El 16 de septiembre de 1955, fue derrocado el Presidente Juan Domingo Perón, quien había sido reelecto democráticamente, con más del 60 % de los votos.
El alzamiento cívico-militar fue liderado por el general Eduardo Lonardi y el almirante Isaac Rojas, en la autodenominada “Revolución Libertadora", que es recordada como “La Fusiladora”.
Perón se asiló en el Paraguay, y de esta forma comenzaba su largo e injusto exilio y la proscripción del peronismo que duró 18 años.
El golpe disolvió el Congreso de la Nación, derrocó a los gobernadores de todas las provincias y separó de sus cargos a los miembros de la Corte Suprema de Justicia.