El kéfir es un probiótico, con esta denominación “se entiende los microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud del consumidor”. Desde el nacimiento los humanos necesitamos estas bacterias que habitan dentro del intestino para prevenir enfermedades y trastornos pues nos defienden de otras bacterias nocivas.
El Código Alimentario Argentino considera específicamente al kéfir como “el producto cuya fermentación se realiza con cultivos acidolácticos elaborados con granos de kefir, Lactobacillus kefir, especies de los géneros Leuconostoc, Lactococcus y Acetobacter, con producción de ácido láctico, etanol y dióxido de carbono.”
El kéfir se puede beber solo, endulzado con azúcar, edulcorante o miel, con el agregado de esencia de vainilla, canela, etc. Salado y con hierbas es otra de las opciones que permite incorporarlo en diversas preparaciones. Además, puede realizarse con diferentes tipos de leche (entera, semidescremada, descremada, fortificada en algún mineral o vitamina) ya sea leche de vaca, como también, de cabra.
Los granos de kefir están constituidos por levaduras fermentadoras de la lactosa y levaduras no fermentadoras de la lactosa.
Este producto se designa como "Kefir" o "Kefir Natural" y se menciona las expresiones "con crema", "entero" o "integral", "parcialmente descremado" o "descremado", según corresponda a los ingredientes utilizados. Además, en caso que el producto contenga otros ingredientes, estos deben ser consignados en la denominación de venta, así como también en caso que haya sido endulzado o saborizados.
¿Cómo se prepara la leche fermentada con kéfir?
Colocar los gránulos dentro de un frasco de mermelada de vidrio limpio y seco.
Incorporar 250cc de leche y tapar el frasco. Si la tapa es hermética, el sabor resulta más ácido debido a la concentración de alcoholes generados durante la fermentación. Para que el sabor resulte más suave puede taparse el frasco con un lienzo.
Dejar fermentar a temperatura ambiente (20-26° C) durante 18 a 24 horas.
Una vez transcurrido el tiempo, colar la leche con un colador preferentemente de plástico ya que el metal daña a las levaduras. Se puede dejar en la heladera un tiempo para beberlo frío.
Los gránulos se pueden volver a colocar en el frasco previamente lavado y seco para repetir el proceso.
Es importante evitar calentarlo ya que a más de 60° C las bacterias mueren y se pierden sus posibles efectos benéficos.