El Gobernador Axel Kicillof, junto al subsecretario de Derechos Humanos, Matías Moreno y autoridades provinciales señalizaron la Isla Martín García como Sitio de Memoria.
Fue en el marco de su 209° aniversario y durante la visita al lugar, Axel Kicillof también inauguró una nueva usina eléctrica y entregó computadoras personales a los estudiantes de las escuelas locales.
Además de Kicillof y Moreno también estuvieron presentes las ministras de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez; de Ambiente, Daniela Vilar; la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout; el subsecretario de Energía, Gastón Ghioni; y al director de Gestión Integral de Islas del Delta e Isla Martín García, Diego Simonetta.
“Esta Isla, que hoy conmemora sus 209 años, se traduce como el bastión de nuestra soberanía provincial y lo celebramos con una inversión histórica en áreas básicas pero indispensables: salud, educación, energía, agua y conectividad”, expresó Kicillof.
El 15 de marzo fue establecido como el Día de la Isla Martín García, en conmemoración de las batallas desarrolladas durante las guerras por la independencia en 1814, razón por lo cual se celebran 209 años de la toma y recuperación de la misma.
“Esta Isla fue protagonista de la historia argentina en todos sus acontecimientos fundamentales y un lugar donde se pretendió enterrar una parte de nuestra historia y de nuestra democracia”, sostuvo Kicillof, y concluyó: “Después de décadas de abandono, invertir en este territorio es invertir en sostener nuestro patrimonio histórico, cultural y natural”.
La historia de la Isla
En la Isla Martín García funcionó un campo de concentración indígena como parte del “Proceso de Organización Nacional” llevado a cabo por el Estado argentino entre los años 1870-1890. Su objetivo era la ocupación del territorio a través del etnocidio/genocidio de los pueblos indígenas. En esta isla se mantuvieron prisioneros hermanos y hermanas indígenas (mapuches, guaraníes, charrúas, entre otros) castigados con el destierro y obligados a realizar trabajos forzados. Además, sufrieron un proceso de aculturación a través de la evangelización y la escuela, y fueron bautizados con nombres occidentales y de sus apropiadores. Entre los prisioneros de esta etapa se destacan los nombres de los Lonkos (caciques) Juan José Catriel y Vicente Catrunau Pincén, detenidos junto a familiares y miembros de sus comunidades. Quienes estuvieron cautivos fueron separados de sus familias, murieron por hambre y enfermedades, y otros fueron entregados como servidumbre y obligados a cumplir tareas militares.
A partir del siglo XX, comenzó una etapa en la que la isla se convirtió en un presidio político, con la reclusión de grandes líderes populares perseguidos por pensar y ejecutar políticas opuestas a los intereses de las élites coloniales conservadoras, en favor de los derechos de trabajadores y mayorías populares.
Con el primer golpe de estado cívico militar del 6 de septiembre de 1930 se produjo el encarcelamiento del presidente de la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen. Estuvo preso hasta 1932. Pero en 1933 volvió a ser recluido en la isla junto al ex Presidente Marcelo Alvear y los dirigentes radicales Honorio Pueyrredón, Carlos M. Noel y José P. Tamborini y el ex ministro de Guerra, general Luis Dellepiane.
En 1945 el Secretario de Trabajo y Previsión, vicepresidente y ministro de Guerra, Juan Domingo Perón, fue apartado de sus cargos por presiones militares, de medios de comunicación, embajadas y corporaciones empresariales. El día 13 de octubre fue detenido y confinado en la Isla Martín García hasta su liberación el 17 de octubre de 1945, producto de la movilización popular, hito fundamental en la historia del pueblo argentino.
El último vicepresidente del gobierno peronista, Almirante Alberto Teisaire, permaneció encarcelado en la isla desde el golpe cívico militar de 1955 hasta 1958, año en que llegó a la presidencia Arturo Frondizi y declaró a la Isla Martín García “Lugar Histórico”. Sin embargo, el 29 de marzo de 1962, Frondizi fue derrocado y, ese mismo día, trasladado a la isla.
Este breve relato histórico muestra que el genocidio de los pueblos indígenas del actual territorio de la República Argentina, la persecución política y los delitos de lesa humanidad perpetrados por el Estado argentino, se enmarcan en un mismo modo brutal de utilización del poder por parte de minorías conservadoras dominantes. Su objetivo era el de anular cualquier cultura, forma de pensamiento político o económico, que cuestionara el despojo de la tierra y la igualdad de derechos.
A más de dos siglos del nacimiento de la Patria y de la Provincia de Buenos Aires, seguimos construyendo políticas de reparación histórica.