Las carnes rojas están entre los productos alimenticios de mayor importancia para los seres humanos y debido a su composición, pH y alto contenido de agua son vulnerables a la descomposición y contaminación. Por este motivo, es preciso seguir las buenas prácticas de manipulación.
Para evitar cualquier tipo de contaminación que pueda causar riesgos para la salud te aconsejamos:
No almacene carne con otros productos.
Separe las carnes en el carrito de compras del almacén, en el refrigerador y al preparar y manipular los alimentos en el hogar.
En el refrigerador, coloque las carnes crudas en recipientes cerrados o bolsas plásticas con cierre hermético, para que los jugos no caigan sobre otros alimentos.
Manipule bajo estrictos controles de limpieza personal.
Lave muy bien las tablas de cortar, los platos, los utensilios y las superficies de trabajo con jabón y agua caliente después de que hayan estado en contacto con carne.
Mantenga las carnes el menor tiempo posible a temperatura ambiente.
Separe las carnes crudas de los productos cocidos o curados y utilizar cuchillos diferentes para cortarlas.
La calidad de la carne también se debe controlar a lo largo de toda la cadena de producción, industrialización y comercialización, desde la cría y engorde en el campo, el matadero y el transporte, hasta el almacenamiento y la comercialización. Deben adoptarse las perfectas condiciones de higiene y respetarse las temperaturas establecidas para cada producto.