La Orquesta y el Coro Estables, junto a cantantes solistas interpretarán la Novena Sinfonía de Beethoven. Este concierto forma parte de la agenda impulsada por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
La Temporada Artística 2024 continuará con el concierto sinfónico-coral que se realizará el domingo 28 de julio, a las 17, en la Sala Alberto Ginastera del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino, ubicado en la Avenida 51 entre 9 y 10. Esta función se incluye dentro de las actividades promovidas por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
Con Hernán Schvartzman como director invitado, participarán la Orquesta y el Coro Estables -este último preparado por Santiago Cano- y se ejecutará la Sinfonía N° 9, en re menor, “Coral”, Op. 125, de Ludwig van Beethoven. También intervendrán como cantantes solistas la soprano Paula Almerares, la mezzosoprano Guadalupe Barrientos, el tenor Juan Carlos Vassallo y el bajo Walter Schwarz.
Este concierto se inscribe dentro del “Ciclo Beethoven”, que prevé durante los próximos meses, con la participación de los cuerpos estables del Teatro Argentino y de otras orquestas invitadas, la interpretación integral de la obra sinfónica del genial músico alemán, incluidas sus nueve sinfonías, cinco conciertos para piano y único concierto para violín. Además, esta ejecución de la Novena Sinfonía se ofrece en el año en el que se celebra el bicentenario del estreno de esta monumental partitura.
Las entradas gratuitas, con reserva online, se podrán obtener a partir del jueves 25 de julio, a las 12, a través del link publicado en la Web y en las redes sociales del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y el Teatro Argentino.
Las personas mayores de 65 años tendrán además la opción de reservar tickets de forma presencial, mediante un cupo de entradas destinadas a tal fin, también el jueves 25 de julio, de 12 a 18, acercándose a la boletería del Teatro y presentando su DNI.
Una de las cumbres de la historia de la música
Ludwig van Beethoven (1770-1827) escribió la novena y última de sus sinfonías entre 1818 y 1824. Se la considera una de las cúspides de la música occidental y hace muy poco, el 7 de mayo pasado, se cumplieron exactamente doscientos años de su estreno, producido en Viena en 1824.
Su autor introdujo con esta obra múltiples y audaces innovaciones. Por ejemplo, incorporar el canto, a través de cuatro voces solistas y un coro, en el cuarto y último movimiento. Así, el compositor pudo cumplir con su deseo de musicalizar la “Oda a la alegría” que Friedrich Schiller había dado a conocer en 1786.
Convertida en un llamado a la libertad de los pueblos y la fraternidad universal, la pieza se transformó en 1985 en el himno oficial de la Unión Europea y en 2001 fue declarada “Patrimonio Cultural de la Humanidad” por la UNESCO.