facebook
MANSIÓN SERÉ IV / RIBA II

Un testigo que hacía guardia reconoció a los imputados Carlos Herrera y José Zyska

Álvaro Figueredo reconfirmó en esta audiencia 19 la ruptura del pacto de silencio que impera en las fuerzas represoras y confirmó lo declarado en otra oportunidad.

Lunes 21 de Abril 2025
Un testigo que hacía guardia reconoció a los imputados Carlos Herrera y José Zyska
Lesa humanidad

La Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia es querellante y acompaña a los testigos a través de la Dirección de Acompañamiento a Grupos en Situación de Vulnerabilidad en este juicio que está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5 de San Martín, compuesto por la jueza María Claudia Morgese Martin, Silvina Mayorga y Walter Venditti. 

El juicio tiene como acusados a Julio César Leston, Ernesto Rafael Lynch, José Juan Zyska, Juan Carlos Herrera y Juan Carlos Vázquez Sarmiento y es el resultado de la unificación de dos causas: una de ellas aborda 127 casos de víctimas de privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos, y tres homicidios en el ámbito del circuito represivo de la zona oeste del conurbano bonaerense; y la otra causa por privaciones ilegítimas de la libertad de tres personas.

Los hechos de lesa humanidad que se investigan son los ocurridos en el circuito concentracionario de la Fuerza Aérea, en la zona oeste del Gran Buenos Aires y que comprendía los centros clandestinos de detención Mansión Seré, RIBA (Regional de Inteligencia de Buenos Aires) y los que funcionaron en las Comisarías de Moreno, la primera de Morón y las Brigadas Aéreas I de Palomar y VII de Morón, entre otros.

***

El primer testimonio de la audiencia del martes 14 de abirl fue del testigo Álvaro Figueredo, quien fue Cabo 1° de la Suboficial de la Fuerza Aérea Argentina, hoy retirado, y nunca estuvo involucrado en una causa de violaciones a los derechos humanos. Recordemos que Álvaro está en calidad de testigo porque, entre otros aspectos, se presentó voluntariamente, y ante la pregunta del defensor Leonardo Miño, dijo que durante la dictadura cívico militar había integrado la fuerza y la dejó cuando comenzó a ser perseguido, a mediados de los años 80.

En cuanto los destinos que le habían asignado, dijo que habían sido Palomar y luego en 7° Brigada Aérea de Moreno, y las funciones que había tenido, fueron mantenimiento y transporte; y agregó que durante ese tiempo vio detenidos porque había tenido que hacer “guardia y darles de comer a las personas que estaban detenidos”.

Dicho eso, el defensor Mauricio Castro y Leonardo Miño solicitaron interrumpir la declaración porque el testigo se estaba auto incriminando y no se la había informado de tal situación.  

Con esto, los defensores plantearon un escenario similar a otras oportunidades, donde si bien es verdad que puede llegar a auto incriminarse, en realidad lo que se intenta es obstaculizar los testimonios de testigos que eran claves en tanto fueron guardias de los lugares de detención ilegal. Así, los defensores interpusieron diversos obstáculos en distintos momentos, incluso expresando exabruptos dirigidos a la jueza acusándola de actuar como “auxiliar de la fiscalía”. 

El Ministerio Público Fiscal había solicitado que este testimonio sea incorporado por lectura para no volver a someter a sus familiares a una nueva presentación, por lo cual, luego de sucesivos cuartos intermedios, la jueza decidió confirmar y leer la  transcripción de la declaración de Figueredo realizada ante el juez Rafecas en el marco de otro juicio de lesa humanidad, que era lo que objetaban los defensores de los represores imputados.  

Fue en esa oportunidad que Figueredo reconoció haber visto a los imputados Juan Carlos Herrera y José Juan Zyska en Atila II, el ex centro clandestino de detención, y que participaban de los hechos que se juzgan. 

***

Los otros dos testigos que iba a prestar testimonio, Osvaldo López y Laura Fuenzalida, solo puedo hacerlo esta última debido a la extensión que llevó el testimonio de Figueredo y lo central que fue su reconcomiendo de Juan Carlos Herrera y José Juan Zyska en Atila II, el ex centro clandestino de detención, y que participaban de los hechos que se juzgan.  

Laura Fuenzalida es hija de Alberto Fuenzalida, quien falleció en el 2011 y en ese momento era el Gerente en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) y estuvo detenido desaparecido en Mansión Seré desde el 22 de octubre de 1977 hasta el 23 de diciembre de ese año, cuando fue liberado. Cuando fue privado de la libertad en su domicilio, estaba en presencia de su familia, esposa y sus 4 hijos y fue trasladado desde Rosario a Buenos Aires en avión, donde permaneció en la “Mansión Seré” y en una Comisaría de Morón.

Muy conmovida, Laura volvió a ratificar lo declarado en otra oportunidad y recordó que su padre “tenía las piernas picaneadas y eso con el tiempo obviamente hizo que tuviera problemas de estabilidad”, y de torturarlo psicológicamente, como decirle antes de liberarlo que para “qué quería salir si sus familiares estaban todos muertos”.

Y concluyó muy apenada diciendo “creo que si bien mi papá falleció hace casi 14 años esto lo vuelvo a hacer porque se lo debo a él, y porque fue un momento complicado en nuestras vidas y que nosotros perdimos mucho. Tuvimos la suerte que apareciera papá, eso sí, pero en el medio se perdió demasiado”.

 

La próxima audiencia quedó programada para el martes 29 de abril a las 9 hs.