Los alimentos y el agua que consumimos a diario pueden causar enfermedades conocidas como ETA -Enfermedades Transmitidas por Alimentos-, ya que actúan como vehículo en la transmisión de organismos patógenos y sustancias tóxicas.
Las ETA de origen bacteriano son las más frecuentes. Estos microorganismos se encuentran en una gran variedad de alimentos, que pueden haberse contaminado durante su producción o recolección, o por descuidos durante su elaboración en el hogar.
La contaminación es difícil de detectar, ya que no se altera el sabor, el color o el aspecto de la comida. Las poblaciones más vulnerables a padecerlas son: niños, mujeres embarazadas, ancianos y enfermos. En ellos los efectos pueden ser más severos, dejar secuelas o incluso provocar la muerte.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
La duración e intensidad de los síntomas varía de acuerdo a la cantidad de bacterias o toxinas presentes en el alimento, a la cantidad de alimento consumido y al estado de salud de la persona . Por lo general se desarrollan durante 1-7 días e incluyen dolor abdominal, diarrea, vómitos, náuseas y/o dolor de cabeza.
¿Cómo podemos prevenirlas?
Se sabe que el 40% de los brotes de ETA ocurren en el hogar, debido a incorrectas formas de manipular, almacenar, y cocinar los alimentos.
A continuación enumeramos algunas medidas para tener en cuenta:
Utilizar agua potable tanto para tomar, para lavar y preparar alimentos, así como para lavar y desinfectar utensilios y superficies. En caso de no estar seguro si el agua es potable, hervirla durante 5 minutos o bien desinfectarla con 2 gotas de lavandina por litro de agua y dejarla reposar 30 minutos.
Lavarse siempre las manos con agua potable y jabón antes de comer o preparar alimentos; después de ir al baño, tocar alimentos crudos, tocar las mascotas, estornudar, toser o sonarse la nariz.
Lavar bien frutas y verduras, especialmente si se van a consumir crudas.
Lavar y desinfectar correctamente los utensilios y superficies que se utilicen para manipular alimentos.
Cocinar completamente los alimentos, en especial carne roja, pollo, pescado y huevos. En el caso de las carnes rojas, especialmente la carne picada, cocinarlas hasta que los jugos sean claros, no rosados.
Separar siempre los alimentos crudos (especialmente las carnes) de los alimentos cocidos para evitar la posible contaminación cruzada.
Recalentar los alimentos hasta que estén bien calientes o hirviendo (por lo menos durante 5 minutos). No entibiar los alimentos.
No dejar alimentos cocidos a temperatura ambiente por más de 2 horas. Colocar los alimentos en la heladera lo más rápido posible para que no pierdan la cadena de frío. Ubicar los alimentos frescos o ya cocidos en la parte superior de la heladera y los crudos preparados para una posterior cocción en la parte inferior. De esta forma se elimina el roce o contacto entre ellos, lo cual puede dar origen a un foco de contaminación.
No descongele los alimentos a temperatura ambiente.