El Ministerio de Desarrollo Agrario a través de la Dirección de Industrias y Productos Alimenticios (DIPA) emite recomendaciones sobre el calcio, componente primordial de los huesos.
El calcio es el componente primordial de los huesos. Se trata de un mineral que cumple una función muy importante en el mantenimiento normal de los mismos en todas las etapas de la vida.
A lo largo de la niñez, adolescencia y adultez temprana, así como durante el embarazo y la lactancia, se deben consumir cantidades adecuadas de calcio ya que en estas etapas de la vida se forma la mayor cantidad de hueso que es genéticamente posible.
La mayor parte del calcio absorbido por el organismo se almacena en los huesos, donde se encuentra el 99 % del calcio corporal.
El esqueleto, estructura y sostén del cuerpo, constituye la reserva de calcio del organismo y es fuente constante del mineral para el mantenimiento normal de los huesos.
Un consumo insuficiente de calcio es un factor de riesgo de las enfermedades óseas, como por ejemplo la osteoporosis, que conducen a un deterioro del esqueleto; los huesos se tornan frágiles y tienen una mayor probabilidad de fracturas.
Dentro de una alimentación adecuada, los niños en etapa de crecimiento, las mujeres durante el embarazo y la lactancia pierden menos cantidad de calcio del que ingiere, por lo que poseen una ganancia de este mineral, asegurando un crecimiento adecuado. En esta etapa de crecimiento la ingesta de calcio se torna fundamental. A medida que se alcanza la adultez temprana, los niveles de calcio que se encuentran en el organismo tienden al equilibrio. Es decir, se pierde una cantidad similar a la que se ingiere. Por su parte, en los adultos mayores se manifiestan pérdidas de calcio óseo y éstas no son reversibles.
La ingesta diaria recomendada de calcio es de alrededor de 1000 mg/día, cantidad que puede variar según las necesidades específicas de cada individuo.
La leche y los productos lácteos son la principal fuente de calcio dietario ingerido. También los pescados (sardinas, salmón, atún), verduras de hojas verdes (espinaca, brócoli, acelga, puerro), frutos secos y las legumbres como la soja, lentejas y garbanzos.
El consumo habitual de cantidades adecuadas de calcio en el contexto de un estilo de vida saludable es fundamental para el desarrollo y la conservación de huesos normales.