, que tiene mucho que ver con lo que se hace en territorio. Por eso también quiero agradecer a los representantes del Poder Judicial que nos acompañan, el Poder Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires no podría ser absolutamente nada en materia de combate contra el delito, si no tuviéramos un Poder Judicial comprometido en la Provincia, así que muchas gracias por estar acá.

Pero bueno, es un trabajo que tal vez por Twitter, Tik Tok, o en un programa de televisión tirando frases incendiarias, no se puede explicar bien. Me parece que es mucho más, mucho más arduo y que, como decía recién, va dando frutos con el tiempo. Cambiar la formación de la Policía implica que los más de 13.000 policías agentes de Policía que se han recibido en esta etapa, y los que se van a recibir ahora, ya van a venir formateados de otra manera, pero van a ser parte de una fuerza que tiene toda una trayectoria.

Estamos cambiando una cultura y no es sólo cambiar una cultura organizacional. Teníamos diferentes cuerpos de la Policía: lo que tiene que ver con cada uno de estos cuerpos de infantería, caballería, pero también la DDI, el Comando de Patrullas, la Comisaría de las Mujeres. Todo eso andaba independiente y separadamente en cada distrito, y recibía órdenes muchas veces de la central en La Plata, con lo cual era imposible coordinar, no trabajaba como un cuerpo único. Parece muy complejo porque son cosas que nos han costado mucho modificar, pero la verdad es que es simple. Es simple de explicar que hemos hecho una Estación de Policía que, en cada uno de los distritos, junta y unifica todos los cuerpos que actúan localmente para que entonces haya un sólo Plan de Seguridad, para que haya órdenes de servicio que estén integradas entre sí, y lo hacemos con los intendentes.

En Olavarría tenemos un ejemplo de Gobierno municipal que tiene su propio Plan Integral de Seguridad. Yo quiero decir que a veces cuando plantean “bueno, le fui a pedir, le fui a demandar”, alguien dice: “¿pero como al Gobernador le vas a pedir, demandar?” Pero claro. Acá hay varios intendentes más, excelentes intendentes, es lo que tienen que hacer. Hacer su programación y venir a pedirle a la Provincia. A veces podemos, a veces no. Es de buen intendente pedirle a la Provincia de Buenos Aires, así que gracias, gracias Maxi por ese trabajo.

Y porque entonces tiene una carnadura, trabajando el Gobierno municipal, el Gobierno provincial, la Policía de la Provincia, la Justicia, y después otros órganos del Estado municipal y provincial que tienen también que ver. Ustedes lo saben, los pibes y las pibas están en la esquina, ahí ociosos, y a veces también pueden ser presas de determinados sectores que quieren involucrarlos en cosas que no buscan. Pero es distinto si hay un club de barrio, es distinto si van a la escuela, es distinto si la comunidad está organizada. Así que la seguridad no es un problema exclusivamente policial; por supuesto que hay un rol preventivo de la policía y hay otro rol que tiene que ver cuando ya es tarde y nos llaman porque se cometió el delito, ahí ya llegamos tarde.

Así que es un trabajo mucho más importante, que como bien dijo Javier, tiene que ver con la reunión que tuvimos antes. Nos reunimos con sectores de la producción de Olavarría, de la industria del Parque Industrial, de la Cooperativa Eléctrica, sectores que tienen que ver con la actividad agropecuaria, con las entidades. Trabajando todos y todas para un proyecto que es de Olavarría, pero que tiene que ver con una idea que tiene la Provincia hace mucho tiempo, que yo quiero compartir con ustedes. Me decían recién que Olavarría es el corazón por su ubicación geográfica y que es el corazón productivo porque tiene el 65 por ciento de la producción de cemento de la Argentina, tiene empresas de diversas naturaleza, tiene una diversificación productiva, tiene también producción agropecuaria, tiene grandes productores, pero también tiene los que más hay que cuidar y defender, que son los pequeños y medianos.

Entonces yo siempre digo que la Argentina tiene un corazón productivo que es la provincia de Buenos Aires. Ahora le agrego que estamos en el corazón productivo de la Provincia que es el corazón productivo de la Argentina. ¿Cómo no vamos a poner en valor todo lo que hace el pueblo de Olavarría? Me parece que Olavarría es una potencia en la provincia de Buenos Aires así que hay que darle ese lugar, hay que darle ese papel.

Por eso Expo Olavarría Productiva —que es un trabajo que están preparando para septiembre— se financia también con recursos provinciales, y es importante darle visibilidad más en una situación como la actual. Compartía recién mi punto de vista con empresarios productivos de la Provincia, de todos los sectores, les decía que estamos ante un proyecto que lleva adelante el Gobierno nacional donde nunca he escuchado que se le escape o se le caiga de la boca la palabra industria. Ni al actual presidente ni a sus funcionarios. No hay un interés, no hay una vocación, no hay un proyecto industrial.

Obviamente han parado toda la obra pública. Y por la caída de los salarios, por la caída de las jubilaciones, por la situación también cayó buena parte de la actividad privada. Tenemos un distrito que tiene, como decíamos recién, una capacidad productiva muy grande, pero una capacidad logística también muy grande, el 60 por ciento de los camiones de Olavarría están parados. Y, obviamente,veníamos gobernando cuatro años con muchas dificultades, que no vinimos a esconder, ni ocultar, pero la verdad es que el desplome que hubo, la caída que hay de la producción, la caída que hay del empleo, la caída que hay del salario tiene características de catástrofe. De catástrofe.

Hace poco tuvimos un Día de las infancias, un Día del niño, como se llamaba tradicionalmente, en el que cayó un 20 por ciento la venta. A veces perdemos la dimensión de esto que no pasa en la historia argentina sino en contadas ocasiones: una caída de los salarios de 20 puntos, una caída de las jubilaciones de 20 puntos, y si bajás los salarios y las jubilaciones, el ajuste fue para el pueblo. Por supuesto que uno venía discutiendo con esto, pero no fue ni para la casta ni para la política. El ajuste fue para el laburante, fue para el interior, fue para los sectores medios, fue para el productor y la productora, fue para la pyme, fue para el jubilado y la jubilada.

Por eso yo quiero decir que estamos en una situación muy complicada, y que como en Olavarría tenemos un aparato productivo desarrollado aquí está puesta buena parte de nuestra inquietud y de nuestra energía desde el punto de vista de la política pública. Lo dijimos siempre, desde la campaña: venimos a hacer un gobierno que va a integrar a la provincia de Buenos Aires, y el factor que la integra es la producción y el trabajo. Buenos Aires es una provincia productiva, de producción y de trabajo, no nos dedicamos ni a la exportación de petróleo ni a la exportación de oro, y lo que tenemos de minería, buena parte es para fomentar la construcción interna y los procesos industriales internos.

Sin producción, sin industria, nuestra provincia Buenos Aires sufre. Por eso cuando me opongo a la política del Gobierno nacional —obviamente no soy ni anarcocapitalista ni austríaco ni nada parecido—, pero cuando me opongo a la Ley Bases, me opongo al DNU, me opongo a la política de ajuste, es para defender a la producción y al trabajo de la provincia de Buenos Aires que es mi obligación, es la obligación de este intendente y nunca me van a ver, nunca nos van a ver, entrando en provocaciones, en chicanas, en insultos, en agresiones.

Yo también tengo Twitter, pero no lo uso para insultar a nadie. Lo uso para anunciar las obras que hacemos en la Provincia y para ver los avances que tenemos cotidianamente. No tenemos que insultar a nadie, no queremos convertir ni la política ni la sociedad. Porque después de eso tiene una bajada. Si al más alto nivel hay violencia verbal, todos son despreciables y solamente el que se cree iluminado es el que hace las cosas bien, todo lo demás son un desastre, hacen las cosas mal, hay que denunciarlos. Creo que eso es lo que va bajando. . ¡Qué ejemplo es para nuestra sociedad! Por suerte, en la provincia de Buenos Aires tenemos un pueblo que, siempre lo hemos dicho, es muy solidario.

Nos dicen que es el sálvese quién pueda, el egoísmo, el individualismo, que cada una por la suya pisando cabeza, pero tenemos un pueblo solidario. Lo hemos visto cuando hubo cada uno de los eventos climáticos. Empezamos esta etapa con vientos huracanados, vino el presidente de la Nación y dijo “arréglense con lo que tienen” ¿Y saben qué? El pueblo de la provincia de Buenos Aires se arregló con lo que tiene, que es a su propio pueblo, que siempre le tiende una mano al que necesita.

Así que quiero decir que es importante poder ver obras como esta, cuando en todo el país paró la obra, no sólo la nacional, también pararon las obras provinciales en todo el país, porque han fundido, intentado fundir a cada una de las provincias, entonces tenemos provincias que no pueden pagar sueldos, en las que hay conflictos grandes, que lo hemos visto, se tapa, pero lo hemos visto. Entonces nosotros, acá, en la provincia de Buenos Aires, venimos administrando con mucha conciencia, con mucho rigor lo que son los recursos de todos los y las bonaerenses, pero decidimos no parar la obra pública.

Decidimos no parar la obra pública porque la verdad es que acá, en Olavarría, hemos observado cómo se paró la rotonda, como se paró la Facultad de Ciencias Médicas, de Medicina, cómo se paró también el colector cloacal. Bueno, han parado la obra pública, pero eso, que muchas veces es innecesario, porque no es con recursos de los impuestos como les dicen, muchos de eso es con recursos de organismos multilaterales —es decir, son recursos del Banco Mundial [BM], Banco Interamericano de Desarrollo [BID], Corporación Andina de Fomento [CAF]— que le prestan a los países que no tienen cloacas para que las tengan, que le prestan a tasas bajísimas y por tiempo larguísimo, es casi un aporte. Entonces, parar esas obras, la verdad es que no tiene ningún sentido, y las pararon a todas.

Por eso yo estoy muy orgulloso de que con el esfuerzo de un pueblo entero, nosotros, en la provincia de Buenos Aires y acá en Olavarría, estamos continuando y vamos a terminar el polo judicial, que era una obra que nos habían dejado parada, con dificultades, se va a terminar, se va a terminar la Casa de la Provincia de Buenos Aires, para que tengan dignidad de los servicios cerquita, se van a terminar las viviendas, porque hace falta vivienda en la capital del cemento, y esto no puede ser. Vamos a seguir trabajando.

Y quiero anunciar, porque se dijo, pero lo dije en otros distritos, lo tengo que decir acá: hay obras que paró el Gobierno nacional que son tan importantes y esenciales para los y las bonaerenses que vamos a hacer un esfuerzo más, todos, para continuarlas. Es el caso de la universidad, vamos a terminar también esa obra acá en Olavarría, lo vamos a hacer también con las cloacas, Maxi. Y tiene que ver con esto porque si paramos la obra, menos laburo va a haber; si hay menos laburo, menos ventas; si hay menos ventas va a haber menos producción; si hay menos producción hay menos trabajo y todo va para abajo.

Así que nosotros necesitamos agarrarnos de la mano, la verdad es que es una situación, repito, complicada, las agresiones pueden ser contra mí en las redes sociales, pero créanme que no es el problema.Yo no tengo problema en que me agredan, el problema es que le saquen el sueldo a los y las docentes, que le saquen el subsidio al transporte, el problema es que paren las obras. El problema no es conmigo, es con un pueblo entero, es con el pueblo y la provincia más grande de la Argentina. Y yo quiero decir que vamos a dar pelea; vamos a dar pelea porque es nuestra obligación que los pibes y las pibas puedan ir a la escuela, que funcione el hospital, que estén las rutas, que esté la seguridad, es nuestra obligación. Así que muchísimas gracias.

Maxi, felicitaciones, y lo último que digo para terminar, lo que me conmovió. Estaba saludando a los y las agentes de la Policía que han hecho todo este camino, todo este derrotero: fueron reclutados acá en la región, se fueron a la escuela de policías, se formaron, después trabajaron en el conurbano bonaerense, hicieron una práctica —importantísimo para nosotros, hay determinadas tareas que no se pueden aprender en un cuaderno, con un pizarrón de manera teórica, se aprenden de esta manera, es un oficio, una profesión que se aprende de esta manera.

Así que lo han hecho y nosotros nos habíamos comprometido, por supuesto que la dificultad que tenemos es que a veces reclutamos mucho en el interior y lo necesitamos en el conurbano, entonces esto genera un desarraigo para la familia, para los agentes de la Policía—, lo único que quiero decir es que nos habíamos comprometido a ver de qué manera y de qué forma y esta es la que hemos encontrado: la de poner una base que no sea solo para Olavarría sino para la región y la de traer también a los agentes y las agentes que estaban trabajando en el conurbano. Uno de los muchachos, recién cuando lo saludaba, me dijo “gracias por traerme de nuevo a casa”, así que… Gracias a los familiares, gracias al pueblo de Olavarría y mucha fuerza, mucha fuerza.

Cuenten, con nosotros por supuesto. Y aguante la Provincia, gracias.